Ramón Márquez Carbajal
I Parte
La fortuna está del lado del equipo mexicano de Copa Davis 1962 –Pancho Contreras, capitán- jugador; Rafael “Pelón” Osuna, Gustavo Palafox y Mario Llamas- el sorteo le obsequia un bye en cuartos de final de la Zona América: En agosto, y en el Deportivo Chapultepec, gana 3-2 ¡a Estados Unidos! y 4-1 a Yugoslavia, y, por fin, es campeón de la Zona… está en la recta final, cerca del sueño siempre anhelado pero jamás imaginado: el último juego del torneo. Ahora, en semifinales de la Interzonal Zone, recibe a Suecia.
En Suecia llaman Araña Blanca a Jan Lundquist. Por su pálida piel y por ese cabello que, de tan rubio, adquiere tonos platinados. Mira al mundo desde el 1.91 de estatura quien fuera niño prodigio del tenis y no ha perdido un duelo Copa Davis en tres años. Pero también es incipiente reportero que cubre para Stockholm Aftonbladet las incidencias del XI Campeonato Mundial de Pentatlón. En la noche del jueves 25 de octubre, y pese a que al día siguiente abrirá la serie contra México pasa largas escuchando la alegre música del mariachi.
Viernes 26 de octubre. Contrastan los físicos de la Araña Blanca y El Potrillo, así apodado Toño Palafox. También los estilos de juego -fino el del mexicano, poderoso el del sueco- y los temperamentos –indomable es el carácter de Lundquist; más bien tranquilo es Palafox. Abren esta serie. Lundquist golpea primero: 8-6, 1-6, 8-6, 6-4. Y cuando Osuna domina al versátil pero lento Ulf Schmidt –dos sets a uno, 4-1 en el cuarto set y con su servicio- se produce un momento de enojo: esplendorosamente brilla el sol, y el capitán sueco invoca la regla Copa Davis que prohíbe jugar después de las 17:30 horas. “No podemos ver la bola”, dice. Furioso, Contreras replica: “si no pueden ver la bola, ¿por qué no se ponen unos anteojos?”. Pecata minuta. Al día siguiente Osuna culmina su obra y minutos después, al lado de Palafox, enfrenta a Lundquist-Schmidt -campeones en Wimbledon 1958, título que Osuna-Ralston ganaran en 1960-. Rafael está confiado: con Manolo Santana derrotó a los suecos en Europa. Y con Ralston en la propia Oslo. Ganan los escandinavos el primer set. Pero es todo. Osuna y Palafox se imponen 6-8, 7-5, 12-10, 6-1. México está a un punto…
Domingo 28. No puede ofrendarlo Palafox, que pierde 11-9, 3-6, 6-3, 1-6, 6-1 ante Schmidt. La serie será decidida por los mejores jugadores de cada país: Osuna y Lundquist. El duelo es de alta emoción. Osuna viene de atrás en dos ocasiones para empatar los sets. Casi a las cinco de la tarde inicia el punto definitivo. En 3-3, Osuna sobrevive a dos puntos para rompimiento…
Buscando el punto deseado, Osuna hace que el sueco tenga cinco game points en contra. Los dos luchan cada punto con denuedo, desplegando su maestría a lo máximo. Finalmente, en la quinta ventaja Osuna gana el juego y toma delantera de 5/3. En su primer saque sube a la red, Lundquist envía un golpe recto que sale; las tribunas son un verdadero manicomio. En el segundo, con una pelota esquinada después de un peloteo sensacional, obliga al sueco a estrellar la pelota en la red; luego, con una colocación de alarido se coloca 40/0. Lundquist gana dos puntos de jugadas increíbles 40/30. Los cardíacos bajan la vista para no ver lo que va a suceder. Osuna ejecuta un servicio cruzadísimo pegado a la línea exterior y antes de que Lundquist llegue a contestar ya está en la red, el vikingo se estira a todo lo que da, no controla la pelota y la envía fuera. Un verdadero rugido brota de las tribunas. Juego, set y partido. Pelón alza las manos al tiempo que se desahoga con un alarido. Lundquist corre tristemente a estrecharle la mano, Pancho da un brinco de su silla de capitán y cientos de aficionados se apoderan de la cancha y elevan al Pelón en hombros. ¡El triunfo es nuestro! –Mario Llamas
Siguiente paso: Final Interzonas en la India.
El equipo es recibido por el presidente Adolfo López Mateos, quien expresa: “Deseo que les acompañe el buen ánimo del pueblo de México y siéntanse cobijados por su bandera. Con sus triunfos pasarán a la historia del deporte mexicano, como autores e hechos inusitados, extraordinarios. Con ustedes va mi más ferviente deseo por su triunfo. ¡Vayan como guerreros!”.