SERGIO A. VENEGAS ALARCÓN
Ante la emergencia sanitaria del Coronavirus la Diócesis de Querétaro ha decidido suspender, por primera vez, la Procesión del Silencio iniciada en 1966, las misas abiertas al público y todas las celebraciones litúrgicas y de piedad popular, incluidas las de Semana Santa, algo no visto en más de 90 años, desde la llamada Cristiada.
En comunicación firmada por el obispo emérito Mario de Gasperín se informa sobre esta decisión histórica para salvaguardar la salud del pueblo, acatando las disposiciones pastorales de la Conferencia del Episcopado Mexicano y las pertinentes de las autoridades civiles.
Una de las medidas urgentes es “el distanciamiento social y la sana distancia” para evitar contagios, por lo que se suspenden retiros, asambleas, congresos, jornadas, peregrinaciones, fiestas patronales, talleres, cursos, catequesis presacramental y se dispensa la participación en la misa de los domingos, que podrán seguirse en plataformas digitales, radio y televisión. Igualmente se suspenderán las representaciones de las tres caídas en todos los municipios de Querétaro.
En cuanto a las celebraciones especiales (bodas, XV años, funerales y otros) se buscará un diálogo comprensivo entre los interesados y los párrocos para, en cuanto sea posible posponer o al menos evitar aglomeraciones.
Anuncia el también administrador diocesano que los templos capillas, santuarios y rectorías permanecerán abiertos, procurando observar las medidas de seguridad e higiene.
Es tiempo de prueba señala De Gasperín al advertir que coincide con la Santa Cuarema e invoca a Nuestra Señora de los Dolores de Soriano para que de salud a los enfermos y consuelo a los afligidos.
Todas estas medidas fueron ratificadas en la conferencia de prensa celebrada este miércoles, como se lo anticipó PLAZA DE ARMAS, en la casa Pastoral de Querétaro.