Adelantar casi un año el proceso de la sucesión le ha dado al Presidente López Obrador amplio margen de maniobra para desarbolar a la oposición y, a 20 meses de la elección presidencial crear la percepción de la inevitabilidad del triunfo de Morena.
Quizá sobreestimaron su capacidad para controlar a los grupos que pusieron a disputarse la candidatura oficial a la Presidencia y la capacidad de controlar las ambiciones, olvidando que en la disputa por el Poder no se da, ni se pide cuartel.
La agitación de ayer en CDMX por el 2 de octubre, sumada a las del IPN y la UNAM, son obra de grupos conocidos por Palacio. Deben controlarlos, antes de que se desboquen y hagan del proceso de la sucesión un cruento herradero.
Doloroso, cualquier plan antinflación eficaz
La predicción del Banco de México de que será hasta el primer trimestre de 2024 cuando la inflación pueda reducirse a los niveles de un máximo de 3 por ciento que mantuvo durante una generación, hace crucial el plan que hoy anuncian en Palacio.
Nadie debe esperar una narrativa de autoflagelación espera, pero si un ajuste realista de las medidas previamente anunciadas en los intentos fallidos para contener la carestía que devora el poder adquisitivo de las mayorías.
Los que saben de asuntos de la economía quizá deban darle tiempo a plan, conscientes de algo que dijo no hace mucho uno de los directivos de la FED estadunidense: las medidas antinflacionarias exitosas siempre son dolorosas.
Cada vez escuchamos más a quienes les parecen emocionantes los intercambios de insultos y mensajes de odio entre políticos y partidos, porque, dicen, esa violencia verbal es consustancial a la democracia.
Quien esto escribe cree que hay límites que no debe cruzar la violencia verbal de los políticos y sus partidarios, porque la historia nos ha probado en México que de la violencia verbal se pasa fácilmente a la violencia física.
Valdría preguntarles a quienes parece interesante la violencia verbal si les parecería igualmente interesante cuando se vuelve violencia física y, como en el pasado no muy lejano, tiene saldo sangriento.
NOTAS EN REMOLINO
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