Hoy que se reescribe la historia y desaparecen estatuas como la de CRISTÓBAL COLÓN en la CDMX (aquí hay una del ilustre genovés frente a la Alameda) es deseable no se contamine Querétaro, porque en nuestra Plaza de Armas tenemos a DON JUAN ANTONIO DE URRUTIA y regadas por la capital varias del APÓSTOL SANTIAGO, gloriosos emisarios del pasado. Da mucho coraje.
Agua de la fuente nos tiene con pendiente.