Posiblemente como nunca antes en los tiempos cercanos, el mundo de hoy necesita ilusiones, esperanzas, optimismo, credulidad ante los anuncios de las empresas farmacéuticas internacionales cuya desaforada competencia se da en los laboratorios de investigación pero también en los amplísimos territorios de la propaganda y la mercadotecnia.
Sin embargo –y a pesar de todo ello o quizá por eso mismo–, no debería haber sitio para el fomento de la falsa solución, de la bala de plata cuyo certero disparo va a cruzar el corazón de este vampiro planetario llamado Coronavirus o Covid 19 o como se quiera.
Hoy –en este día, en esta fecha, a esta hora, quien sabe mañana–, en ninguna parte del mundo hay una vacunación definitiva. Mucho menos masiva. La incipiente campaña anunciada por Rusia, parece más una maniobra de propaganda. En todo caso no deja de ser un ensayo cuyos resultados definitivos no se conocen todavía.
Y los anuncios de la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Secretaría de Salud, la Presidencia de la República de México y los científicos de hojalata de nuestra patria, suenan más como un desesperado esfuerzo por contrarrestar la gravedad de la epidemia y no como un anuncio sensato.
La compra anunciada de 30 millones de vacunas, sin asignación presupuestaria definida ni planes ciertos de distribución y posterior aplicación, nos ponen en la circunstancia de aliento a la improvisación. Nada se sabe de las cámaras infra heladas ni tampoco de las rutas para hacer llegar las vacunas a cien millones de habitantes.
A ver si la doctora Álvarez Buylla, gran jefa del Conacyt, nos sale con otra ocurrencia –como la de sus respiradores -– pero ahora gélida para inventar el hielo con similar asombro al de Aureliano Buendía cuando su padre lo llevó a conocer el diamante más grande del mundo. Con una diferencia, el hielo parece caldo de pollo en comparación con las cámaras necesarias para la preservación del antivirus.
Más sea como sea, al menos en los espacios mediáticos, los mexicanos estamos preparados para recibir la anhelada vacuna cuya distancia se miraba lejana. Y su realidad hoy se sigue viendo distante. Quizá menos, pero alejada todavía de las posibilidades reales.
Si no es capaz el sector sanitario de distribuir con oportunidad y suficiencia, la añeja ampolleta de la vacuna contra la influenza, ¿por qué les deberíamos creer su renovada posibilidad de hacer bien las cosas cuando llevan años haciéndolas mal, con medicamentos probados, existentes desde hace años?
Ese es el enigma.
Las redes de distribución están rotas y la industria farmacéutica nacional satanizada y bajo acoso. Y ya lo sabemos, fue para compartir la corrupción. Para curar una enfermedad se suele matar al paciente, sobre todo en el país donde mejor matar al perro; no vacunarlo. Así se acaba con la rabia.
Pero nosotros contamos, por un lado, con las Naciones Unidas: Por el otro, con el Ejército nacional. En ese sentido merece la pena reproducir este planteamiento de la Amelaf:
“En relación a la sesión informativa del día de hoy, convocada por la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) para informar sobre la licitación de medicamentos para el próximo año, la industria farmacéutica nacional representada por AMELAF ve con mayor preocupación los resultados de esta reunión, en razón de que los datos que proporcionó este organismo internacional, en la que también participó COFEPRIS, concentró la información orientada particularmente a la industria farmacéutica extranjera, sin mencionar a la industria mexicana.
“Fue la Comisionada de Autorización Sanitaria de la COFEPRIS, América Orellana, quien resaltó el trato preferencial que tendrá la industria extranjera, al afirmar que esta recibirá de manera express sus registros sanitarios al aplicar esta institución sanitaria un proceso simplificado para otorgar en máximo de DOS DÍAS el permiso de importación, asimismo ratifico las facilidades que se le darán para simplificarles los registros sanitarios que serán otorgados en 5 días.
“Aunque UNOPS indicó que se “promueve una competencia abierta y en igualdad de condiciones para el mercado mexicano e internacional”, puede ser que el proceso de licitación se dé en igualdad de oportunidades y mismas reglas del juego para todos los interesados, pero, ¿cómo se garantiza el piso parejo que mencionó el Dr. Giuseppe Mancinelli si la autoridad sanitaria COFEPRIS indica que otorgará registros de 5 días para extranjeros y de 180 días para nacionales? “
Obviamente esto le agrega riesgos a los 100 mil mexicanos laborantes en la industria ya mencionada. Un caso grave.