Uno de los deseos de infancia que más recuerda el escritor Jorge Volpi (Ciudad de México, 1968) fue cuando quiso escribir una enciclopedia sobre la Edad Media de 20 tomos.
Estaba fascinado con esas historias que lo habían llevado a mundos distantes, incluso acercado a los terrenos de la ciencia.
Su amor por las enciclopedias ilustradas lo llevaba a revisarlas minuciosamente.
Ahí, entre cientos de páginas, aunque parezca impensable, nacería su pasión por la ficción.
Así lo expresó ante decenas de lectores la noche del domingo en el marco de la 38 Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, donde el escritor mexicano, acompañado de la autora española Irene Vallejo, presentó su libro más reciente, La invención de todas las cosas, Una historia de la ficción, un volumen ensayístico publicado bajo el sello de la editorial Alfaguara que se adentra, como su nombre lo indica, en el devenir histórico de la ficción.
“Mi padre era un cirujano y era un gran lector”, recordó.
“A la hora de la comida siempre nos contaba historias que partían de los libros, de su pasión por los libros, sobre todo de la literatura francesa e italiana, pero también de historias que él iba recogiendo en la música, la historia, etcétera.
“Ese contarme historias, que luego yo intenté hacer también con mis hijos, fue lo que terminó provocando que me obsesionara con la ficción al grado de vivir de la ficción a partir de cierto momento”, dijo.
Desde ese momento, según contó, comenzó a crear ficciones y se dio cuenta de que el ser humano está· obsesionado por crearlas, consumirlas y vivir, incluso, entre ficciones.
De hecho, la etimología de la palabra está· relacionada con la acción de amasar la arcilla con las manos, recordó Volpi: “Como amasamos la realidad con nuestros cerebros”.
“Yo creo que la realidad existe como la mayoría de los pensadores… simplemente que la única manera que tenemos de acercarnos a la realidad es con la información que nuestros sentidos nos proporcionan, y esa información va directamente al cerebro”, expresó.
“Antes se creía que lo que veíamos era la totalidad de las cosas, pero hoy sabemos que lo que pasa es una serie de alucinaciones controladas: es como si la realidad fuera una alucinación permanente que en nuestra mente simplemente funciona como el alfarero que busca controlar la arcilla para crear una hermosa vasija griega.
“Así es como creamos ficciones del mundo todo el tiempo”, definió el también autor de novelas como En busca de Klingsor (1999), Premio Biblioteca Breve, y ensayos como Leer la mente: El cerebro y el arte de la ficción (2007), un libro que fungió de algún modo como un trampolín para el nuevo volumen.
Al principio de la presentación de La invención de todas las cosas, acompañado de la autora de El infinito en un junco, Volpi leyó un fragmento final del libro donde agradece al lector y le confiesa que, si ha logrado atravesar todas esas páginas, más de 700 páginas, es porque es feliz.
“No sabemos qué sea el mundo, sólo que nuestra única forma de habitarlo y aprenderlo es por medio de las ficciones que nuestros cerebros crean a partir de Él. Querámoslo o no, somos jugadores en un campo de juego, una realidad que ser· siempre virtual”, leyó. “La intención no es ser solo uno, ser otros, ser legión, ser yo, y ser tu y ser Él y ser nosotros y ser ustedes, y acaso lo más arduo, ser ellos, no estar nunca solo y vivir en compañía de fantasmas, anticipar la felicidad futura que ya es una forma de felicidad presente y creer que los otros, todos los otros la necesitan y la merecen tanto como yo: estos son los dones que nos concede la ficción”.
La invención de todas las cosas, Una historia de la ficción ya puede encontrarse en librerías, tanto físicas como en línea.