Obispos de la Diócesis de Querétaro en la Historia
Temporal
El Primer Obispo fue el Excmo. Sr. Dr. D. Bernardo de Gárate y López de Arizmendi (del 19 de marzo de 1863 al 31 de julio de 1866) originario de la Arquidiócesis de México, arribó a la Ciudad Episcopal de Querétaro el 29 de enero de 1865 por los vaivenes de la política mexicana entre liberales y conservadores así como por sus asuntos personales que lo retuvieron en la capital mexicana. |
Recordemos que el 2 de enero de 1862 el gobierno de Benito Juárez declaró a la ciudad de Santiago de Querétaro como capital de la República. El 5 de mayo de 1862 los franceses arremetieron tres veces contra los fuertes de Loreto y Guadalupe en Puebla sin lograr tomarlos, después del tercer asalto las fuerzas del general Porfirio Días y del coronel Antonio Álvarez rechazaron a los franceses hasta la hacienda de San José, obligándolos a retirarse a Orizaba. En la parte que rindió esa noche el general Zaragoza a su jefe inmediato al recién nombrado Secretario de Guerra Miguel Blanco asentó “Las armas del Supremo Gobierno se han cubierto de gloria”, la armada mexicana se llenó de gloria al vencer al ejército más poderoso del mundo. A pesar de su derrota en Puebla el 5 de mayo de 1862, reforzándose con habilidad los franceses se reagruparon, iniciando el sitio de Puebla y una heroica resistencia mexicana comandada por el general Jesús González Ortega (quien sustituyó a Zaragoza muerto de tifo en agosto), lo que terminó con la ocupación francesa de Puebla en 1862 y con la ocupación de la capital mexicana en junio de 1863. Debido a la intervención francesa Juárez tuvo que dejar la ciudad de México en mayo de 1863, ejerciendo su gobierno desde diferentes puntos del país, con una larga serie de retiradas y salidas hasta Ciudad Juárez en la frontera mexicana.
Napoleón III intentó conquistar México y controlarlo a través del Archiduque Maximiliano de Habsburgo a quien impuso como Emperador de México, quien rápidamente tomó control del gobierno instalado como Emperador en la ciudad de México en 1864 con Miramón y Mejía como generales del imperio. Maximiliano pactó con Napoleón III pagar mil francos por soldado por año (la deuda de Maximiliano con Napoleón III alcanzó 270 millones de francos). Juárez se mantuvo firme ante la adversidad y condujo su gobierno hacia el norte, fuera del alcance de los franceses. La defensa mexicana se dividió en cuatro cuerpos militares. El del Norte encabezado por Mariano Escobedo, el del centro al mando del general Vicente Riva Palacio, el de Occidente al mando de Ramón Corona y el de Oriente al mando de Porfirio Díaz. A lo largo del país miles de mexicanos repelieron la invasión. Esta infatigable resistencia y la coyuntura del enfrentamiento de Francia con Prusia, obligaron a Napoleón III a iniciar la retirada de su ejército a fines de 1866, quedando Maximiliano con el apoyo de sus partidarios mexicanos y algunos austriacos y belgas.
A su arribo a la Ciudad Episcopal el Excmo. Sr. Dr. D. Bernardo de Gárate y López de Arizmendi se dedicó a poner los cimientos de la nueva Diócesis estableciendo la Curia Diocesana el 12 de febrero de 1865, fundando el Seminario Conciliar Diocesano el 2 de marzo de 1865. Emprendió la visita pastoral de su Diócesis, contrayendo en Tolimán la enfermedad que lo condujo al Creador el 31 de julio de 1866.
Durante el periodo de Don Bernardo de Gárate dio inicio la guerra por la intervención de los franceses en 1863 apoyados por los conservadores, dándose la batalla de 5 de mayo donde el ejército mexicano salió victorioso, días después los franceses se reagruparon y tomaron la ciudad de México apoyados por los conservadores, quienes proclamaron a Fernando Maximiliano de Austria como Segundo Emperador de México el 10 de abril de 1864. Poco tiempo después ante la falta de acuerdos, Napoleón III terminó su apoyo a Maximiliano y retiró sus tropas, debilitando al Imperio. Maximiliano se fue a Querétaro el 19 de febrero de 1867 siendo recibido con algarabía donde decidió hacerse fuerte. Época en que el Vicario Capitular el M.I. Sr. Cango. Manuel de Soria y Breña gobernaba la Diócesis. El 11 de marzo de 1867, las tropas republicanas iniciaron el sitio de la ciudad. El 14 de mayo de 1867, el coronel Miguel López, jefe de la guarnición de «La Cruz», entregó su posición a los republicanos que entraron a la ciudad el día 15 de mayo, capturando a los dirigentes del Imperio. El 19 de junio de 1867, el archiduque Maximiliano y los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía, fueron fusilados en el Cerro de las Campanas. En julio de 1867, el presidente Juárez restauró la República, triunfando el Partido Liberal sobre el Conservador. Como consecuencia del sitio de Querétaro la ciudad fue destruida, su histórico acueducto dañado, el hambre y las enfermedades afectaron a su población, la hacienda pública estaba en bancarrota; la educación suspendida; la administración de la justicia ausente y no había Palacio de Gobierno. La Iglesia pasó por una difícil situación teniendo que buscar convivencia ante la realidad. El Gobernador Julio M. Cervantes reactivó la economía y promulgó la 3ª constitución el 6 de enero de 1869.
A la muerte de Mons. Gárate gobernó la Diócesis con el carácter de Vicario Capitular el M.I. Sr. Cango. Manuel de Soria y Breña hasta el 22 de junio de 1868, periodo crítico sobre todo para el Seminario por la inestabilidad política del país, presidió la Diócesis durante el Sitio de Querétaro y la caída del Segundo Imperio Mexicano.
En 1867, como resultado de la continua resistencia mexicana, incrementada con las presiones de los Estados Unidos y las críticas en Francia, Napoleon III decidió llevarse sus tropas. Debilitados poco a poco los conservadores mexicanos fueron forzados a sitiarse en Querétaro. Maximiliano intentó vencer a los republicanos y reunió a 9,000 soldados y a sus mejores generales en Querétaro, donde quedó sitiado el 9 de marzo de 1867 por las fuerzas republicanas. Durante casi 70 días los ejércitos combatieron en Querétaro. Al mismo tiempo en varias partes del país las fuerzas imperialistas fueron reducidas por los republicanos. El 15 de mayo de 1867 el ejército republicano tomó la ciudad de Querétaro y Maximiliano fue hecho prisionero, así como Miramón y Mejía. Tras la captura la mitad de los gobiernos europeos se dirigieron a Juárez para solicitarle que liberara a Maximiliano. El 14 de junio el consejo de guerra condenó a pena de muerte al emperador junto con los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía (indígena Pame queretano de la sierra gorda). El 19 Junio de 1867 se consumó el fusilamiento de los prisioneros, terminando el segundo Imperio y reinstalándose la República. El 5 de julio de 1867 Juárez arrivó a Querétaro con la presidencia intinerantes en su recorrido rumbo a México donde realizó su entrada triunfal el 15 de julio de 1867. En 1867 la Republica rompió relaciones con El Vaticano.
El Segundo Obispo fue el Excmo. Sr. Dr. D. Ramón Camacho y García (del 22 de junio de 1868 al 30 de julio de 1884), fué preconizado por Su Santidad Pío IX. Recibió la consagración en la Catedral de Morelia el 4 de julio de 1869, llegando a la Ciudad Episcopal de Querétaro el 15 de agosto de 1869. Fue un gran Obispo que fue llamado “Mentor de los Obispos” que encontró una ciudad Episcopal semidestruida. El Excmo. Sr. Obispo Camacho y García junto con su Venerable Cabildo Catedral, juró patrona de la Diócesis de Querétaro a la Venerable Imagen de la Santísima Virgen María del Pueblito el 13 de abril de 1875 y acordó celebrar anualmente su festividad, como se ha cumplido. La Santa Sede confirmó el Patronato en el Calendario Perpetuo aprobado para la Diócesis el 2 de marzo de 1914, al darle por medio de la S. C. de Ritos el título de Patrona menos Principal. Mons. Camacho se ocupó asiduamente de mejorar las condiciones del Seminario Conciliar; en 1883 lo trasladó al ex convento de la MM. Carmelitas, anexo al templo de Teresitas. Mons. Camacho trabajó incansablemente a pesar de sus largas y dolorosas enfermedades hasta que entregó su vida al Creador el 30 de julio de 1884.
Durante el periodo de Don Ramón Camacho y García, Juárez no pude restablecer por completo la paz del país, falleciendo el 18 de julio de 1872. A su muerte se celebraron elecciones resultando electo Sebastián Lerdo de Tejada para el periodo diciembre de 1872 a noviembre de 1876. Lerdo de Tejada decretó medidas en contra de la Iglesia, declaró constitucionales las leyes de Reforma, aprobando una ley orgánica que las reglamentaba, prohibió la instrucción religiosa y la práctica de cualquier culto en los locales del gobierno, pues sólo se permitía en los templos, prohibió las manifestaciones religiosas fuera de los templos; apoyó la introducción del protestantismo, buscando restarle poder a la Iglesia Católica. Durante su gobierno la Iglesia perdió sus bibliotecas y los edificios que había construido a través de los siglos para albergar sus seminarios, colegios, comunidades religiosas, etc. El 10 de enero de 1976, Porfirio Díaz Díaz se levantó en armas enarbolando el Plan de Tuxtepec ganando las elecciones. Lerdo de Tejada reconoció se derrota y abandonó el país. El 16 de septiembre de 1879 el gobernador Antonio Gayón promulgó la cuarta Constitución estatal que establecía seis distritos y que el gobernador y los funcionarios estatales debían ser queretanos por nacimiento. El 14 de febrero de 1882 llegó a Querétaro el primer Ferrocarril Central Mexicano (continuará).
Acotaciones al margen: El pasado 22 de marzo comentábamos en el artículo “Mejoramiento de los Recursos Económicos en la UAQ” que la UAQ tuvo un subsidio federal de $1,279,461,500.00 y un subsidio estatal ordinario de $523,264,373.00, lo que representan $1,802,726,237.00 y que la remuneración fue de $1, 974,616,923.00 equivalente al 109.54 %, y que considerando el monto total recibido y remunerado entre el número total de estudiantes se tiene un costo anual por estudiante promedio del monto recibido y del monto remunerado de $62,059.00 y de $67,973.00, siendo un subsidio federal por estudiante de $44,043.43 y un subsidio estatal por estudiante de $ 18,425.62, monto que deberían pagar los estudiantes de otros estados que quieran estudiar en la UAQ porque son recursos que provienen de quienes vivimos y pagamos impuestos en el estado de Querétaro y deben ser usados solo por los estudiantes queretanos. Considerando que en la UAQ estudian más de diez mil estudiantes de otros estados, esto representa un ingreso extra para la UAQ de $ 184,256,200.00 más el costo de inscripción de estos diez mil estudiantes, lo que representa que la UAQ podría recibir a dos mil novecientos setenta estudiantes queretanos.
Cabe señalar que la UNAM tiene346,730 estudiantes con un presupuesto anual del gobierno federal de 39,382 millones de pesos, lo que representa un costo anual por estudiante de $127,063.00, equivalente a 2.85 veces más que el otorgado por estudiante a la UAQ.