Los comicios del próximo domingo, 6 de junio, serán por volumen de votantes, los más grandes de nuestra historia y, por desgracia –en el periodo preelectoral– los más violentos. Quién lo creyera. Pero así es. Lo peor es eso: es el riesgo de no respetar nuestra voluntad ciudadana. Ya lo advirtió la prestigiada reviste “The Economist”. El primer mandatario de la República no sabe lo que es eso. Es un peligro para la democracia mexicana, según la mirada de la revista británica, tal si no lo supiéramos quienes hemos seguido sus pasos.
‘Falso mesías’, así lo califica. ¿Mesías? Nada hay de eso. Es solo un atributo hiperbólico que le debemos a Enrique Krauze, un intelectual propenso a definir a sus personajes con aires de equívoca originalidad. ¿Un mesías o un ambicioso cacique oligofrénico?
Por ‘falso’ o ‘tropical’ el tal Mesías no pasará; este domingo ya no se trata solamente de votar, sino de defender con firmeza el voto, pues de no triunfar el mandatario en la contienda según su antojo, nos aguardan conflictos post electorales que pondrían al borde del abismo, a la ya de por sí, maltratada esta nación nuestra, por un lado debido a la contingencia sanitaria, y por otro, merced a la presencia de un dirigente que ha sido puntualmente caracterizado por su “necrofilia ideológica”. ¿Y por qué ni también tecnológica? ¿O qué pensar de la enloquecida decisión de rescatar las oficinas de correos y telégrafos en horas veloces de proliferantes plataformas de comunicación?
¿A esto se le puede llamar transformación? Como ocurrencia, vale. Como proyecto desata nuestra risa o bien nuestra amarga vergüenza o bien siendo fríos una leve pena. Votemos pues. Pues la abstención, fue la verdadera triunfadora en el 2018. Hagámoslo sin miedo. Pues la democracia nos exige valor. Pensemos que un gobierno autoritario y populista, enfermo de abuso, corrupción y pueriles gesticulaciones, apoyado por las bayonetas, dura poco. Lo que dura una pirotecnia ¿O qué la historia nada nos dice? ¿Nada de la pesadilla del Tercer Reich? Mil años, soñaba Hitler. Y se desvaneció en menos de dos décadas.
Votemos, pues, para enderezar el rumbo y fortalecer la democracia que, día a día, es el objeto de la devastación política y social. MORENA y sus serviles aliados solo nos conducen a la ruina. Que no nos engañe la retórica de pacotilla del líder, la manipulación en todos los órdenes, incluso en la vacunación. Cuánta perversión hay en todo esto.
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Una perla del inquilino de Palacio: entre los océanos Atlántico y Pacífico, dice haber una distancia de 300 metros. No señor: son más de 200 km. Que tomen nota quienes aún creen los cálculos del señor presidente, topógrafo desastroso.
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La consigna del sufragio sensato sería: hasta aquí llegó tu tiranía.