El 23 de abril del presente, en una gira para supervisar las obras del Tren Maya, el presidente de la República sufrió un desmayo, justamente en Mérida cuando se disponía a degustar un opíparo almuerzo yucateco. Los médicos que lo asistían se aprestaron a examinarlo. El resultado fue, entre otros, que dio positivo de Covid 19, por lo que fue trasladado de inmediato a la ciudad de México, concretamente al Hospital de la Marina. Cabe preguntarse ¿cuántos más se contagiaron? Al parecer nadie. Lo que hace pensar que no hubo tal contagio, y que se trató simplemente de una treta. Y sin embargo, las especulaciones abundaron en las redes sociales: que si un infarto, que si una trombosis que le paralizó medio cuerpo. Todo fue incertidumbre. Según Adán Augusto López, quien se hizo cargo de las conferencias de prensa, el presidente estaba bien y regresaría en dos o tres días.
El clima político fue de tensión extrema. Y lo que más llamó mi atención era que incluso sus críticos rogaban por su pronta recuperación. El caso es que el siguiente viernes López reapareció. Como si nada. Y como un gallo de pelea en el palenque, volvió a los denuestos contra los adversarios, que, según él, hubiesen deseado su muerte.
Sospecho que su ausencia fue una simulación, una estrategia un tanto perversa para engañarnos. Una mentira más. Sabemos que es un hombre enfermo. Pero esta vez sólo urdió un suspenso en el más puro estilo de Alfred Hitchcock, a quien se le llegó a considerar el Mago del suspenso.
Genio y figura. López no cambiará. Aunque diría yo que con la salud no se juega. Sus allegados más cercanos sabían la verdad. Por eso la Sra. Claudia Sheinbaum no suspendió el “concierto” de una mediocre cantatucha que por cierto tuvo osadía de grafitear el ‘Lábaro Patrio’. Cosas de la llamada 4T, de esa farsa que pronto verá su fin.
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Y mientras el mandamás fingía un contagio, sus huestes hacían de las suyas. Una veintena de reformas propulsaron a espaldas de una sociedad atónita, entre otras la desaparición del INSABI, la creación de un organismo de Ciencia, Tecnología y Humanidad que incorpora las Fuerzas Armadas. Hasta esa comarca llega la presencia castrense. Que el señor nos ampare.