ENCUENTRO CIUDADANO
La primera y gran alarma en los resultados de la llamada cuarta transformación, está en uno de los sectores más importantes de la sociedad, la salud. Para todos es sabido que las instituciones de la salud son indispensables para garantizar la atención médica, esto en estricto apego al Artículo Cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Pero éstas se han visto seriamente afectadas por los recortes al presupuesto del sector, que incluyen falta de médicos y enfermeras, escasez de medicamentos, reducción de apoyos a pasantes, entre otros muchos efectos colaterales. Esta crisis nace a partir del Proyecto de Presupuesto de Egresos 2019 que consideró el gasto destinado a la Secretaría de Salud en 123 mil millones de pesos, 3.2% menos que el año pasado. Además, la SHCP ha reservado (recursos etiquetados no entregados a las dependencias) más de 2 mil 500 millones de pesos, afectando con ello el funcionamiento de institutos nacionales de salud, hospitales federales y regionales, hospitales psiquiátricos y centros de atención a las adicciones. A esto hay que agregar que la Secretaría de Hacienda congeló 794 millones de pesos del presupuesto asignado a 26 institutos, hospitales y centros de alta especialidad donde se genera investigación médica e innovación; además ordenó reducir 30% los gastos operativos respecto a los montos aprobados y 50% los relativos a servicios personales, desde viáticos y comidas hasta subcontrataciones de servicios a terceros. Y aunque estas medidas de austeridad tienen como objetivo legítimo optimizar gastos y atacar la corrupción, este recorte se añade a los mil 600 millones de reducción del presupuesto en salud realizado a partir de enero del presente año.
Como respuesta los directores generales de Institutos Nacionales de Salud (Insalud) enviaron una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador para externar su preocupación por acciones que perjudican la atención médica y servicios debido al congelamiento de recursos y despidos de personal especializado, lo que incluso ya ha provocado muertes de pacientes. En la carta firmada también por la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad (CCINSHAE), cuestionan al mandatario “¿por qué se nos castiga retirando recursos vitales para su buen quehacer y afectando a los más pobres y desprotegidos? La centralización de recursos ha generado un desabasto superior al 40% de medicamentos del cuadro básico, desde paracetamol, sobre todo de antirretrovirales y oncológicos”. Los directivos de Insalud señalan que el personal dado de baja es hasta ahora de cerca de 10 mil trabajadores de confianza, un buen número de ellos plazas importantes de enfermería, técnicos y médicos, a los que anteriormente no se tocaba. En el ISSSTE se está despidiendo a personal médico y de otras áreas que tenían hasta 20 años de servicio en la modalidad de personal de servicios permanentes, a los que no se les había basificado por falta de plazas. Cabe señalar que en México se destina el 5.9% del Producto Interno Bruto (PIB) en salud; sin embargo, el 53% lo invierte el gobierno y 47% proviene directamente del bolsillo de los pacientes. Durante el Foro sobre Financiamiento al Sistema Único de Salud realizado en marzo de este año, el doctor en economía de la salud Eduardo González-Pier mencionó que para tener un sistema avanzado de salud es necesario incrementar el gasto público, como lo hacen otros países. “El financiamiento es parte de una agenda básica de planeación, pero no lo es todo. Al final, el objetivo último es que el país cuente con una población sana, con un nivel de bienestar tal que le permita a cada habitante desarrollarse de la mejor manera y cumplir sus anhelos”.
Es a todas vistas que el recorte presupuestal al sector salud es un error, que lleva a muchos al horror.
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