ENCUENTRO CIUDADANO
Cien años de la Rosa Roja
“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres“
Rosa Luxemburgo (1871-1919)
El pasado domingo 13 de enero miles de personas rindieron homenaje a Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, dos líderes revolucionarios que fueron asesinados hace cien años (el 15 de enero de 1919) en Berlín, Alemania. Para la izquierda el pensamiento y legado de Rosa Luxemburgo siguen vigentes, siendo considerada una de las grandes revolucionarias del siglo XX y una de las fundadoras del socialismo democrático. En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales nos presentaron a Rosa Luxemburgo a través de algunos de sus libros, como Reforma o Revolución (1900), Huelga de masas, partido y sindicato (1906), entre otros. De ahí y de sus incontables cartas, artículos periodísticos y reflexiones se vislumbra a la mujer pensadora, ideóloga y activista ejemplar. Su azarosa vida va de la mano con la inestabilidad y convulso inicio del siglo XX. Con la revolución rusa en mente, Luxemburgo y otros izquierdistas fundaron el 31 de diciembre de 1918 el Partido Comunista de Alemania (KPD). Antes, a finales de 1914, ellos mismos habían creado la Liga Espartaquista, así llamada por Espartaco, líder de la mayor rebelión de esclavos del imperio romano. Karl Liebknecht, abogado (ex socialdemócrata) y Rosa Luxemburgo (judía polaca) brillante teórica marxista, se identificaron en su rechazo a la participación de jóvenes y obreros en la gran guerra y éste era uno de sus puntos de inflexión. Al terminar en noviembre de 1918 la Primera Guerra Mundial se gestó en la derrotada alemana una revolución. En los fríos días de enero de hace ahora un siglo, en las calles de Berlín hubo barricadas, disparos y muertos. Cuando la revuelta ya había fracasado, el 15 de enero de 1919, soldados del Freikorps (milicias procedentes del ejército imperial, que conservaron las armas al regresar a Alemania tras el armisticio) apresaron y asesinaron a Liebknecht y Luxemburgo de la forma más vil.
Esta represión y el doble asesinato sellaron la ruptura entre socialdemócratas (SPD) y comunistas, división entre las dos fuerzas que todavía perdura. La socialdemocracia había aplastado una revolución, cientos de comunistas fueron ejecutados, pero la república democrática sucumbiría más tarde facilitando el advenimiento del nazismo en 1933.
La profundidad de sus ideales revolucionarios llegó a extenderse más allá de su tiempo. Cabe recordar que en más de una oportunidad los jóvenes rebeldes de las décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado, la levantaron como un estandarte de la lucha anticapitalista y antiimperialista. No es casualidad que Rosa Luxemburgo se haya convertido en estos últimos años en una de las referencias más importantes, sobre todo en América Latina, en el debate sobre el socialismo del siglo XXI, ya que ella fue un personaje de formación teórica en el pensamiento marxista y aquella formación la condujo a la práctica revolucionaria. Pero esto no fue obstáculo para que tuviera una participación en favor de los movimientos feministas y sufragistas de su época. Es necesario recordar que el 8 de marzo no se festeja el día de la mujer, sino que lo que se celebra es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Esta iniciativa surgió del seno de la Segunda Internacional donde en 1910 en Dinamarca a instancias de Rosa Luxemburgo y su amiga Clara Zetkin se dispuso tal medida, la que para la época era un hecho auténticamente revolucionario.
A cien años del martirio de Rosa Luxemburgo, tres palabras definen con justicia a esta gran mujer y son las que el dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht le dedica: “La Rosa Roja”.
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