Existen en las ciudades más importantes del mundo estatuas o monumentos que realizan la función de protectores o salvaguardas. El Cimatario es nuestro eterno centinela, pero no nuestro guardián. Es por ello que el Ayuntamiento de Querétaro ordenó la colocación de cinco hermosas estatuas de Santiago Apóstol en su advocación de Caballero, no la de Santiago Peregrino.
“Santiago” significa “protegido de Dios” y es la palabra hispánica que en otros idiomas se traduce bajo diferentes nombres como: Jaime, Jacob, Jacobo, Jacques, Tiago, Yago y Diego. O sea, todos estos nombres tan comunes y usados significan lo mismo.
El más famoso de los Santiago es precisamente el Apóstol Mayor, el Hijo del Trueno, el hijo de El Zebedeo, hermano de Juan Evangelista, y quien junto a éste y a los hermanos Pedro y Andrés fueron de los primeros apóstoles reclutados por Jesús El Cristo para llevar el Evangelio a tierras remotas. Tan fue consentido de El Mesías el Señor Santiago que le tocó ser testigo de los principales milagros de éste y compartir su pena en el momento de duda, el más difícil: la oración en el Huerto de los Olivos, la noche previa a su captura.
Jesús encargó a Santiago llevar la Palabra hasta el final de la tierra (Finisterra), es decir, el fin del mundo conocido, que era por entonces la Península Ibérica, La Hispania, formada hoy por España y Portugal, en concreto la Galicia, el país gallego. Cuando más dudas tenía Santiago sobre la eficacia de su misión en el norte de España se le apareció la Virgen María (que todavía vivía) en Zaragoza sobre un pilar y le dio fuerzas para seguir con su legado. Es así que nace la devoción y catedral de la Virgen del Pilar, la famosa “Pilarica”. Después de algún tiempo regresa Santiago a Judea y es nombrado el primer Obispo de Jerusalén por sus notables méritos en predicar el mensaje de Jesús. Es mandado decapitar por el gobernante Herodes Agripa en el año 44, precisamente en el monte Calvario o del Gólgota (Calavera) y se convierte en el primer mártir de la cristiandad.
Sus discípulos llevan su cuerpo a Galicia y lo esconden en el castillo de la reina Lupa (Loba), la que después de persecuciones y acontecimientos extraordinarios como el titilar de las estrellas y luces celestiales inexplicables se convierte al cristianismo y cede su propiedad para que allí se construyera la hoy catedral de Santiago Compostela (Campo de Estrellas) y salvaguardara los restos mortales de Santiago. Inicia así un culto tan grandioso de parte de millones de peregrinos de todo el mundo conocido que harían de Compostela el lugar preferido para los devotos, más que los romeros de Roma y palmeros de Jerusalén. En este caso, “peregrino” significa “por el campo”.
Al aparecerse montado en un caballo blanco espada en mano en medio de las batallas por la Reconquista de España -contra los moros- en el siglo IX d.c., es declarado “Patrón de España”, cosa que se ratificaría de manera fastuosa en el siglo XIII.
Con el descubrimiento del Nuevo Mundo la imagen del Santiago Caballero inspiró la conquista y fundación de miles de pueblos, villas y ciudades, como la del pueblo de Indios de Santiago de Querétaro el 25 de julio de 1531. En esta última, más allá de la tradición, mito y leyenda sobre una batalla incruenta, la figura de Santiago cobra relieve porque su aparición significó el no derramamiento de sangre: ¡Querétaro nació sin sangre y así lo queremos! En el año de 1656, en que Santiago de Querétaro alcanza (compra, realmente) el título de ciudad, en su escudo de armas se plasma como figura principal la de Santiago Caballero con estrellas y una Cruz luminosas. La primera iglesia de cal y canto que se construyó en Querétaro –al igual que el primer convento- fue el de San Francisco de Asís, en el año de 1550, y su frontis gigantesco alberga en cantera rosada la figura del patrón de la ciudad. En 1625 comienza la construcción del convento jesuita y los colegios reales de San Ignacio de Loyola y San Francisco Xavier, recibiendo su templo el nombre de “Santiago”, mismo que se convirtió poco tiempo después en la primera parroquia de la ciudad, porque ya era imposible que la iglesia de San Francisco diera abasto a la creciente población de cincuenta mil almas en busca de servicios espirituales. También el primer panteón de la ciudad recibió el nombre de Santiago, el cual se construyó en el siglo XVII y dio servicio hasta 1867. Estaba localizado sobre la ribera del Río Querétaro entre las hoy avenidas Universidad, Próspero C. Vega y Manuel Gutiérrez Nájera: ¡así de grande fue!
Con la consecución de la Independencia Nacional y la expedición de la primera Constitución local, la ciudad capital del estado de Querétaro perdió su nombre virreinal de “Santiago de Querétaro” para quedar exclusivamente como “Querétaro”, a secas. En febrero de 1863, con la expedición de la Bula Deo Optimo Maximus (el Dios bueno y grande), el papa Pío IX creó la Diócesis de Querétaro, designándose como primer obispo a Bernardo de Gárate y señalándose a la parroquia de Santiago como primera catedral queretana, pero también se nombró como santo protector, patrono y abogado de la Ciudad Episcopal (Querétaro) al Apóstol Santiago el Mayor.
Es hasta el mes de noviembre de 1996, siendo gobernador del Estado don Enrique Burgos García, presidente municipal Jesús Rodríguez Hernández, y obispo don Mario de Gasperín, que el Congreso Constituyente Permanente del estado (Legislatura estatal más el voto de los dieciocho ayuntamientos) modifica la Constitución particular de la entidad y se regresa al nombre prístino (primitivo) de la fundación a la ciudad hoy capital del estado: Santiago de Querétaro.
Los cinco monumentos santiaguenses o santiagueños que admiraremos en los próximos días en nuestra ciudad estarán ubicados en las principales entradas y salidas citadinas, a saber: carretera 57 con Bernardo Quintana; cruce de la carretera a Celaya cuota con prolongación Zaragoza; cruce de Paseo Santiago (carretera a Tlacote) con 5 de Febrero; cruce de prolongación Bernardo Quintana y la carretera estatal 400; y el cruce de la carretera 57 y carretera a San Miguel Allende.
El inteligentísimo y humanista vicario Martín Lara Becerril argumentó que Santiago es un símbolo muy importante para Querétaro desde su fundación y crea y fortalece al tejido social, por ello se congratuló que el alcalde Marcos Aguilar Vega haya iniciado esta obra, con mucho sentido estético pero también de desarrollo humano, para saber de dónde emergimos como grupo social. No somos una masa irracional, somos una congregación de seres pensantes y espirituales.
Por cierto que en 2016 se produjo una gran película denominada “Santiago Apóstol” con actores españoles y mexicanos, misma que tiene cortos en youtube pero que ni vimos anunciada en el cine ni existe en las casas distribuidoras. Les vendo un puerco peregrino o ya de perdida uno montado a caballo.