El inicio de la pretemporada para los Gallos Blancos de Querétaro no ha sido el más alentador, pues el equipo dirigido por Benjamín Mora ha sufrido dos caídas consecutivas en sus primeros encuentros amistosos. Los resultados adversos ante Xolos de Tijuana y Atlas han dejado interrogantes sobre el estado físico y táctico del plantel, que busca afinar detalles antes del arranque del torneo, programado para el 11 de julio.
Tras una decepcionante campaña en el Clausura 2025, en la que el equipo no logró colarse en los puestos de Play-In, la directiva albiazul optó por un periodo de descanso antes de reiniciar las actividades. Sin embargo, el receso no estuvo exento de movimientos, ya que se confirmaron varias bajas significativas, especialmente en el sector defensivo, donde los titulares Russo y Canalé dejaron el club. Estas salidas han generado preocupación entre la afición, pues hasta el momento no se han anunciado refuerzos que puedan compensar su ausencia.
A la incertidumbre deportiva se suma el contexto institucional, ya que persisten los rumores sobre una posible venta del equipo. Esta situación ha impactado en la planificación del mercado de fichajes, pues, pese a los nombres que han sonado en medios (especialmente jugadores provenientes de Xolos de Tijuana), la directiva no ha concretado incorporaciones. Ante este escenario, Benjamín Mora ha tenido que recurrir a elementos de las fuerzas básicas para completar los entrenamientos en las instalaciones del FC Total, ubicadas en la capital queretana.
El primer partido de preparación se llevó a cabo el pasado fin de semana frente a Xolos de Tijuana, equipo que aprovechó su estancia en Querétaro para medirse a los locales. El encuentro, dividido en cuatro tiempos, terminó con un marcador adverso de 2-0 para los Gallos, dejando en evidencia algunas carencias en el juego ofensivo. Originalmente, estaba programado un segundo duelo ante Mazatlán, pero este fue cancelado sin mayor explicación, lo que obligó al cuerpo técnico a buscar un nuevo rival.
Fue así como, el 25 de junio, los Gallos Blancos se midieron ante Atlas en las instalaciones de La Loma. El partido, también disputado en cuatro segmentos, volvió a dejar un saldo negativo para el equipo queretano, que cayó por un contundente 5-2. Este resultado ha encendido las alarmas, ya que refleja problemas tanto en la defensa como en la efectividad goleadora.
Pese a estos tropiezos iniciales, el proyecto de pretemporada sigue su curso. Los entrenamientos continuarán en el Centro Gallo de Alto Rendimiento, donde se espera afinar aspectos tácticos y físicos antes de los últimos amistosos programados. El próximo 28 de junio, el equipo se enfrentará a Puebla, y posteriormente probará fuerzas ante la Sub-23 de Pachuca.
Además del torneo doméstico, los Gallos Blancos tendrán un desafío adicional este semestre: la Leagues Cup. La competencia internacional exigirá una plantilla competitiva, por lo que los próximos días serán clave para definir si el equipo está en condiciones de afrontar una doble carga de partidos.