José Ignacio Urquiola Permisán y sus hallazgos en el Archivo de Indias revolucionaron nuestro conocimiento fundacional queretano
“La publicación de fuentes no fue siempre acompañada por el cuidado de referir la localización del archivo público o privado donde se habían conservado.” Así comienza el gran Maestro su disertación sobre las fuentes que se han estudiado para explicar nuestra fundación como pueblo de indios de Querétaro, a secas, sin el “de Santiago”. ¿De qué ha servido que el catedrático Urquiola y Juan Ricardo Jiménez se hayan tomado la molestia de encontrar, paleografiar y publicar documentos relacionado con nuestros inicios queretanos si una bola de supuestos “cronistas”, más bien cotillas, no los lean ni interpreten ni los estudien cundo estos enormes académicos nos los presentaron peladitos y a la boca?
“El caso de la fundación de Acámbaro era el que abriría el camino deductivo para explicar la fundación de Querétaro. En el documento llamado “Fundación del pueblo de Acámbaro”, refleja la participación en todo este proceso fundacional de San Francisco Acámbaro de Nicolás de San Luis, indio cacique y “Capitán General por el Rey Nuestro Señor”, acompañado de sus capitanes, caudillos y demás ejército entre los que cita a Fernando de Tapia, Bartolomé Jiménez, Marcelo Chilama, Alonso Guzmán, Antonio Magonum y Mariano Bautista.”
“La posible explicación para entender a los que argumentan que hubo entradas de otomíes a la zona de Querétaro allá por el año de 1522 es que desde los inicios de la conquista de México se hubiera producido la huida de algunos indígenas otomíes para buscar su nuevo establecimiento en los pueblos de Tlachco-Querétaro, Iztachichimecapan-San Juan del Río y Xichú.” Nos dice José Ignacio Urquiola que esto se podía fundamentar en las propias apreciaciones de Sigüenza y Góngora que refirió en sus Glorias de Querétaro de 1680 la existencia del pueblo de Querétaro desde los tiempos de Moctezuma Ilhuicamina por el año de 1445, ya que este Tlatoani redujo la provincia de Xilotepec y habría formado una línea de protección con guarniciones para impedir los avances de gente de Michoacán y chichimecas.
“Conni definió el cambio de asiento del pueblo de Querétaro, saliendo de La Cañada, para establecer una nueva localidad y establecer un trazo urbano con la ayuda de Juan Sánchez de Alanís, y parece asociada esta acción con el desarrollo de una nueva obra hidráulica con la que se buscaba extender el uso de los manantiales de La Cañada hasta los terrenos del nuevo poblado y a las propias labores de cultivo que se encontraban al oeste de la novísima población.”
Para Urquiola, la Relación Geográfica de Querétaro de 1582 se distanció de las versiones que vinculan a la conquista de Querétaro con la gesta militar. “La conquista se presentaba como resultado de un proceso paulatino, sin grandes movilizaciones militares y notablemente influenciado por don Hernando de Tapia, cuya figura se realzaba en contraste con la ausencia de referencias respecto de don Nicolás de San Luis.” Daba cuenta también dicha Relación Geográfica de una etapa en que don Hernando de Tapia aceptaba el vasallaje español y la entrega de productos como maíz y trigo, de reciente introducción. Finalmente la Relación destacaba la existencia del hospital de indios así como la presencia del convento franciscano con su huerta que surtía a toda la vecindad, pero no daba ninguna indicación sobre los inicios del pueblo ni la presencia de alguna capilla donde se celebrara el culto a La Cruz.
Urquiola menciona a la “Relación de méritos y servicios de don Nicolás de San Luis Montañez” como un relato mutilado e incompleto, mismo que había presentado en 1906 Valentín Frías y es el documento que a la postre sirvió a Isidro Félix de Espinosa el establecer como fecha de fundación la del 25 de julio de 1531
Manuel Septién expuso en 1978 en Querétaro que las expediciones de Maximiliano de Angulo de 1532 y la posterior de Juan de Oñate de 1533, provenientes de Guadalajara, no tuvieron ninguna resonancia local, pues la conquista y respectiva fundación de Querétaro ya estaba realizada y vigente desde unos años antes.
La nueva congruencia de versiones y elementos contenidos por los historiadores y cronistas queretanos siguió entonces esta cronología que nos propone Urquiola Permisán:
1.- Año de 1440, presencia de Tlachco como pueblo prehispánico y puesto de guarnición y defensa en la frontera con los tarascos y chichimecos.
2.- Año de 1521, caída de Tenochtitlan y posible abandono de los puestos avanzados de frontera. Posible inicio de la salida de grupos de otomíes ante el conocimiento del avance español con la llegada de Conni a La Cañada.
3.- Año de 1529, llegada del futuro encomendero de Acámbaro, Hernán Pérez de Bocanegra, a La Cañada y primeros encuentros con Conni, teniendo como consecuencia la aceptación del vasallaje y la adaptación de la fe cristiana por parte de la gente de Conni.
4.- Año de 1531, organización de la expedición militar con la anuencia de la Segunda Audiencia de México, encabezada aquélla por Nicolás de San Luis y/o Hernando de Tapia “Conni”.
5.- 25 de julio de 1531, confrontación de gentiles y cristianos en la loma del Sangremal, basado en la Relación de don Nicolás de San Luis. Misa celebrada el 26 de julio para festejar la toma de posesión del lugar y colocación de una cruz de madera en una ermita hecha a base de materiales vegetales y textiles y reparto de solares a españoles e indios.
6.- Años de 1532 y 1533, llegada de dos expediciones enviadas por Nuño de Guzmán desde Jalisco, encabezadas respectivamente por Maximiliano de Angula y Juan de Oñate, que se presentan como primeros conquistadores y fundadores del pueblo de Querétaro.
7.- Año de 1537, emisión de la Real Cédula por la que se autorizaba y daba forma legal el 27 de octubre de ese año a la fundación ya establecida.
Esta conjunción y esfuerzo desplegado para la integración de las diferentes versiones es quizás la que más se ha divulgado, en opinión de Urquiola, “dando paso a lo que en varios de los investigadores posteriores han expresado como la versión oficial de la conquista y fundación del pueblo de Querétaro.
El estudioso Urquiola Permisán analiza las nuevas teorías de David Wright sobre la pacificación y fundación de Querétaro, misma en que el investigador norteamericano considera poco aceptables las versiones de conquista expresadas por los cronistas franciscanos haciendo notar dos cuestiones: 1) La confusión de fechas y la poca congruencia en la correlación de acciones con los períodos de gobierno de los virreyes citados en varias de esas crónicas; 2) La incongruencia que implicaba la aceptación de un componente multitudinario chichimeca formado por veinticinco mil combatientes, cuando toda la experiencia reunida respecto a estos grupos daban cuenta de una dimensión demográfica modesta y otra forma de combatir, verbigracia, asaltos y escaramuzas furtivas. Estos factores llevan a Wright a considerar como “fantástica” la Relación atribuida a Nicolás de San Luis, mientras que adoptaba como más creíble la versión de la Relación de Méritos de Hernando de Tapia.
En la obra de José Antonio Cruz Rangel demuestra éste que los señores indios de Xilotepec exigieron a la autoridad virreinal en 1554 que les fueran devueltos el pueblo de Tlachco con sus tierras, términos y señoríos y que se echara del pueblo a don Hernando de Tapia y se le desconociera su condición de “Gobernador”.
Sobre la pacificación y fundación del pueblo de Querétaro y la amplia información y versiones que existen Urquiola Permisán opina que hay que reflexionar sobre la suma de materiales que nos remiten a los acontecimientos vividos en las décadas comprendidas entre 1530 y 1590, mismos que no solamente presentan las referencias sobre “dos tradiciones” sino un complejo testimonial cada vez más abundante en datos que requieren un trabajo específico para valorar la información que proporciona cada uno de los documentos y sobre su significado en conjunto. Manifiesta el extraordinario investigador que hay una mayor congruencia en la perspectiva bajo la que se presenta la conquista de Querétaro, como un proceso paulatino, sin grandes demostraciones bélicas ni milagrosas. También nuestro autor encuentra estrechamente relacionable la información rescatada del pleito entre Hernán Pérez de Bocanegra y los caciques de Xilotepec y la desprendida del litigio por límites entre los reinos de la Nueva España y la Nueva Galicia con referencias más tardías como las expresadas en la Relación Geográfica de Querétaro de 1582. Los chismes e inventos de la Relación de Méritos de Nicolás de San Luis Montañéz son del siglo XVIII y producidos por sus descendientes, doscientos años después de los eventos fundacionales con la mercantilista idea de acaparar más tierras y privilegios de la Corona española por los dizque méritos de su antecesor.
Les vendo un puerco ignorante a esos que se creen dueños de la verdad absoluta sin leer siquiera el Libro Vaquero.