La conmemoración del grito de independencia del pasado 16 de septiembre, estuvo plagada de símbolos políticos. El presidente López Obrador aprovechó una fecha tan trascendente en el país, para mandar una serie de mensajes en el ámbito internacional, que tendrán repercusión en el continente. La invitación al actual mandatario de Cuba, Miguel Díaz-Canel, al zócalo capitalino para presenciar el desfile cívico militar en el cual se conmemoraron los 211 años del Grito de Independencia, fue sin duda alguna el que más polémica ha generado.
En una celebración sui generis, el líder cubano no solo fue invitado a atestiguar el desfile, sino también a ser orador. El discurso de AMLO se enfocó a plantear la necesidad de que termine el bloqueo estadounidense que impera sobre la isla caribeña. Con esta finalidad, AMLO lanzó un llamado a su homólogo Joe Biden, tras reconocer “a los ciudadanos de la isla por defender y resistir con dignidad -en una indiscutible hazaña histórica- durante más de seis décadas el embargo económico de Estados Unidos”. El mandatario mexicano añadió que ningún Estado tiene derecho a someter a otro para obligar a sus ciudadanos a enfrentar a su propio gobierno.
Estos hechos generaron duras críticas por parte de la oposición mexicana, al considerar que no se debe de apoyar a un gobierno al que califican como una dictadura. La polémica se profundizó en torno a la celebración de la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), donde se presentaron diferencias públicas entre los mandatarios de Paraguay y Uruguay con el de Venezuela. Los señalamientos contra la nación bolivariana, arreciaron en torno a la falta de democracia y de agresiones contra los derechos humanos.
Adicionalmente, aún cuando las semanas previas, el gobierno mexicano fue enfático en su propuesta de desaparecer a la Organización de Estados Americanos (OEA) con el fin de reemplazarla por un organismo que no sea “lacayo de nadie”, en clara alusión al gobierno estadounidense, no hubo definiciones sobre esta propuesta.
¿Qué se logró con estas acciones? Un acercamiento con países latinoamericanos que en administraciones pasadas brilló por su ausencia. No obstante, también se generó un duro revés. En su primera intervención de la Asalmblea de la ONU, el presidente, Joe Biden, rindió homenaje a los activistas que luchan por “mantener viva» la democracia en países como Cuba y Venezuela”. El demócrata expresó “El futuro es de los que dan libertad a sus pueblos”. Adicionalmente, animó a los activistas a “seguir tomando las calles para lograr los cambios”.
La #SociedadHorizontal deberá estar atenta a la forma en que evoluciona este desencuentro. Sirva recordar también que en el marco de la reunión de la CELAC, se publicitó el encuentro sostenido con autoridades chinas, e incluso el beneplácito por los resultados, manifestado por el gobierno del gigante asíatico. La agenda internacional en torno a la celebración de nuestra independencia podría tener importantes repercusiones geopolíticas.
Basta recordar que en este momento prevalecen dos puntos de tensión con el gigante del Norte: por un lado, la nueva crisis migratoria expuesta por la presencia de miles de haitianos que buscan cruzar la frontera desde nuestro territorio y por otro, el reciente posicionamiento del gobierno de Biden en el que nuevamente se pone a nuestro país en la lista negra del narcotráfico. Si a esto le agregamos el componente chino, se corre el riesgo de generar un nuevo desequilibrio en la relación con los Estados Unidos.
La disputa comercial que hoy se vive por el liderazgo global, entre el gigante asiático y el coloso estadounidense, requiere de un fino entendimiento prospectivo del rol que puede jugar nuestro país como articulador geopolítico. México tiene una importante área de oportunidad para recibir las inversiones norteamericanas que habrán de salir de China y recibir las cadenas de producción que migren de aquel país.
El mundo cambió, tanto así que recientemente Gran Bretaña, una vez que dejó Europa, ha manifestado su interés por incluirse en el nuevo Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC). ¿En que bloque deberá jugar nuestro país? México podría aprovechar la coyuntura para intensificar el desarrollo de diversas regiones del país. ¿Podrá la 4T aprovechar el momento? Por lo pronto, habrá que evitar jugar con fuego. Hay que decir nuevamente sí a latinoamérica, pero sin pelearnos con nuestros vecinos del norte.