Hace unas semanas durante una entrevista, José Ángel Gurría dijo que el próximo sexenio sería uno de los más ingratos de la historia. Coincido con mi excolega y amigo, pero lamento decirle que se quedó corto. La próxima gobernante de México, como bien dice el dicho, recibirá un país sostenido con alfileres. A diferencia de cuando salió el presidente Salinas, que a esta frase se le relacionaba con la economía, ahora será mucho más amplio.
Primero, el problema de la inseguridad que seguirá incrementándose. La sofisticación del crimen organizado y su presencia en el país ha subido significativamente. Se han incrementado los cobros de derecho de piso y las exhibiciones de poder de parte del crimen en las calles. Detener su avance será una tarea sumamente difícil para quien sea que asuma el reto y requerirá de mucho financiamiento que no existirá. Como dije en uno de mis artículos anteriores, la cultura machista en México, hace que la presencia de la Guardia Nacional lejos de hacer que disminuya el problema, provoca que los miembros del crimen organizado quieran exhibirse y probar frente a la población, que son más hábiles, más valientes y más fuertes que el gobierno. Y eso que todavía no han empezado a usar en forma masiva las nuevas tecnologías, pero para esto, falta poco. El contexto electoral, con la polarización que se observa, será terreno fértil para su expansión territorial, que ya debe estar cocinándose.
En cuanto al tema de inversión hay otra serie de retos. En los últimos años ha habido una desaceleración en inversión de infraestructura y de su mantenimiento. A esto sumemos, que en tiempos en que los avances tecnológicos son más acelerados y disruptivos, AMLO decidió desinvertir y desprestigiar a todas las instituciones que se encargaban de investigación, ciencia y tecnología, justo cuando las grandes economías y otros países, están haciendo exacto lo contrario, conscientes de la urgencia de no solo entender estas nuevas tecnologías, sino además invertir, desarrollarlas e instrumentarlas. En este mismo sentido, a partir de la pandemia ha venido un desmejoramiento muy acelerado en la calidad de la educación. ¡Ni qué decir de los nuevos libros de texto!
Por otro lado, aunque AMLO anunció la autosuficiencia alimentaria, en los hechos está pasando lo contrario. A corto plazo se viene otro problema, agravado por el cambio climático, tanto por sequías como por inundaciones. El cambio climático amenaza la productividad agrícola del país: el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) advirtió que, si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen la tendencia actual, México podría ver una reducción del 10% en la producción de maíz y hasta un 50% en la de frijol para 2050. No somos autosuficientes, sin mencionar el encarecimiento de esta industria, en parte, producto de la extorsión del crimen organizado a los productores de alimentos.
De la salud pública, mejor ni hablamos, tanto que habló AMLO del sistema de salud de Dinamarca, en la situación actual de México, ni los ricos encuentran las medicinas. Por otro lado, los instrumentos que tenía el país para amortiguar las crisis financieras, como los fideicomisos y otros, fueron cancelados. Inclusive Nacional Financiera que tenía músculo para hacer frente a estas crisis se ha visto disminuido en forma importante.
Todo esto palidece ante la realidad de que cualquiera que ocupe la silla del águila no podrá moverse un centímetro sin la presión que generará la 4T. Cualquier desviación será enfrentada con la presión del Amloismo en las calles, incluyendo por el referéndum de revocación del mandato. Gane quien gane, sea o no sea de Morena, la presión del Amloismo será difícil de sobrellevar. Y hay más, para los que crean que Estados Unidos olvidó lo del panel de energía en el T- MEC, están equivocados, de esto hablaré en otro artículo. En el contexto actual, no queda más que desearles, ¡Suerte a las aspirantes!