La Nobel de Literatura Annie Ernaux es escritora. Una palabra que antiguamente no existía en francés y se hablaba de “mujer escritor”. Aún, en el imaginario de la gente la literatura parece que la siguen haciendo los hombres y que cuenta más que la de las mujeres.
Ella es la décimo séptima mujer en recibir el Nobel de Literatura de un total de 119 premiados. Un galardón que, “de alguna manera”, es una responsabilidad, porque se trata de un “reconocimiento mundial”, señala a EFE en una entrevista.
Pero también considera que la lista de premiadas, tanto en su categoría como en el resto, es demasiado corta. “No ha sido hasta la llegada de este siglo cuando, poco a poco, se ha ido reconociendo a más mujeres”.
Aunque no se trata solo de los galardones creados por Alfred Nobel, pues en Francia el premio literario Goncourt “es un punto de referencia masculino”.
Ernaux, de 82 años, dice que “en el imaginario de toda la gente la literatura la hacen los hombres”, de hecho, la palabra escritora antes no existía en francés y se hablaba de ellas como “mujer escritor”. Por eso la nueva Nobel recuerda que en aquella época ella también usaba la expresión “hombre escritor”.
Y no hay muchos cambios, “a poco que uno preste atención, si se escucha lo que dicen los críticos, se tiene la misma impresión de que, hoy en día, la literatura de los hombres cuenta más”.
La escritora hace un inciso para recomendar “Jenny”. Un libro “muy muy feminista” de la nobel de 1928, Sigrid Undset, una escritora de cuya existencia se enteró por casualidad, cuando un día estaba en una feria de cosas antiguas y, entre una pila de diarios viejos, vio la noticia de aquel premio.
Ernaux nació en Normandía en el seno de una familia humilde, gracias a la educación llegó a profesora y entró en la burguesía. Un sentimiento de «traición» o «transfuguismo de clase» atraviesa su obra, contada casi siempre en primera persona.
A pesar de ese sentimiento de estar siempre “escindida” entre dos clases, la nueva Nobel ha encontrado un lugar que considera suyo: la escritura.
“Mentalmente mi lugar está en la escritura. Es ahí donde realmente no tengo ese sentimiento de traición. Tengo la impresión de que hago lo que mejor sé para el mundo del que procedo”.
“El lugar” (1983) es uno de sus libros fundamentales, en el que habla de su relación con su padre, pero en su literatura no evita ningún tema, desde el aborto, al cáncer que sufrió en la madurez, el alzhéimer de su madre o la pasión desmedida por un hombre más joven.