Por una #SociedadHorizontal
Cada sexenio tiene su ritmo y sus tiempos. El poder presidencial llega a una cúspide, en algún momento casi se vuelve absoluto. Se mantiene, soporta adversidades, proyecta talentos y oculta incapacidades. No obstante, en algún momento, sin saber cuando, inicia la caída. En ocasiones, la disminución de poder es casi imperceptible; en otras se manifiesta de forma abrupta. La historia se repite. Los mandatarios acumulan un poder que después, irremediablemente pierden. Por eso la pregunta latente es: ¿Cuándo le pasará al presidente en turno? ¿Podría ser diferente en esta ocasión?
Según el #AMLOTrackingPoll que publica Mitofsky diariamente, la aprobación de López Obrador, se ubicó el pasado viernes con un 58.1% a favor, sobre un 40.3 en contra. Ante estos datos -por más que existen cuestionamientos sobre la veracidad de estos estudios- resulta difícil creer que el presidente ha llegado al punto en que su poder empezará a menguar. Las conferencias mañaneras, la dimensión de sus programas sociales e incluso su discurso en torno a la honestidad, mantienen el apoyo de amplios segmentos de la población mexicana. Aunque una mayoría de la población (42.9%) opina que la inseguridad ha empeorado, también más personas (36%) piensan que económicamente estamos mejor.
En este contexto, vale la pena analizar algunos acontecimientos ocurridos la semana pasada, reveses políticos, “bandazos” declarativos y operativos que conducen a preguntarnos: ¿Habrá empezado el declive de la actual administración? ¿Empieza a debilitarse el poder absoluto de López Obrador? Sirva aquí el recuento de hechos que se mantienen en diversos ámbitos de la vida pública:
Judicial. El pleno de la Suprema Corte declaró por ocho votos a favor y tres en contra, la inconstitucionalidad de la reforma presidencial para que la adscripción y administración operativa de la Guardia Nacional sea bajo control de la Secretaría de la Defensa Nacional, por lo que deberá regresar a control de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. La sentencia significó un fuerte revés para el proyecto de seguridad que ha defendido la actual administración. De poco sirvió el voto de Arturo Saldívar. López Obrador lamentó haber propuesto para la Corte a los ministros Margarit Ríos-Farjat y Juan Luis González Alcántara Carrancá, de quienes afirmó que lo “traicionaron”.
Legislativo. Se han enviado varias iniciativas altamente polémicas. Se aprobó la ley de aviación sin el tema de cabotaje que originalmente impulsó el presidente. Aunque la propuesta del ejecutivo para reformar la ley minera fue modificada sustancialmente por su propia bancada, mantiene críticas por parte del sector. La propuesta de reforma administrativa ha encontrado duros señalamientos de la iniciativa privada. La inmovilidad del INAI, así como las declaraciones en torno a su desaparición, junto con la de la Financiera Rural y Notimex, han desconcertado a amplios sectores de usuarios. En síntesis, prevalece una mezcla parlamentaria “caótica”: demasiados asuntos altamente controvertidos, sin alternativas claras por parte del proponente y con muy poco tiempo para procesarlos.
Ejecutivo. Información hackeada a la Secretaría de la Defensa por el grupo “Guacamaya” señaló que el titular de la Sedena, Luis Cresencio Sandoval, hizo viajes al extranjero en aviones militares y comerciales en categoría premier con costo al erario, por cientos de miles de pesos, con hospedajes en hoteles de lujo y asistencia a partidos de basquetbol profesional. La noticia cimbra el discurso contra los privilegios y el dispendio. De seguir los señalamientos, ¿qué tanto apoyo mantedrá el General Sandoval por parte de compañeros en retiro e incluso de la tropa en sentido amplio?
Intenacional. López Obrador externó su inconformidad con la actuación de la DEA, que involucró el espionaje al cártel de Sinaloa. La calificó como “una intromisión abusiva, prepotente”. Posteriormente acusó a las agencias de Estados Unidos de estar en contubernio con grupos políticos y económicos de oposición en México para buscar debilitar a su gobierno. Desafortunadamente, muchos leyeron los dichos del presidente, como una defensa implícita al citado cártel. La relación bilateral evidencia preocupantes jaloneos en temas torales.
El recuento evidencia que, en varios rubros, la conducción se percibe caótica. Los desencuentros y la creciente dificultad para generar narrativas atractivas, incrementa la sensación de que falta dirección estratégica. ¿Le alcanzará a AMLO su popularidad en las encuestas, para llevar el barco a buen puerto al final de su mandato? La #SociedadHorizontal tendrá mucho que decir al respecto. Será el verdadero fiel de la balanza.