La familia de Frida Kahlo (1907-1954) abre las puertas al público de la que fue la casa de los padres de la artista mexicana, ahora un museo reconvertido para que los visitantes conozcan un poco más a la persona detrás de la obra y puedan observar sus primeros pasos en los murales y fotografías de la pintora, según constató EFE en un recorrido.
La Museo Casa Kahlo está ubicada a tan solo unos metros de la icónica Casa Azul en la colonia Coyoacán, en el sur de la Ciudad de México, en la que Kahlo y su marido, el reconocido pintor mexicano Diego Rivera, convivieron durante años y de la que una joven Frida huía para inspirarse en su obra o para evadirse.
“Era donde se refugiaba cada vez que se enojaba. Es todo lo que realmente ella era, aparte de ser la artista. Los objetos y fotografías que vemos acá provienen solamente de archivos familiares”, explicó su sobrina nieta Mara Romeo Kahlo.
Entre las imágenes de su padre, el primer fotógrafo que trabajó para el expresidente Porfirio Díaz (1876-1911) y para el que documentó la construcción de algunas de las obras arquitectónicas más importantes del país, se entremezclan los trabajos de la juventud de Frida, como su primer mural ubicado en la cocina de la casa o la famosa Charola de amapolas.
Además, durante la exposición se podrán observar desde cartas de la autora a sus familiares a las diferentes muestras de su gusto por las costumbres y tradiciones mexicanas, que orgullosamente defendía con vestidos tradicionales y collares prehispánicos que formaban parte de su característica apariencia.
“A todos nos gusta Frida”, expresa Mara de Anda en entrevista con EFE, la otra sobrina nieta encargada de conservar la obra de Kahlo.
Aunque se muestra agradecida de ver cómo es promotora de “fanatismos” e incluso es una “religión” en sí misma, quiso dar a conocer las “raíces” más desconocidas de la artista cuyos cuadros se venden por millones de dólares.
“Frida no fue nada más la fuerte y la loca y esta mujer que tenía ideas rebeldes (…) Creemos que lo principal para todo es la infancia, pues es lo que nos hace personas.
Si tú no conoces las raíces de la persona realmente no la conoces. Creo que nadie ha hablado de lo importante que fue para Frida el círculo de los afectos que hizo”, explica De Anda.








