Mario López
Inflación, política arancelaria y presiones de Estados Unidos provocarán que el avance de los automóviles eléctricos chinos se desacelere al arranque de la Administración de Claudia Sheinbaum.
Lo anterior podría durar dos años, pues se combinan la política arancelaria que impulsan México y Estados Unidos para evitar el avance de autos chinos al mercado norteamericano y la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), de acuerdo con la consultora Deloitte.
“Son factores de orden político los que más influirán en la desaceleración de este mercado”, aseguró Alberto Torrijos, socio líder para la Industria Automotriz de la consultora.
El decreto que permite importar automóviles eléctricos sin pago de arancel provenientes de países con los que México no tiene tratado de libre comercio, terminó ayer, y a partir de este martes deberán pagar un arancel de entre 15 y 20 por ciento.
Además, dijo, Estados Unidos presionará a México para evitar que sea la puerta de acceso de productos de China, sobre todo en época electoral.
“Existe un alto nivel de probabilidad de que haya una desaceleración (en los próximos dos años), porque las empresas no se expondrán a tener un inventario elevado que no puedan mover.
“México es la puerta de entrada a Estados Unidos y este país buscará detener el avance de China… Quien resentirá este tema es el consumidor, porque al final se encarecerán las unidades y autopartes”, afirmó.
Sin embargo, agregó, también existe la posibilidad de que las empresas chinas miren a México dentro de su estrategia de expansión global y dirijan inversiones en autos eléctricos al País.
El Gobierno de Claudia Sheinbaum debe cuidar y fomentar estas y otras inversiones, respetando los tratados comerciales y debe buscar mejorar la posición del País en la renegociación del T-MEC, comentó.