La Iglesia católica pidió trabajar para reinsertar y no descartar a las personas privadas de la libertad, pues aseguró que la justicia debe rehabilitar y la cárcel debe ser un puente de regreso a la comunidad.
En su editorial dominical Desde la Fe, la Arquidiócesis de México recordó que en el país, al cierre de 2024 había 236 mil 773 personas privadas de la libertad, de las cuales, el 35.7 por ciento de hombres y el 46.3 por ciento de mujeres no tienen sentencia.
Además, precisó que existe sobrepoblación en varios centros de reclusión.
Ninguno de estos factores mejora la seguridad si no va acompañado de procesos ágiles, medidas alternativas bien usadas y programas de reinserción verificables”, refirió.
Señaló que la pena no se reduce a castigo, sino que debe abrir camino a la responsabilidad, rehabilitación y restauración.
Y la comunidad tiene la responsabilidad insustituible de acompañar. La visita, la escucha, el estudio, el trabajo dentro y fuera del penal, la atención a la salud mental y las redes de apoyo postpenal son también política de paz”, aseveró.
Ante ello, dijo que debe existir defensoría y debido proceso desde el día uno y, con ello, reducir el embudo de personas sin sentencia, además de educación y certificación laboral intramuros con equivalencias reales en el mercado.
También atención a la salud mental y adicciones con continuidad extra muros y, finalmente, empleabilidad, con incentivos a empresas que contraten egresados y elaboren programas de “segunda oportunidad” con mentoría.
“Son algunas medidas probadas que bajan la reincidencia y devuelven el horizonte a las personas y sus familias”, apuntó.







