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El suicidio

¿qué es lo que sucede?, ¿qué pasa por la mente de estas personas?

por Dr Eugenio García Romero
3 septiembre, 2020
en Editoriales
El suicidio

Fotos: Especial

11
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ANÁLISIS

En la investigación bibliográfica al respecto, encontré una investiga­ción realizada por el Instituto Na­cional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, México. El título de la investigación es “Análisis de las Muertes por Suicidio en el Esta­do de Querétaro”, el cual se publi­ca en la Revista Salud Mental, vol. 26, N° 6, diciembre 2003, páginas 47 a la 54. En este estudio parti­ciparon el Dr. Leopoldo Francis­co Espinosa Feregrino, del Servi­cio Médico Forense Procuradu­ría General de Justicia del Estado de Querétaro; el Dr. Luis Guiller­mo Almeida, del Departamento de Investigación. Centro Comunita­rio de Salud Mental. Servicios de Salud del Estado de Querétaro; el Dr. Francisco Cortés, del Depar­tamento de Informática y Esta­dística, Instituto Nacional de Psi­quiatría Ramón de La Fuente; el Dr. Guillermo Enrique Leo, de la Coordinación del Doctorado en Facultad de Medicina, Univer­sidad Autónoma de Querétaro. Ciencias de la Salud, quienes ci­tan que: “El suicidio es un proble­ma de salud pública que da cuen­ta de al menos 0.9 por ciento de to­das las muertes en todo el mundo. En México, la tasa de mortalidad por suicidio en sujetos masculinos en 2000 fue de 5.9 por cada 100 mil habitantes, y constituyó la de­cimoséptima causa de muerte en el mismo año. Mediante el análi­sis de las defunciones registradas en el Servicio Médico Forense del Estado de Querétaro, México, se calcularon las tasas anuales de sui­cidio para la población mayor de 10 años de edad, de 1996 a 2002. Ade­más, se analizaron en forma retros­pectiva, las muertes médico lega­les de enero de 1999 a diciembre de 2002, para crear una base de da­tos que incluyó la información so­ciodemográfica y variables como la edad, el género, el lugar de residen­cia, la fecha y la hora de muerte. A través de un análisis comparativo, se integraron dos grupos: el prime­ro estuvo compuesto por los suici­dios y, el segundo, por las muertes por causas diferentes al suicidio. Se aplicó un modelo de regresión lo­gística y de análisis estructural pa­ra identificar las variables sociode­mográficas asociadas con el suici­dio y la magnitud de la asociación”.

UN FENÓMENO COMPLEJO

El suicidio es un acto suma­mente complejo del ser humano en el cual intervienen factores neu­robiológicos, psicológicos y socio­demográficos. En su trabajo citan el estudio titulado “Identification of suicide risk factors Using epide­miological Studies” de E. Moscic­kie, quien señala que se trata de un problema de salud pública mun­dial, dado que aproximadamente 0.9 por ciento de todas las muer­tes son por suicidio y alrededor de mil personas se suicidan cada día en todo el mundo. A diferencia de lo que sucede en Estados Unidos, donde las tasas de suicidio han per­manecido prácticamente sin varia­ción durante los últimos 15 años, éste problema se ha incrementado en México en las últimas décadas. Por ejemplo, en 1970 esta tasa fue de 1.01 por 100 mil habitantes, y en 2000 aumentó a 5.9 en los hom­bres y constituyó la decimoséptima causa de muerte para ellos.

Se sabe que la frecuencia del suicidio varía de acuerdo con la edad y el género, como ocurre en algunos países industrializados; la conducta suicida se incrementa con la edad y afecta más a indivi­duos mayores de 65 años. En nues­tro país existen diversas fuentes de información sobre los aspectos epidemiológicos del suicidio, como el Instituto Nacional de Estadísti­ca, Geografía e Informática (Ine­gi), la Dirección General de Esta­dística de la Secretaría de Salud, la Procuraduría de Justicia y los mi­nisterios públicos. Esta multipli­cidad de fuentes ha dado lugar a cierta incongruencia en los resul­tados y a divergencias en las ten­dencias reportadas por diferentes investigadores. Estudios recientes demuestran que algunos de estos registros estadísticos sobre el suici­dio en México son poco confiables.

ESTADÍSTICA

Los datos encontrados en el estudio demuestran que la tasa de suicidio en individuos mayores de 10 años se ha incrementado en los últimos siete años. Esta situación es similar a la observada en todo el país si tomamos en cuenta que en 1970 la tasa de suicidios fue de 1.10 por cada 100 mil habitantes y en 1999 fue de 3.42 por cada 100 mil habitantes. Factores como la edad, el género masculino y la residencia en un área con mayor densidad po­blacional son condiciones sociode­mográficas asociadas al suicidio, lo que es similar a lo reportado en la bibliografía internacional.

CONDUCTA AUTODESTRUCTIVA

Distintos autores han reporta­do la existencia de otros factores de influencia en la conducta autodes­tructiva, como los trastornos men­tales y las adicciones, que propor­cionan el principal contexto en el cual tiene lugar este tipo de con­ducta autodestructiva. El Dr. Espi­nosa Feregrino comenta que: “Por ello, consideramos que una limi­tación del estudio fue la falta de diagnósticos psiquiátricos en tor­no a estas muertes, así como la au­sencia de una “necropsia psicológi­ca”. La mayoría de los suicidios de la presente muestra fueron come­tidos por hombres pertenecientes al grupo de edad de 20 a 29 años.

Llama la atención que se trate de sujetos jóvenes, a diferencia de lo que pasa en otros países donde individuos de más de 60 años son quienes tienen las tasas más altas de suicidio.

NECROPSIA PSICOLÓGICA

Los resultados de los estudios de “necropsia psicológica” realiza­dos en Estados Unidos y Europa, indican consistentemente que más de 90 por ciento de los suicidios en todos los grupos de edad se asoció con un trastorno mental o adictivo. En una serie de seis estudios reali­zados entre 1959 y 1988 en diversos países, como Estados Unidos e In­glaterra, se determinó que entre 81 y 95 por ciento de los pacientes que murieron por suicidio padecía al­gún trastorno mental. Los princi­pales diagnósticos fueron: depre­sión mayor en el 28 a 70 por ciento de los casos, abuso de sustancias (8 a 50 por ciento de los casos) y tras­tornos de la personalidad en 3 a 27 por ciento. Sin embargo, la presen­cia de un trastorno mental o adic­tivo único no basta para explicar la conducta suicida, dado que la mayoría de los pacientes que su­fre estas patologías no muere por suicidio. Por ejemplo, sólo entre 10 y 19 por ciento de los pacientes con trastornos Sin embargo, la presen­cia de un trastorno mental o adic­tivo único no basta para explicar la conducta suicida, dado que la mayoría de los pacientes que su­fre estas patologías no muere por suicidio. Por ejemplo, sólo entre 10 y 19 por ciento de los pacientes con trastornos afectivos unipolares y bipolares muere por suicidio y se suicida únicamente 10 por ciento de los pacientes con esquizofrenia.

COMORBILIDAD

La comorbilidad entre los tras­tornos afectivos, los trastornos adictivos (especialmente la depen­dencia al alcohol), los trastornos de la personalidad (trastornos límite y antisocial) o con enfermedades médicas como el VIH/SIDA, la en­fermedad de Huntington, las neo­plasias malignas, la esclerosis múl­tiple, la úlcera péptica, las enfer­medades renales y las lesiones de la médula espinal, explican mejor la conducta suicida que la presen­cia unitaria de una patología mé­dica o psiquiátrica. Además de los factores psicopatológicos, existen factores neurobioquímicos y fami­liares que influyen en la conducta suicida. En estudios post-mortem se han reportado niveles reducidos de serotonina (5-HT) y de su meta­bolito, el ácido 5 hidroxi-indol acé­tico, en el tallo cerebral y líquido cefalorraquídeo de individuos que fallecieron por suicidio.

En pacientes deprimidos con intento de suicidio, también se ha demostrado una disminución de los niveles séricos de triptófano y de serotonina en comparación con pacientes igualmente deprimidos, pero sin intento de suicidio. Los niveles de 5-hidroxi-indol acético presentan una disminución en el líquido cefalorraquídeo de pacien­tes con intento de suicidio. Se ha encontrado asimismo un aumen­to de los receptores de serotonina (5-HT2A) en la corteza prefrontal y en el hipocampo de adolescentes víctimas de suicidio.

ANTECEDENTES

Por lo regular, los sujetos que fallecen por suicidio o que inten­tan suicidarse, provienen de fami­lias con antecedentes de conducta suicida, trastornos afectivos o con­sumo de sustancias, así como con antecedentes familiares de sepa­ración, divorcio, viudez, proble­mas legales, violencia, abuso físi­co y/o sexual.

DIFÍCIL DE EXPLICAR

Explicar las causas de éste fe­nómeno es complicado y en ello intervienen seguramente varia­bles sociales, culturales, económi­cas, psicológicas y neurobiológi­cas. El suicidio es un fenómeno que requiere modelos teóricos e intervenciones complejas pa­ra prevenirlo. Probablemente, el mejor método para prevenir el suicidio sea aquel que aborde fac­tores de riesgo como la psicopa­tología, el consumo de sustancias y los problemas en el funciona­miento familiar de manera inte­gral y continua, así como el entor­no físico y psicosocial del indivi­duo. En el ámbito de las políticas de salud pública, intensificar la restricción de acceso a los méto­dos utilizados más comúnmente para cometer suicidio, como las armas de fuego y los medicamen­tos, puede contribuir a disminuir la tasa de suicidio. En el ámbito individual, los clínicos tienen la oportunidad de intervenir con in­dividuos de alto riesgo si saben re­conocer las entidades psicopato­lógicas comórbidas y los factores de riesgo asociados al suicidio, a través de un tratamiento psiquiá­trico oportuno y eficiente. Proba­blemente, las oportunidades más altas de salvar vidas a largo plazo yacen en la elaboración de pro­gramas bien diseñados y comple­tos, que se centren en la preven­ción, la identificación y el trata­miento de los trastornos mentales y los trastornos adictivos en todos los grupos de edad.

 

Etiquetas: Dr. Luis Guiller­mo AlmeidaFuente MuñizmexicoPsiquiatría RamónqueretaroServicio Médico Forense

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