Casa del Gobernador Francisco González de Cosío, 17 de febrero de 1903, Despacho oficial.
La reunión de este día versa en la agenda del informe que se debe enviar a Castillo de Chapultepec, lugar donde se presenta un resumen de actividades del año 1902 como encargado oficial del despacho del poder ejecutivo del Estado Libre y Soberano de Querétaro, mismo que se presenta delante del gabinete cercano y ampliado del presidente Porfirio Díaz.
En el año anterior – cuando se presentó 1901– el general Díaz quedó profundamente conmovido con el total de los proyectos realizados conmemorando el fin del siglo XIX, festividades, ferias, exposiciones ganaderas e industriales, donde se mostraron los resultados, todo un censo de población y actividad económica que planteó el gobernador Francisco González de Cosío, en una entrevista personal con el presidente fue galardonado como “El mejor ejecutivo estatal de 1902” aumentando el porcentaje de presupuesto, la promesa de construir una estación de tren para pasajeros Pullman – como en Norteamérica porque en esos años solo era de carga– las mejoras al camino Real de Tierra Adentro –así denominado en mapas– y la construcción de un proyecto que dignifica la presencia de la mujer en la contienda independentista: Un jardín a la Corregidora de Querétaro Doña Josefa Ortiz de Domínguez, lugar que ya se está gestionando para su construcción en el gran proyecto nacional de la conmemoración del primer centenario de inicio de la Independencia de México.
Para esta ocasión el informe pretende incluir la erección de la Cámara de Comercio de Querétaro labor que, aunque no fue destinada al propio ingeniero González de Cosío –que le ha causado una muina importante a tal grado de hacer todo lo posible porque ese proyecto se le adjudique al propio gobierno estatal – el fuerte debate se consigna entre si se pone a cargo al empresario Desiderio Reséndiz o no se nombra en el informe. En el despacho se encuentra el notario Esquivel –quien por cierto lleva a cabo todos los requisitos que necesita la Cámara de Comercio para su fundación– el secretario particular del gobernador y los asesores de economía y finanzas del presidente Díaz.
El notario sacó sus folios del elegante fólder de piel lustrado, el elixir de que han sido resguardados por mucho tiempo en el material aromatiza la sesión, el encargado del despacho de la secretaria de fomento, colonización e industria Dr. Antonio Peñafiel – en aquellos años no se coloca el apellido de la madre – hace parte de sus datos.
–Observe señor gobernador como en estos últimos diez años la ciudad de Querétaro pasó de cinco mil casas habitaciones, de las cuales de un solo piso son tres mil casas, dos pisos las mismas doscientas dos que hoy tenemos, chozas y jacales mil novecientas veinte, y si sumamos, tenemos para hoy ocho mil trescientas treinta y tres casas, incrementado la habitación gracias al apoyo de modernizar los cuartos de habitación de los barrios como La Cruz, San Francisquito, San Roque y Santa Ana, así como la modernización de la calle que va del Teatro Iturbide de los Cayetano Rubio hacia el conjunto de las hermanas de vida consagrada de las Capuchinas.
–Muy interesante señor secretario, dígame de las personas que los habitan ¿Qué tanto sabemos?
–Permítame – mientras hojea sus folios – de casas que solamente habitan las viudas del sitio de la ciudad ochocientas dos, que habitan dos personas o más cinco mil ciento catorce es la parte más numerosa, los jacales destinados por usted señor gobernador a las viudas de los soldados del ejército del Norte que les fue repartida tierra allá por los carrizales una vez terminado el sitio y que permanecen como tierra de cultivo cincuenta y ocho y de los mismos jacales donde habitan mas de dos personas son dos mil doscientos setenta y cuatro, contando que son quienes cultivan las cañas para el ron y las destilerías.
–Es todo un ejército de productores señor.
–¡Así es gobernador! Esto es solo para la ciudad, El Pueblito , Santa Rosa y Huimilpan son datos aparte.
–Esos no los metas, luego me regaña el presidente porque le muestro solo tierra rural y él quiere ver prosperidad industrial y comercial.
Interrumpió el Notario Esquivel.
–Señor gobernador es importante que le muestre ya los papeles que conforman la Cámara de Comercio de Querétaro tal cual y como ya se presentó en el pleno de la legislatura para que sean incluidos en la nueva Ley de Fomento del Comercio del Estado.
A regañadientes el ingeniero González de Cosío le escucha – A ver dígame–.
–El libro notarial constituido como Cámara de Comercio de Querétaro quedó así: presidente: Desiderio Reséndiz, Vice presidente Manuel de Samaniego, 1er Vocal Rosendo Rivera, 2º Vocal Herminio Camacho, 3er Vocal Manuel Familiar, Tesorero Isauro Gutiérrez, secretario Alberto Rodríguez.
–¿Carlos María Cayetano Rubio no está integrado? Era imprescindible que estuviera.
–¡No señor gobernador! Don Desiderio fue claro en la apreciación ¡El presidente Porfirio Díaz no quiere a nadie relacionado con las textilerías de esa familia!
–Me va a meter en un problema grande.
El secretario Dr. Antonio Peñafiel trataba de entender el embrollo.
–Mire señor secretario, la familia de los Cayetano Rubio trajeron a esta ciudad la oportunidad de empleo y trabajo, tradiciones usos y costumbres de su natal España, mismas que la comunidad atrajo con alegría y entusiasmo, proliferan por toda la ciudad, pero en la Cámara de Comercio solo se han dado cita los que comercializan los productos, el presidente Díaz ha sido claro que no quiere empresarios o fabricantes debido a que dice que una cosa en fabricar y otra muy diferente vender.
–¿Qué de malo tiene incluir a un industrial en estos menesteres? –dijo el Dr. Peñafiel– me parece que una visión industrial y comercial nutre el proceso, es más, creyendo que sea lo más sano.
–Así lo hemos pensado – el gobernador tratando de tapar que el presidente Díaz no los quiere en la cámara por explotar a sus trabajadores hasta el fallecimiento y las condiciones poco dignas de dormitorios y talleres que constan en los continuos informes que se envían al Castillo de Chapultepec.
–¿Vamos a incluir el número de unidades de negocio en el informe Dr. Peñafiel?
–Las Haciendas productivas se mantienen al año pasado en ciento siete en todo el estado y doscientas veintidós rancherías productoras de maíz, frijol, caña y hortaliza.
–No aumentamos en las haciendas oye ¿Por qué razón?
–Soy grandes gobernador y mantenerlas cuesta mucho dinero, además los sistemas de raya han beneficiado más al productor que a los campesinos, que también se han acostumbrado a este sistema ante la baja perspectiva de vida que se tiene, los censos solo se realizan de aquellos por encima de los cuarenta años.
Mientras van diciendo las cifras un par de incondicionales del gobernador entran al despacho, uno de ellos se acerca al oído y le menciona un recado en voz baja:
–¡Don Desiderio se escapó!
El ingeniero González de Cosío palideció, se levantó de la silla y salió rumbo al patio de grandes canteras rosas y vitrales multicolores.
–¿Cómo que se les escapó atajo de pendejos? ¿En qué momento?
–Fuimos tan solo a levantar unas cajas que nos pidió su esposa, cuando regresamos ya no lo encontramos.
–¿Buscaron bien por toda la casa? – mientras camina buscando su anaquel de rifles y municiones, además de llamar a gritos a sus demás vigilantes. Armaron toda una cuadrilla de rufianes que de inmediato salieron a buscar sabedores que la herida de la cabeza no dejaba de sangrar, pero que tienen en desventaja que la casa de Don Desiderio esta a unas tres simples calles.
–¡A buscarle atajo de idiotas! Quien lo encuentra tráigalo vivo, ya no lo lastimen de más por favor.
Portón principal de la casa de Don Desiderio, se escuchan golpes fuertes en el llamador de hierro fundido con figura de una gárgola francesa.
–¡Abran! Por piedad – es Don Desiderio que con una mano se procura tapar el golpe que le abrió una sensible herida que no deja brotar a borbotones sangre y con la otra trata de mantener el equilibrio.
Doña Mariquita de inmediato abrió ante la embestida de semejante escándalo, al descubrir a su esposo lleno de sangre por todo su rostro ¡Desmayó!
–¡Por Dios Mariquita mucho me ayudas! –como pudo la alzó y la sentó en la silla de bejuco de la entrada, él mismo se metió al cuarto y Herlinda la chica de la servidumbre de cocina lo observó en su tambaleo, le dijo que bajaran al patio y que enseguida lo atendía, fue a lavarle la herida en una de las fuentes.
–¡Me arde por Dios mujer!
–¡Estese quieto Don Desiderio que le rompieron la cabeza de lado a lado! La herida es muy fuerte, vamos a tener que llamar al doctor De la Isla.
–¡No digas tonterías él cobra muy caro! Llámale a mi hijo que está en su cuarto ¡Él sabrá qué hacer!
La joven Herlinda subió como alma que lleva el diablo al cuarto del joven estudiante de medicina.
–¡Joven su padre se ha descalabrado profundamente! Le miro hasta el hueso– bajaron los dos y Don Desiderio ya estaba desmayado de la sangre que había perdido.
–¡Ayúdame a levantarlo! Mira me vas a tener que ayudar en esto, ve a mi cuarto y vas a encontrar varios frascos, trae por favor uno que dice anilina, otro que dice petrolato, bismuto y unas vendas y gasas que están en una caja de acero delgada ¡Apresúrate por favor! – al levantar la tela con la que se cubrió su padre descubrió una herida profunda que solo había abierto la piel, pero no observaba daños en el hueso craneal. Con unas esponjas comenzó a lavar la zona, luego cortó el cabello que rodeaba la herida ¡La borrachera de su padre ayuda en evitar tanto dolor!
–Vaya que mi padre tuvo buena fiesta –en eso llegó la joven Herlinda con todo lo que el joven le pidió. Tomó una afilada navaja y rasuró el cuero cabelludo, después con una esponja limpió toda la zona puso petrolato en la herida y la cubrió con una tela adherible que recién había traído de la ciudad de México, después puso unas gasas y espero a que con un poco de tiempo su padre durmiera y se recuperara.
Le llama la atención la herida no dañó el cráneo, pero fue suficiente para que abriera por lo menos unos cuatro dedos de largo –…la cabeza es muy escandalosa en las heridas, pero ¿Cómo se hizo la herida? – se pregunta.
Entre los dos lo subieron a su cuarto le vendó la cabeza y dio indicaciones a la joven de que prepara mucho caldo de pollo con verduras pero que solo le diera el líquido –¡Si come mucho va vomitar y debemos mantenerlo hidratado! – le comentaba en los cuidados.
Una vez Doña Mariquita volvió en sí subió a ver a su esposo hecha un mar de lágrimas ¡Con el Jesús en la boca! Sus temblores estaban haciendo que la boca se le volteará y al verla su hijo le insistió.
–¡Vamos madre todo está bien! Papá recibió un fuerte golpe que le ocasiono una abierta en la parte detrás de su cabeza, es extraño, como si alguien lo hubiera querido herir de gravedad, pero solo logró abrir la piel, a lo mejor al sentir el golpe se movió ¿Con quién fui mi papá ayer por la noche?
–A casa del gobernador.
–¿Con quién más fue?
–¡Se fue solo! Porque me dijo que no se iba arriesgar a que me hicieran una grosería en la casa del ingeniero González de Cosío.
–Voy a visitarlo ¡Son solo tres calles! Por aquí no acostumbran los ferrocarrileros acercarse de más, en la ciudad de inmediato los gendarmes los hubieran corrido a sus barrios, es extraño, papá trae como si lo hubieran atado de manos y de los pies tiene mendrugos de cuerda en su piel, sus lentes no están ¡Vaya que los necesita! Le revisé las bolsas y trae su cartera, su dinero, reloj y la libreta la conserva.
–Hijo me preocupa que a tu padre con esto de andar de mitotero con los comerciantes no le haya uno querido meter un susto ¿Tú que crees?
–Me parece que a papá lo quisieron como atrapar mantenerlo cautivo por algo, aunque no encuentro la razón ¿Sabes si algún cliente moroso debía mucho dinero?
–Tú papá es muy hábil en eso, le rediseña la deuda para que no le sea oneroso pagar ¡Ya lo conoces! Siempre ayudando al prójimo.
–Le pediré ayuda al gobernador para que demos con el culpable de lastimar tanto a papá ¡Seguro nos ayudará!
–Hijo no quiero ser ave de mal agüero, pero pienso que de quien más desconfianza debemos tener es de la gente del gobernador ya varias veces ha enfrentado a tu papá con los comerciantes.
–Pues si el fue o no fue él ¡Al menos tendrá que escucharme! O de lo contrario voy a tener que informar de todo lo ocurrido al presidente Porfirio Díaz ¡Verás que hace que la verdad salga a flote de pronta manera!
Continuará…