DR. EUGENIO GARCÍA ROMERO.
Como un importante resultado de mi constante contacto con mis amigos y compañeros psicólogos a través de la docencia y como instructor en varios diplomados, es mi comprensión de que los seres humanos somos producto de nuestras emociones y no, como siempre se ha dicho, de lo que comemos. Siendo la emoción es un sistema o cadena de acontecimientos que se retroalimentan, se entiende que la emoción es un proceso dinámico resultado de varias aportaciones cognitivas y biológicas.
Dependiendo de nuestras emociones, ya sean positivas o negativas, resulta nuestra calidad de vida, así como nuestra salud física y mental.
Emoción.
Un proceso de tipo particular de valoración automática influida por nuestro pasado evolutivo y personal, en el que sentimos que está ocurriendo algo importante para nuestro bienestar, produciendo un conjunto de cambios físico y comportamentales para hacernos cargo de una situación. En el ser humano, la experiencia de una emoción involucra
un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utiliza para valorar una situación concreta e influyen en el modo en el que se percibe dicha situación.
Para Maria Luisa Valiente Millán, las emociones son reacciones psicofisiológicas que todos experimentamos a diario aunque no siempre seamos conscientes de ello. Son de carácter universal, bastante independientes de la cultura y generan cambios en la experiencia afectiva, en la activación fisiológica y en la conducta expresiva. Surgen ante situaciones relevantes que implican peligro, amenaza, daño, pérdida, éxito, novedad…y nos preparan
para poder dar una respuesta adaptativa a esa situación.
Función social.-
Las emociones también cumplen una función importante en la comunicación social. Según C. E. Izard en su trabajo “Organizacional and motivacional functions of discrete emotions” nos dice que existen varias funciones sociales de las emociones, como son: a) facilitar la interacción social, b) controlar la conducta de los demás, c) permitir la comunicación de los estados afectivos y d) promover la conducta prosocial. Por ejemplo, una emoción como la felicidad favorece los vínculos sociales y las relaciones interpersonales, mientras que la ira puede generar respuestas de evitación o de confrontación.
Es decir, las emociones juegan un doble papel en su función comunicativa. En primer lugar,
la expresión de las emociones podría considerarse como una serie de estímulos discriminativos que indican la realización de determinadas conductas por parte de los demás.
Hablando de emociones.-
B. L. Fredrickson en su artículo “The role of positive emotions in positive psychology. The broadenand- build theory of positive emotions”, publicado en el American Psychologist, señala que hablar de emociones desde una postura crítica y objetiva no es sencillo, pues dicho concepto ha estado permeado de características que en gran medida involucran
aspectos subjetivos. Sin embargo, tal y como Sroufe sugiere en su trabajo “Desarrollo emocional.
La organización de la vida emocional en los primeros años”, cada una de sus conceptuaciones y enfoques coincide en que las emociones tienen múltiples facetas, lo que implica la consideración de factores cognitivos, sociales y comportamentales. Así, cada autor encuentra su definición desde una perspectiva distinta, sin dejar de lado los factores
y componentes asociados.
Emociones positivas.-
M. L. Vecina en su trabajo “Emociones positivas. Papeles del Psicólogo” menciona que el estudio de las emociones positivas es controvertido y complejo; al mismo tiempo, es apasionante en cuanto integra los dominios biológicos, cognitivos y sociales del desarrollo humano. Sin embargo, hoy día se le ha descuidado por el énfasis excesivo puesto en su
contraparte. Así, los investigadores muestran un gran empeño en controlar y disminuir los estados emocionales negativos, cuando resulta igualmente valioso promover lo que da pie a este trabajo: el cultivo de las emociones positivas.
Cuatro emociones positivas.-
B. L. Fredrickson en su artículo “What good are positive emotions?, publicado en el Review of General Psychology, propone cuatro tipos de emociones positivas: la alegría, el interés, el amor y la satisfacción. Por su parte, M. Seligman en su libro “La auténtica felicidad”, habla del optimismo como una emoción positiva básica, mientras que Diener, Smith y Fujita en el artículo “The personality structure of affect”, publicado en el N° 69 del Journal of Personality and Social Psychology, conforman la tercera línea teórica y proponen un abordaje más sistemático y empírico que incluya aspectos cognitivos y biológicos. Estos autores sugieren dos distintos tipos de emociones positivas: alegría y amor. Por último, Csikzsentmihalyi en su libro “Creatividad. El fluir y la psicología del descubrimiento y
la intención”, emplea el término de “fluidez” como aquel estado emocional positivo en el que la persona se halla totalmente concentrada y abstraída por la tarea, la que le produce placer y gracias a la cual pierde la noción del tiempo. Más adelante se abordan
algunas de estas emociones y otras que han sido estudiadas dentro de la psicología de las emociones positivas, lo que además permitirá comprender los beneficios de cultivarlas.
Emociones positivas más representativas.-
Bienestar: El bienestar es una de las condiciones que ayudan a lograr un adecuado funcionamiento de la persona dentro de su contexto social, familiar, laboral y personal. Elevación: La elevación es una emoción positiva que se expresa como un fuerte sentimiento de afecto que ocurre cuando se presencian actos que reflejan lo mejor del ser humano, provocando en los demás el deseo de ser mejores personas. Fluidez: La fluidez es aquella emoción que se experimenta cuando una persona se encuentra totalmente involucrada en la actividad que está realizando; es decir, cuando la persona concentra todos sus sentidos, pensamientos y emociones en lo que sucede en ese momento y pierde la noción el tiempo. Resilencia: La resiliencia se refiere a la capacidad que tiene el ser humano para actuar y recuperarse después de vivir acontecimientos estresantes.
Las personas resilientes son aquellas que ante la adversidad “se doblan pero no se rompen” y que son capaces de experimentar emociones positivasen situaciones estresantes. Humor: La definición de humor tiene variantes según la perspectiva bajo la cual se esté utilizando. Por ejemplo, al hablar de humor como estado de ánimo, podría definírselo como un sentimiento de bienestar, pero también como una fortaleza personal.
Emociones y salud.-
Como consecuencia de que las emociones positivas son algo más que la mera ausencia de emociones negativas, es importante enfatizar que las primeras son útiles en el campo de la salud en tanto que previenen enfermedades y reducen la ansiedad. Adicionalmente, el desarrollo de emociones positivas está relacionado con la disminución del estrés que es posible registrar en el sistema nervioso vegetativo y en el cardiocirculatorio.
Felicidad.-
El nuevo paradigma de la psicología positiva concibe las emociones positivas como uno de los pilares conducentes a la felicidad o el bienestar de las personas y, por ende, uno de sus principales objetos de estudio. Así, experimentar emociones positivas como la serenidad, la curiosidad, la vitalidad, el entusiasmo, la satisfacción, el vigor, la alegría o el orgullo, entre muchas otras más, son rasgos distintivos y características de otro constructo psicológico
que se conoce como felicidad.
Emociones negativas.-
El miedo, la tristeza, la ira y el asco son estados emocionales que, cuando son intensos y habituales, afectan negativamente la calidad de vida de las personas. En consecuencia, las emociones negativas constituyen actualmente uno de los principales factores de riesgo para contraer enfermedades físicas y mentales.
Emociones negativas y salud mental.-
Ansiedad: Cuando la frecuencia, intensidad o duración de la ansiedad como respuesta emocional es excesiva puede dar lugar a la aparición de afectaciones a la calidad de vida. En estos casos hablamos de ansiedad patológica o de un trastorno de ansiedad. Depresión: La depresión es un trastorno del estado de ánimo o trastorno afectivo. El estado de ánimo deprimido es una de las condiciones psicopatológicas más frecuentes de los seres humanos. Ira: La ira es un estado de malestar que puede ir desde una intensidad equivalente a la irritación suave, hasta la denominada cólera intensa. Se da en respuesta a un mal percibido que amenaza el bienestar de uno mismo o de los seres significativos o con los que el individuo se identifica. Asco: El asco no ha sido estudiado con la dedicación que han tenido la ansiedad, la tristeza o la ira. Sin embargo, ya existe un corpus científico en relación con las asociaciones entre esta emoción y los trastornos mentales.
Emociones negativas y salud física.-
De acuerdo con el Manual de psicología clínica y de la salud hospitalaria de L. A. Oblitas, en la actualidad existe consenso acerca de que los factores psicológicos pueden desempeñar un papel esencial en la historia natural de las enfermedades médicas. Factores como las conductas relacionadas con la salud, nuestros estados psicológicos o emocionales, las características personales y los modos de afrontamiento, han demostrado ser de especial relevancia en este sentido.
Influencia de las emociones negativas.-
A continuación se mencionan los trastornos sobre los que existe una mayor evidencia de influencia de las emociones negativas. Como se observará, la práctica totalidad de sistemas orgánicos aparecen relacionados con factores psicológicos que juegan un papel importante en el inicio, desarrollo y mantenimiento de enfermedades. Cáncer: Los enfermos oncológicos sufren reacciones psicológicas negativas ante la enfermedad de cáncer, tales como ansiedad, depresión, ira e incluso asco “patológico”. Así, el impacto del diagnóstico producirá variadas reacciones psicológicas en el paciente en función de cómo es percibido.
VIH: Los pacientes infectados por el VIH también presentan sintomatología ansiosa, como la excesiva preocupación, el miedo y la obsesión por ser portador del VIH o de presentar alguna de las llamadas enfermedades oportunistas, como el sida. La persona seropositiva está sometida a numerosos estresores que pueden ocasionar trastornos de adaptación, de ansiedad y depresión, entre otros.
Trastornos cardiovasculares: Varios estudios han mostrado que la depresión es un factor de riesgo significativo de enfermedad coronaria, infarto de miocardio y mortalidad cardiaca, así como también la ansiedad y el estrés. Trastornos dermatológicos: Desde el punto de vista fisiológico, la piel es uno de los órganos más sensibles a las emociones. Probablemente sea responsable de ello el origen embriológico común ectodérmico de la piel y del sistema nervioso que hace que ambas estructuras tengan en común multitud de neuromoduladores, péptidos vasoactivos y sistemas bioquímicos de información interna.
Trastornos endocrinos: Investigaciones recientes apoyan la existencia de una relación entre eventos vitales estresantes y el comienzo diabético. Debido a que estos estudios se han realizado con pequeñas poblaciones, deben interpretarse sus resultados con prudencia; sugieren que algunas personas son más vulnerables que otras a los efectos del estrés.
Trastornos gastrointestinales: La función principal del sistema gastrointestinal es la de acomodar y guardar los alimentos ingeridos para, a continuación, molerlos, triturarlos y, finalmente, liberarlos de una manera coordinada a la luz intestinal. Dado que la principal actividad del estómago es el vaciado gástrico, los problemas motores que se han relacionado con este fenómeno se pueden dar en cualquier parte del aparato digestivo, tanto en el esófago, como en el estómago o los intestinos.
Enfermedades neurológicas: Las enfermedades neurológicas son las que presentan una mayor coexistencia con la depresión y la ansiedad (Robertson, 1997). El dolor de cabeza es el síntoma neurológico más evidente y uno de los motivos de consulta más frecuentes en general (se estima que entre un 10%-20% de los casos es el síntoma principal). Trastornos respiratorios: Actualmente no se ha podido demostrar la influencia etiopatogénica en la enfermedad respiratoria de los factores psicológicos, pero sí se acepta la posible influencia de los factores psicosociales sobre la evolución del asma bronquial o en el mantenimiento de algunos de los síntomas.
Trastornos reumatológicos: Muchas enfermedades reumatológicas cursan de forma crónica, produciendo dolor, deformación e incapacidad funcional. Repercuten directamente sobre la calidad de vida del paciente, afectando su actividad
laboral, social y familiar. Con frecuencia los síntomas y signos de la alteración músculo-esquelética se solapan con la sintomatología propia de una afectación emocional.