
Y así nació la Universidad
Rector fundador de la UAQ
Cuando terminaron los exámenes de 1950 por principios de diciembre, fui a dar cuenta con el resultado al Gobernador, Doctor Octavio Mondragón y en la audiencia que me fue dada le dije: “sabe usted que la Universidad de la que hablaba (Juan) Álvarez Torres, realmente se puede hacer”. El doctor también había pensado en ello, pero me dijo: “no sé como quiere usted hacer una Universidad cuando no tiene un solo laboratorio, casi sin tener edificio, sin maestros, sin dinero y vaya, hasta sin alumnos”.
Me provocaba explicarle y lo hice: nada haría que Querétaro no hubiese tenido ya, planeaba siete escuelas: Preparatoria, Jurisprudencia, Ingeniería, Ciencias Químicas, Enfermería, Contabilidad y Bellas Artes, todas ellas en un tiempo más o menos lejano y aunque no juntas, pero habían funcionado en el Colegio Civil. Por lo mismo había tradición y habiendo tradición habría maestros, los alumnos vendrían cuando se les ofreciera algo que asegurase sus vidas, el edificio podía componerse poco a poco y aún cuando el subsidio federal era muy pequeño, estaba Manuel Gual en Educación, habíamos sido compañeros y esperaba tener yo una suma mayor y el ofrecimiento de concurrir a nuestra ceremonia inaugural y hacer en ella la declaratoria.
Desde luego, que para 1951, enteramente próximo, sólo tendríamos: Preparatoria, Jurisprudencia e Ingeniería; después, en 1952, Enfermería y Ciencias Químicas; en 1953, Bellas Artes y en 1954 la Escuela de Contabilidad, si todo salía conforme lo proyectaba.
También durante 1951, iniciaría la reedificación de nuestro viejo Colegio y él por su parte sacaría a la Escuela República Argentina que ocupaba el edificio de Bellas Artes y también durante 1951 se llevaría la Imprenta de Gobierno que ocupaba una de las mejores aulas de mi edificio central.
Le pedía que Bellas Artes me la entregara siquiera en forma habitable y según su cupo yo vería cuáles Escuelas podía alojar, pues Bellas Artes es una Universidad.
Le pedía algún dinero de aumento y me contestó que tenía que conformarme con los $50,000.00 de la nómina anual, pues en otra forma todas las dependencias pedirían aumento, pero que mi Gobernador era muy rico y ya me daría algún dinero en el año.
Me puse a trabajar y resolví dejar intocada la Preparatoria que había funcionado regularmente con la sola modificación de las clases de francés que entregué al Dr. Pablo Silva y yo me descargué de la clase de primero de Historia de México que di a Pepe Juárez López y la Historia de la Edad Media a Pepe Huerta para solo quedarme con tres horas diarias.
Leyes no presentó dificultad. Tenía como alumnos fundadores a Luis Rayas Díaz, Fernando Díaz Reyes Retana, Antonio Ruelas Serrano, Porfirio Díaz Zamudio y otros dos más cuyos nombres he olvidado, pero eran seis.
Fueron maestros: Alberto Fernández Riveroll en Primero de Derecho Civil; Pepe Arana en Primero de Derecho Romano; Toño Pérez Alcocer en Teoría del Derecho; Pepe Huerta Romo en Sociología y el licenciado (Alfonso) Ballesteros en Primero de Economía y realmente creo que ni en México podría señalarse un profesorado mejor.
Ingeniería ofrecía muchos problemas porque había que dotarla de un laboratorio de topografía, de restiradores para todos los alumnos, de un buen pizarrón y de butacas con paleta especial para dibujar.
Con lo poco que tenía de la matrícula, compré en Calpini una plancheta, un tránsito reconstruido, un nivel y toda la demás varilla: el Ingeniero Saldaña Galván me regaló seis restiradores americanos con los que iba a dotar a una Escuela de Agricultura que pensó fundar y el primer pizarrón que tuvimos enclavado en todo el lienzo de la pared, el Director de Obras Públicas Ingeniero José Antonio González me lo obsequió y diez butacas el Licenciado Retana Méndez.
El profesorado quedó arreglado como sigue: Plan de 1951.
Algebra superior Ingeniero José Antonio Legarreta; Dibujo Ingeniero Antonio Mariné; Topografía Ingeniero Enrique Díaz; Geometría Analítica Ingeniero Salvador Vázquez y Geometría Descriptiva Ingeniero Agustín M. Vega.
También debe apuntarse que los alumnos fundadores de esta Escuela lo fueron: Enrique Silis, Rafael Herrera, Jesús Ortega, Enrique Enciso, Jesús García Avendaño y el joven Rodríguez Alquezar.
Con Manuel Gual no hubo dificultad y convino en venir a la ceremonia inaugural con la representación del Presidente Miguel Alemán.
Personalmente fui a invitar al Rector de la Universidad de San Luis Potosí, Doctor Luis Noyola; al de Guanajuato, Licenciado Antonio Torres Gómez; al Rector de Guadalajara Licenciado Arturo Ramos; al Director del Instituto Científico de Zacatecas Licenciado Roberto del Real, quien bondadosamente aceptó decir el discurso de inauguración en nombre de la Asociación de Universidades. El Licenciado Hugo Rangel Frías, Rector de la Universidad de Nuevo León me significó que estaría presente pues deseaba conocer Querétaro ya que su madre era queretana; el Licenciado Luis G. Garrido de la Universidad Nacional.
Con Manuel Gual vinieron el Ingeniero Enrique Dovalí, Subsecretario de Comunicaciones y Obras Públicas, el Licenciado Manuel Martínez Mezquida, Presidente de la Asociación de Universidades; el Señor Santiago Fraga, Subsecretario de Educación Pública y en el lugar de honor con él sentaron los Licenciados Antonio Pérez Alcocer y Leopoldo Aguilar, que habían sido Directores del Colegio Civil.
La ceremonia de inauguración la hicimos el 24 de febrero de 1951 y la presidió el Doctor Octavio S. Mondragón, como Gobernador del Estado.
El Licenciado J. Guadalupe Ramírez Álvarez que era Director de Amanecer, hizo una bonita crónica, muy bella, de esa ceremonia que fue inolvidable para todos quienes la presenciaron.
Después el Gobernador del Estado, ofreció un banquete en el Casino de Querétaro.
Iniciamos los cursos con 380 alumnos, matrícula muy desusada para esa tiempo, pues la mayor matrícula del Colegio Civil había sido de 120 alumnos.
Publicado en la revista Memorias 1972


