El Consejo Estatal de Profesionales Inmobiliarios en el estado de Querétaro (CEPIQ) alertó de casos de posible “coyotaje” en el sector inmobiliario; actividad ilegal llevada a cabo por “pseudoagentes” que comercializan diversos tipos de vivienda.
La vicepresidenta de este organismo, Maharaci Morales Mireles, apuntó que según datos del INEGI, en todo el país se han contabilizado alrededor de 182 mil personas que han cometido algun tipo de fraude inmobiliario, el cual se presenta en instancias públicas, como el INFONAVIT, y en el sector privado.
En el caso de Querétaro, lamentó, no se cuenta con una estadística sobre este tipo de delitos; pero recordó que de los más de 5 mil agentes que operan en la entidad, solamente mil 750 cuentan con una certificación y formación profesional.
“Pueden ser dos cosas; les piden su información, a los propietarios o clientes; lo que puede vulnerar su seguridad. Y también les piden dinero sin ningún comprobante que puedan ellos garantizarles que se está dando seguimiento a un proceso de compra venta o de renta”.
Yolanda Ortiz Morales, secretaria general de CEPIQ, aseguró además que la sociedad debe identificar a los verdaderos agentes, a través de obligarlos a mostrar algun aval profesional del Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales, de la Secretaría de Educación Pública; además de la la certificación emitida por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas.
“Se hacen pasar como asesores certificados y especializados sin contar con ninguna preparación, no brindan certeza legal y jurídica de ningún tipo a sus clientes o acreditados, realizando una serie de prácticas indebidas que pueden ocasionar retrasos en el trámite en cuestión, en el peor de los casos el uso indebido de la información de clientes o acreditados vulnerando su seguridad y ocasionando pérdida patrimonial”.
Las integrantes de CEPIQ argumentaron tener conocimiento de un caso de suplantación de identidad para la venta de un inmueble; y la comercialización de un inmueble abandonado, al que cambiaron la chapa para poder ofrecer la habitabilidad, a espaldas del dueño real; “suplantan identidades, promueven propiedades que no están en venta o renta, o con precios que los propietarios no autorizan”.