En la “Ciudad del Pecado” la Selección Mexicana pecó tres veces y terminó derrotada por Estados Unidos, en un partido en el que el Tri exhibió sus carencias, no supo a qué jugaba, defendió mal y careció de armas para cambiar de rostro y evitar ser goleada 3-0.
La apuesta inicial fue timorata por parte del técnico Diego Cocca, que jugó con tres centrales para marcar a un solo delantero, pero, entre los tres, César Montes, Israel Reyes y Víctor Guzmán no pudieron hacer efectivo ese concepto básico de armar un equipo de atrás para adelante.
El combinado mexicano mostró poco, o nada ante un equipo estadounidense que también vivía una realidad complicada, pero jugó práctico y tuvo en Christian Pulisic a su mejor individualidad para aprovechar los pecados del equipo tricolor.
Al minuto 37 se juntaron dos ex americanistas para fallar en la entrega y en la recepción de la pelota; Edson Álvarez mandó una pedrada a Jorge Sánchez quien exhibió su falta de técnica, perdió la pelota y Pulisic convirtió ese error en el primer gol de los Estados Unidos.
Para la segunda mitad, de nuevo Pulisic apareció para marcar el segundo tanto, justo por el centro, lo que demuestra que con tres defensores centrales no necesariamente se defiende mejor.
Los pecados tricolores se sucedían uno tras otro en Las Vegas; además de las fallas defensivas, el poco dominio y tras un solo disparo al arco del arquero de los Estados Unidos, la soberbia se transformó en frustración con la patada de Montes que salió expulsado tras golpear “llaneramente” a su rival.
En el minuto 76 el equipo mexicano llegó a exhibir tintes de comedia cuando Uriel Antuna no supo cómo controlar la pelota y tras la falla salió de cambio, un minuto después, Estados Unidos apostó de nuevo por el centro; tras una gran jugada, Sergiño Dest sirvió para Pepi, quien se quitó a Ochoa y puso el tercer gol local para hacer más grande la pesadilla para la Selección Mexicana.
Los atacantes de México, Henry Martin, en el primer tiempo y Santiago Giménez en el segundo prácticamente no tocaron la pelota, prueba de que no hubo conexión entre el medio campo y el ataque del representativo nacional.
Cocca se dio cuenta que para jugar al futbol se debe tener la pelota y metió al minuto 81 a Sebsatián Córdova por Orbelin Pineda, demasiado tarde.
Al 85’ Gerardo Arteaga perdió la cabeza y agredió a Sergiño Dest, futbolista que respondió de la misma forma y también vio la tarjeta roja.
Los “pecados” llegaron incluso a la tribuna, al escucharse varias veces el grito homofóbico, por si algo le faltara al pésimo momento de la Selección Mexicana que sufre una nueva derrota ante Estados Unidos.
Al final lo que pasó en Las Vegas no se quedará en Las Vegas, ya que la eliminación de la Selección Mexicana impactará en territorio nacional y en la próxima Copa de Oro, torneo que el Tri deberá ganar, si no la apuesta por el técnico Diego Cocca estará perdida.
El Tri tendrá que enfrentar a Panamá, que fue derrotada por Canadá, para buscar terminar en tercer lugar de la Nations League.