El empresario Elon Musk, uno de los hombres más ricos del mundo y propietario de la red social X, la automotriz Tesla y la compañía aeroespacial SpaceX, ha asumido un papel central en el gobierno de Donald Trump, lo que ha generado un grave desgaste reputacional y ha tenido un alto costo para sus negocios. Sus decisiones han atraído los reflectores y multiplicado sus enemigos y detractores.
En los últimos meses, las acciones de Tesla han perdido la mitad de su valor, acumulando pérdidas que superan los 18 mil millones de dólares. En Alemania, las ventas de Tesla han caído un 70 %, mientras que en Portugal, Francia, Suecia y Noruega han disminuido entre un 40 % y 50 %. Musk también ha perdido contratos para su servicio satelital Starlink, y su red social X enfrenta constantes ciberataques. En lo que va del año, hasta el 11 de marzo, Musk había perdido 128 mil millones de dólares de su fortuna personal según Bloomberg Billionaries Index.
Cinco factores explican el creciente rechazo que enfrenta Musk:
1
Su papel en el gobierno. Como responsable del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), Musk ha implementado recortes en la administración pública que en cualquier país serían impopulares. La reducción de personal y presupuesto en agencias clave, desde el Departamento de Defensa hasta la NASA y el Servicio Forestal, ha generado resistencias dentro del gobierno y críticas de figuras como el Secretario de Estado, Marco Rubio.
2
Falta de contrapesos. Su nombramiento no pasó por la aprobación del Congreso, y Musk se ha negado a comparecer en audiencias legislativas para explicar los recortes. Esto no solo ha indignado a los demócratas, sino que ha complicado la defensa de sus aliados republicanos.
3
Posibles conflictos de interés. Crece la sospecha de que Musk utiliza su posición para beneficiar sus negocios. Por ejemplo, ha impulsado recortes en la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA), la agencia que regula la seguridad vehicular, lo que favorecería a Tesla. También preocupa que tenga acceso privilegiado a bases de datos de empresas con las que compite por contratos gubernamentales o que promueva decisiones financieras alineadas con sus intereses en criptomonedas.
4
Privatización de servicios públicos. Musk ha sido acusado de intentar reducir el gasto en seguridad social y privatizar los programas de salud Medicare y Medicaid, lo que ha generado alarma en amplios sectores de la población. También ha debilitado la capacidad operativa de agencias como la NASA, a la que podría vender servicios. En otro ejemplo, cuando funcionarios bajo su mando visitaron la Autoridad Federal de Aviación, se percibió un intento de promover la tecnología de SpaceX. En la última década, sus empresas han recibido más de 14 mil millones de dólares en contratos gubernamentales.
5
Posturas polémicas. El congresista Bill Huizenga ha señalado que Musk “tuitea primero y piensa después”. Sus comentarios en redes sociales han generado tensiones con socios comerciales y gobiernos. En México, sus declaraciones han contribuido al rompimiento de relaciones entre Starlink y América Móvil, de Carlos Slim, además de avivar un clima adverso para sus negocios tras respaldar la idea de incursiones militares estadounidenses en territorio mexicano. También se especula que sus opiniones sobre la guerra en Ucrania podrían haber motivado los recientes ciberataques contra X, que Musk atribuye a hackers ucranianos.
Musk está convencido de que las dificultades actuales de sus negocios son solo una tormenta pasajera y que pronto recuperarán su estabilidad financiera. También cree firmemente que su cruzada contra la burocracia reducirá el dispendio gubernamental y permitirá redirigir recursos para estimular la economía. Calcula que los recortes que impulsa podrían generar un ahorro de un billón de dólares (un trillón en el sistema numérico de Estados Unidos). Apuesta a que, al final, tanto su reputación como sus empresas saldrán fortalecidas. Sin embargo, como ocurre con sus cohetes en SpaceX, la diferencia entre una hazaña histórica y un desastre puede depender de un solo error de cálculo.
@aocaranza