Virginia Hernández Vázquez
No siempre se nota, pero detrás de una sonrisa puede haber una batalla que nadie ve.
La salud mental es un tema que me toca de cerca. He visto a amigas, compañeros y familiares atravesar momentos de ansiedad, depresión o desesperanza. Y lo más duro es que, muchas veces, el silencio pesa más que el problema.
Por años nos enseñaron a hablar de cualquier cosa menos de cómo nos sentimos.
Pero hoy sabemos que la prevención empieza con algo tan básico como abrir la conversación. Pedir ayuda no es un acto de debilidad: es un acto de valentía.
Las juventudes enfrentamos presiones enormes: desde el rendimiento académico, hasta las redes sociales que nos exigen ser “perfectos” todo el tiempo. Por eso hay que hablar claro: cuidar la mente es tan importante como cuidar el cuerpo. Hablar de salud mental es hablar de la vida misma.
A veces minimizamos lo que sentimos con frases como “échale ganas” o “ya se te pasará”, pero detrás de ese silencio, se esconden batallas mucho más profundas. Cuando no hablamos de salud mental, dejamos que esas luchas crezcan en soledad. Y esa falta de acompañamiento tiene un costo altísimo: hoy el suicidio es una de las principales causas de muerte entre jóvenes.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Psiquiatría, en 2024 se registraron más de 9 mil muertes por suicidio en México. Aunque es un fenómeno que afecta a todas las edades, los jóvenes somos el grupo con índices más elevados.
Lo más grave: el 80% correspondió a hombres, lo que evidencia un sufrimiento emocional profundo que no está siendo atendido a tiempo.
En Querétaro, la tasa de suicidios en 2024 fue de 9.7 por cada 100 mil habitantes, según datos del INEGI. Durante ese año se registraron 64 fallecimientos vinculados a trastornos mentales y del comportamiento. Mayo fue el mes con mayor incidencia, con 10 casos; seguido de octubre y diciembre, con nueve y ocho, respectivamente.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición confirma esta realidad: entre 2023 y 2024, 8 de cada 100 adultos vivieron con depresión y 1 de cada 10 jóvenes entre 18 y 35 años enfrentaron ansiedad. Lo más alarmante es que solo 3 de cada 10 recibieron tratamiento.
Además, existe una brecha de género que no podemos ignorar: las mujeres reportamos el doble de casos de depresión, pero los hombres tienen tres veces más riesgo de suicidio.
La estadística no debe paralizarnos; debe impulsarnos a actuar. Desde la Secretaría de la Juventud he aprendido que cada historia importa: desde quien atraviesa un duelo, hasta quien vive ansiedad antes de un examen.
Por eso hoy contamos con Contigo Sanamente, el programa de salud mental más grande del país: más de 70 especialistas recorren los 18 municipios de Querétaro para estar donde las y los jóvenes lo necesiten. Este programa ofrece atención gratuita, inmediata y profesional. Si lo necesitas, está a tu alcance.
No hay problemas pequeños cuando hablamos de salud mental; cada carga pesa distinto en cada persona. Y aunque a veces creemos que este es un tema individual, también es colectivo. Se trata de cómo nos cuidamos unos a otros: del amigo que pregunta cómo estás de verdad, del maestro que escucha sin juzgar, de la familia que acompaña sin minimizar. Prevenir el suicidio es una tarea compartida que se construye en comunidad.
El pasado 10 de septiembre fue el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, y quiero dejar algo muy claro: hablar de salud mental salva vidas. Que nunca te dé miedo pedir ayuda, porque siempre lo he dicho: está bien no estar bien.
Prevenir también es estar atentos a los silencios, a los cambios, a esas señales que muchas veces pasamos por alto. Hoy más que nunca necesitamos una cultura donde hablar de salud mental sea normal, accesible y humano.
No hay problemas pequeños cuando se trata de salud mental. Cada persona libra batallas que solo ella conoce.
Porque detrás de cada sonrisa puede haber una batalla silenciosa. Lo importante es saber que no estás solo: pedir ayuda no es un acto de debilidad, es un acto de valentía.
Tu vida vale. Si necesitas apoyo, búscalo.
Si alguien se apaga en silencio, acércate
Hablar, sana.
En Querétaro, en la SEJUVE, estamos Contigo.
