ENCUENTRO CIUDADANO
En el marco del Festival “Huapango y tradición 2019” celebrado en Jardín Guerrero el pasado fin de semana, se me invitó a ofrecer una conferencia sobre “El lugar que ocupa la cultura en los procesos de desarrollo social e integración económica en nuestro país”. Para esta reflexión nos podemos acercar a través de tres temas: a) La cultura como generadora de crecimiento económico, empleo y desarrollo; b) los retos a los que se enfrentan las industrias culturales; y c) La cultura como instrumento de identidad y cohesión social. En este artículo hablaré sobre el primero de estos temas. Desde el año 2004, nuestro país se integró al Plan de Acción de la Comisión Interamericana de Cultura (CIC) de la OEA, en el cuál se comprometió a realizar estudios para analizar el impacto económico de la cultura, en áreas tales como la industria musical, el turismo cultural asociado al patrimonio cultural, los festivales, las artes escénicas y espectáculos; plásticas y visuales; libros y publicaciones; medios audiovisuales; danza; diseño; juegos y juguetería; patrimonio material (archivos, bibliotecas, museos, galerías, etc.); Formación y educación artística y cultural; etc., etc. Gracias a ello se pudo avanzar en el desarrollo de indicadores culturales que miden la contribución de la cultura al desarrollo económico y social. Una de las investigaciones pioneras en este campo fue la realizada por Ernesto Piedras, investigador del Centro de Investigaciones y Docencia Económicas (CIDE) para el Conaculta, denominada ¿Cuánto vale la cultura?, la cual aborda la contribución de las industrias culturales de México al Producto Interno Bruto (PIB). Aunado a esta investigación, se creó el Sistema de Información Cultural (SIC), el cuál se encarga de conocer el impacto cuantitativo y cualitativo de las actividades culturales en México. Todo esto es importante para poder fomentar la creación de trabajo en este sector; dirigir las políticas públicas; así como crear políticas para transformar la cultura en un motor económico y de desarrollo importante del país. Además de informar a la sociedad de la importancia de la cultura y el arte y así intentar quitarnos de encima la etiqueta de que la cultura es “insostenible” o “pérdida de dinero”. Para poder tener argumentos estadísticos para dar a conocer que la cultura es un motor económico y de desarrollo, que alrededor de la cultura, se crea empleo, mucha producción y, al fin y al cabo, riqueza, se crearon las “Cuenta Satélite de Cultura”. Pero, hay que seguir una metodología que permita poder comparar sus resultados con otras actividades económicas, como la agricultura, minería, comercio, etc. El valor económico del sector cultural y su participación en la economía nacional, queda al descubierto a través de las Cuentas Satélite de Cultura, la cual señala que la participación en el PIB en 2017 fue del 3.2%. Esto es, el sector cultural aporto 661 mil millones de pesos, con 1,384,161 puestos de trabajo ocupados.
Cabe señalar que en el seno de la Unión Europea, se publicó un informe encargado por la Dirección General de Educación y Cultura en el que se indicaba que el sector cultural y creativo representa, al igual que en México, entre el 3% y el 5% del producto interior bruto (PIB). A partir de ese momento, la UE planteó definitivamente a la cultura como uno de sus pilares de desarrollo.
Así podemos concluir que la economía es sin duda uno de los factores que influyen decisivamente en los caracteres culturales de un pueblo. A su vez, la cultura incide de forma determinante en la economía, ya que son factores interdependientes.