Sara Amaya
Antes que nada, quiero agradecer al Lic. Sergio Arturo Venegas Ramírez por permitirme escribir este artículo contando una parte de las memorias que tengo de mi papa el Dr. Mariano Amaya Serrano.
Esta memoria data del año 1998 cuando mi progenitor fue elegido en la contienda interna de un partido político para postularse a la presidencia municipal de Querétaro, (quiero aclarar que mi papa el Dr. Mariano Amaya no era mi padre biológico pero si mi papa de crianza además de que su reconocimiento me salvó la vida) lo cual yo al ser hija fuera del matrimonio de mi progenitor pues no funcionaba del todo bien mi simple y pura existencia al igual que mi madre, entonces al ser un estorbo para este individuo me dio de baja en la SEP Y USEBEQ para así poder forzar a mi madre y a mí a irnos de Querétaro y que el pudiera ganar no solo la contienda interna, sino las elecciones para tener el puesto de presidente municipal… en ese entonces Querétaro era una ciudad demasiado conservadora y alguien como yo y mi mama éramos considerados el pecado en sí (algo así como para la iglesia las misas a-go-go de mi papito) pero aquí es en donde todo tiene un jiro inesperado en mi vida y en la vida de mi madre y entra en escena mi papito EL DOCTOR MARIANO AMAYA SERRANO a reconocerme como hija para que pudiéramos seguir viviendo aquí y yo pudiera seguir estudiando (a pesar de que mi madre haya decidido irse de Querétaro el tiempo que nos fuimos).
En el año 1999 el me reconoció como hija, abriéndome un mundo de oportunidades en el ámbito estudiantil (aunque qué pena que ilegalmente ahora LA UAQ sea tan elitista y arbitraria en sus procesos de selección sobre todo la carrera de criminología) ¿y me creerán que mi papa era la única persona que si me nacía decirle papi? ¿Increíble no?
Tenía yo la edad de 6 años cuando en el sótano de su casa de bernardo quintana leí el primer libro de toda mi vida, “LA DIVINA COMEDIA” de Dante Aligueiri, en ese momento el cerebro me explotó y tuve una liberación literaria que me hizo ahora la persona
que soy, jamás olvidaré los consejos de mi papa, y también jamás olvidaré lo que hizo por mí que está plasmado en mi acta de nacimiento, porque por él es que sigo no solo viva sino por el jamás me rendí a terminar mis dos licenciaturas y jamás me frené en terminar mis estudios a pesar de todos los obstáculos que pasé desde niña de primaria hasta mi segunda licenciatura, gracias a el pude ser autodidacta y ahora me ha permitido seguir sus pasos impartiendo mi conocimiento en el proyecto que llevo a cabo para la sociedad, el me dio el amor a la enseñanza, y hubo algo que me marcó la vida y fue lo siguiente: “SARITA, NACIMOS PARA DOS COSAS EN ESTA VIDA, NUESTRA MISION, ESO ES APRENDER PARA ENSEÑAR” fue cuando yo le pregunté (como siempre desde niña) ¿POR QUE? a lo que me respondió: “ES BUENO QUE PREGUNTES POR QUE, ASI TENDRÁ SENTIDO EL HACERLO, ES PORQUE DEBEMOS DE APRENDER HUMILDAD E IMPARTIR MISERICORDIA, ESTO LO LOGRAS APRENDIENDO Y ENSEÑANDO, ¿VEZ? HUMILDAD Y MISERICORDIA”
Estas palabras jamás las olvidé y a lo largo de mi vida vi que tanta gente no las sabía ni las impartía, llegué a un punto de dolor en donde solo me ayudaba ese hilo invisible que me unía con él, LOS LIBROS y era en donde me sentía en casa.
Quiero cerrar este articulo con unas palabras que me hubiera gustado decirle en vida y no en su féretro.
GRACIAS PAPI POR TODO Y, POR TANTO, GRACIAS POR HACERME QUIEN SOY, GRACIAS POR SALVARME DE LA IGNORANCIA Y DE LA DESGRACIA DE MORIR, OJALÁ EN DONDE ESTES ME VEAS Y PUEDAS SENTIRTE ORGULLOSO DE MI, HONRARÉ TU LEGADO HASTA EL ULTIMO ALIENTO DE MI VIDA, ¡PORQUE SI EXISTO ES POR TI PAPI MARIANO!