El vocal ejecutivo de la Comisión Estatal de Aguas (CEA), Luis Alberto Vega Ricoy, informó que el gobierno del estado implementa acciones para reducir los efectos del desfogue de la presa Zimapán, ordenado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Explicó que la apertura de compuertas, ocurrida el pasado viernes a las 8:00 horas, ocasionó que el agua utilizada para el Acueducto II presentara altos niveles de turbiedad y sedimentos, lo que imposibilita su bombeo hacia la zona metropolitana de Querétaro.
“Si bombeamos con esta agua llena de lodo, se dañarían las bombas, lo que significaría un problema no de días, sino de meses”, advirtió Vega Ricoy.
El funcionario detalló que la presa se encontraba al 101% de su capacidad al momento del desfogue y que, aunque el objetivo es reducir su nivel a los mil 557 metros sobre el nivel del mar, el proceso avanza más lento de lo esperado por las constantes aportaciones de agua desde los ríos Tula y San Juan, así como de presas en Hidalgo, Estado de México y Querétaro.
Precisó que para mitigar el impacto en el suministro, la CEA inició el operativo con los tanques y el bordo de seguridad llenos, lo que ha permitido aplicar un esquema de tandeo en distintas zonas de la capital y municipios conurbados.
De acuerdo con Vega Ricoy, las colonias más afectadas son las del nororiente de la ciudad, como Menchaca, San Pablo, San José el Alto y Peñuelas, mientras que en otras áreas se aplica un sistema de distribución un día sí y otro no, o en horarios restringidos.
Asimismo, informó que desde el viernes se desplegó un operativo de apoyo con pipas de agua gratuitas, en coordinación con los municipios metropolitanos, la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y el gobierno de Guanajuato.
“Fuimos previsores y hoy contamos con reservas que estamos administrando de manera justa. La instrucción del gobernador Mauricio Kuri es clara: atender a la ciudadanía, garantizar transparencia y mantenerlos informados”, concluyó Vega Ricoy.







