La victoria del ultraderechista José Antonio Kast en Chile sigue la senda de otros grandes países de América Latina que han virado en los últimos años hacia el conservadurismo como Bolivia y Argentina.
En el polo opuesto destacan Brasil, Uruguay y Colombia que han hecho el recorrido contrario, de la derecha a la izquierda.
En otros casos se ha mantenido el signo político: del conservador Paraguay a las progresistas Costa Rica, México y República Dominicana.
Defensor de la dictadura de Pinochet
José Antonio Kast se convirtió en el primer defensor de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1989) en alcanzar el poder tras el retorno de la democracia al país andino.
El ultraliberal, hijo de una familia de migrantes alemanes con pasado nazi, concitó el 58,1% de los votos frente al 41,8% de la candidata de la coalición de centro-izquierda, Jannette Jara, en un proceso con sufragio obligatorio por primera vez en unas presidenciales, en el que el voto blanco y nulo se multiplicó respecto a la primera vuelta.
Kast dijo en su primer discurso tras su apabullante victoria que será “el presidente de todos, sin excepción”, y que “va a haber un cambio real” en el país.
Kast señaló que “cada uno decidirá libremente si quiere sumarse a la recuperación y al renacer de Chile”, porque el país “ha dado un mandato claro, que no admite excusas: no quiere continuidad, quiere un cambio real”, sostuvo.
En su discurso, que dio frente a miles de sus seguidores frente a su comando en Santiago, pidió a Dios “templanza y fortaleza para estar a la altura”, al tiempo que prometió “restablecer el respeto a la ley” en el país.
“Sin seguridad no hay paz, sin paz no hay democracia y sin democracia no hay libertad. Chile volverá a ser libre del crimen, de la angustia y del temor”, añadió quien será el primer presidente pinochetista y que hizo campaña a favor del entonces dictador Augusto Pinochet (1973-1990) en el plebiscito de 1988.
La hoja de ruta de Kast en Chile
El futuro mandatario destacó como “hitos” de su administración la seguridad, la migración y el progreso económico. “Quien no cumpla la ley, va a recibir todo el peso de esa ley”, afirmó antes de advertir que “los padres tendrán que responder por los daños que provoquen sus hijos” y que los jóvenes “no pueden quemar nada, no pueden romper nada”.
Kast agradeció a los excandidatos de la derecha tradicional Evelyn Matthei y de la extrema derecha radical Johannes Kaiser, que no pasaron a la segunda vuelta y lo apoyaron sin condiciones, y los invitó a “construir un país en unidad” y “sin cuoteos”, en un guiño al diseño de su Gobierno, en el que se espera integren el conjunto de fuerzas de la derecha y ultraderecha del país.
El ultracatólico dijo que su victoria “no es la meta, sino el punto de partida” y aseguró que los cambios que propone “comenzaran de inmediato”, pero frente a las expectativas que ha levantado su Gobierno en la ciudadanía, avisó que “los resultados no se verán al día siguiente”.





