A petición de nuestros lectores y a manera de homenaje al Cronista del Estado y colaborador fundador de Plaza de Armas, Andrés Garrido del Toral, recuperaremos una selección de algunos de sus escritos publicados en esta casa editorial.
El Cronista del Estado y Cronista de la Ciudad, licenciado José Guadalupe Ramírez Álvarez, falleció el 18 de mayo de 1986, dejando huecos muy grandes en la Universidad Autónoma de Querétaro y en la sociedad queretana. El gobernador Mariano Palacios Alcocer, uno de sus mejores alumnos, decidió junto con el alcalde Manuel Cevallos Urueta el que inmediatamente se le nombrara al maestro Eduardo Loarca Castillo como Cronista de la Ciudad por su larga trayectoria en favor de la memoria histórica de los queretanos, y al ofrecérsele también la crónica estatal el maestro Loarca, en un acto de sinceridad, argumentó que solamente aceptaba ser Cronista de la Ciudad de Querétaro, porque su salud, edad y conocimiento le impedían ser de todo el estado.
Es en ese momento que don Eduardo Loarca le aconseja al gobernador Palacios que en la nueva Ley Orgánica Municipal se instaure la figura del Cronista Municipal elegido por cada uno de los ayuntamientos del estado, ya que solamente San Juan del Río tenía cronista desde 1981, el gran José Velázquez Quintanar, y Querétaro desde 1974 con Ramírez Álvarez.
El gobernador Mariano Palacios, sensible a todo lo que fuera desarrollo cultural, instruye entonces al secretario de Cultura y Bienestar Social, Juan Antonio Isla Estrada, el buscar con los 16 presidentes municipales restantes para elegir en cada uno de los municipios a quien sería el Cronista Municipal. Nombrados todos ellos deciden crear, al modo de otras entidades, una asociación que los representara y que los obligara a capacitarse y ser mejores. Surge así Cronistas Municipales del Estado de Querétaro Asociación Civil, misma que por tres décadas se ha dedicado a difundir nuestro Patrimonio Cultural y defenderlo en caso de agresiones. Enhorabuena por estos primeros treinta años.
Homenaje Póstumo para Fernando Díaz Ramírez por parte del Ayuntamiento de Querétaro. Su hija, Almendra Díaz Reyes Retana se encargó de recibirlo en el Teatro de la República el pasado 25 de julio en sesión solemne de Cabildo. Pienso que el único homenaje que le queda ya por recibir es el llevarlo al Panteón y Recinto de Honor de las Personas Ilustres de Querétaro, porque todo lo demás ya le queda chico.
Fernando Díaz Ramírez 1904 – 1981
Hablar de Fernando Díaz Ramírez es encontrarte con la historia, el periodismo, el buen ejemplo en la vida académica y administrativa, es hablar de grandes personas con valores bien cimentados y compromisos inalterados, de esos mexicanos preocupados y convencidos de que los propósitos se logran. Existen un sin número de cosas que hablar sobre don Fernando, sin embargo, en esta entrega de Queretalia, nos enfocaremos en reconocer los grandes aportes que en su paso por este mundo dejó para los queretanos.
Fue abogado, docente, historiador, líder de la juventud queretana, fundador y primer Rector de Universidad Autónoma de Querétaro, Magistrado del Tribunal Superior de Justicia y apasionado bibliófilo. Entre sus muchos cargos fue también, Procurador de Justicia en el estado de Guanajuato en 1927 y Secretario de Gobierno en Querétaro a los 22 años de edad, ejerciendo el puesto de Gobernador por ministerio de ley por tres días.
Cursó en esta ciudad la educación básica, para luego emigrar a la Ciudad de México en donde estudió Jurisprudencia y egresó en 1925 de la Universidad Nacional de México. Ocupó distintos cargos públicos y también fue miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, fundada en 1833 y considerada la más antigua de América, siendo Fernando Díaz Ramírez fundador del Capítulo Querétaro.
Muchas cosas benéficas realizó a lo largo de su prolífica vida, entre las que destacan, en primero lugar, el proceso mediante el cual dio a todos los queretanos una Universidad, un alma mater. Esta importante transición la logró siendo Director interino del Colegio Civil, para ello puso todo su empeño y no paró hasta convertirlo en la Universidad de Querétaro. En un inició ésta funcionó con las escuelas de Química, Ingeniería, Derecho, Contabilidad y Bellas Artes. Se le ha considerado que tenía una personalidad que oscilaba entre la austeridad, el autoritarismo y el paternalismo; fue de ideas claras y puntuales, era firme principalmente porque no aceptaba intromisiones en su proyecto de transformación institucional, se decía de él que sabia los detalles de cada uno de sus alumnos y estaba al pendiente de los pormenores de la vida académica. En sus propias palabras él se consideraba “líder, Rector y Director de todas sus escuelas”.
Su compromiso con la educación de la juventud queretana fue tan íntegro que además de ser docente, también suplía a los profesores en todas las áreas, excepto Biología. Administraba los pobres recursos que se le asignaban a la institución, fomentó a los jóvenes a incursionar en distintos ámbitos, como el deporte, teatro y la música a través de la estudiantina universitaria a la que fundó junto con jóvenes inquietos. Estuvo siempre al pendiente del crecimiento académico de la institución y de sus alumnos. Ésta fue siempre siempre la razón de ser de su gran proyecto universitario.
Obtuvo y defendió, junto con sus estudiantes, la autonomía universitaria, apoyados también por asociaciones de comerciantes, choferes, sindicatos y confederaciones estudiantiles a nivel nacional, lo que le apuntaló como una persona de gran carácter como para mantener el cargo de Rector avalado por la sociedad en general.
En 1963, mediante Sesión de Consejo Universitario, dejó la Rectoría universitaria, sucediéndole el Lic. Alberto Macedo Rivas. Posteriormente se dedicó al trabajo notarial y a escribir libros de investigación y análisis sobre la historia y actualidad queretanas, que actualmente suelen ser referencias obligatorias para aquellos que investigan la historia del periodismo y la prensa en Querétaro, lo que lo ha postulado como un connotado historiador.
Entre los reconocimientos que se le han hecho, se encuentra el de “Rector Honoris Causa” otorgado por Hugo Gutiérrez Vega, quien detentaba el cargo de Rector universitario en 1966. Así mismo en la Sorbona de París recibió las “Palmas Académicas”; por parte del gobierno español fue galardonado con la “Medalla Carlos IV”; posteriormente en Italia se le otorgó la “Condecoración Académica del Adriático”; por último, dos meses antes de su fallecimiento la Universidad Autónoma de Querétaro le rindió homenaje como “Maestro Emérito” en el marco de las celebraciones del XXX Aniversario de su fundación.
Hoy, 2017, con este homenaje, el Municipio de Querétaro reconoce y agradece el enorme trabajo y el gran regalo que hizo a los queretanos y a muchas generaciones que han y siguen transitado por ese sueño y proyecto.