CARMEN MARTÍNEZ DIEZ
Lo decía Séneca y Pericles afirmó que, igual de terrible estaba el que sabía pensar y no sabía comunicarse. Grandes filósofos de muy viejos tiempos que aún impactan el saber humano, notables por sus obras y sus acciones. Cuyas esencias fantasmales se asoman a cuanto debate o evento político ocurre en este país de tan poca saludable vida cayéndose de risa y vergüenza.
Y si no saben ni pensar, ni hablar, entonces lo que hacen es emitir improperios, descalificaciones, insultos, aparentes frases de indignación y como si no bastara, para compensar, la mayoría de los políticos de profesiones y oficios diversos, han tomado cursos de expresión corporal (digital) pero con tan mal tino que acudieron precisamente con los que ni hablan ni piensan. Y ahí se van a que la ciudadanía los elija para puestos políticos de cualquier índole, pero todos de gran importancia para un país urgido de personas que realicen propuestas sensatas en lugar de trivializaciones ridículas.
En general, los políticos medio emiten una que otra frase cuando logran completarla, y se apoyan en las gesticulaciones de sus caras, manos y brazos principalmente, con movimientos de robots descompuestos. ¡Grotescos todos! Ante la urgencia de que tengan información precisa de las urgentes necesidades del estado, pero sobretodo, con qué medios van a lograr lo que apenas alcanzan a vislumbrar en sus debatitos. Hay desempleo, sí y es grave, la economía en Querétaro cayó un 10 % según el INEGI, gravísimo. Entonces, en este México nuestro se requiere reactivar la economía en ella juegan un papel importante el transporte público, la adecuada atención a la salud, la educación, las vialidades. Sí, eso y otros puntos fundamentales que todos lo mencionan pero que no lo saben comunicar. No tienen idea de cómo hacerlo y perciben que no hay condiciones para que la realidad social y económica cambie. Así que mejor guardan espaciosos silencios.
Todo lo anterior es posible ante una ciudadanía agotada de tanto fracaso, indiferencia, corrupción, de tanto desastre anunciado, como el colapso de la línea 12 del metro del que ya se sabía que tarde o temprano ocurriría, así fingieran demencia Ebrard si es que es culpable-aunque todo apunta a Mancera. Esto es solo un ejemplo de las obras públicas que hacen y de las que no hacen abusando de la crisis existencial generalizada de la población, de una muy deteriorada clase media golpeada una y otra vez, de la clase obrera despreciada, de empleados maltratados que acabaron sin sindicalismo porque también se volvieron la escoria de la sociedad.
No saben hablar, no saben pensar, pese a que muchos son profesionistas de distintas ramas. Y no es que la academia sea lo único que ilustra, no, hay iluminación aun sin educación formal, no es que sea muy abundante que pero existe. Sin embargo, ya se nota el marcado deterioro de la salud mental y física de los habitantes una y otra vez maltratados, urgidos de políticos realmente preparados. No de un Delgado que no sabe dirigirse ni siquiera a un debate con cubrecoba, que mucha falta le va a hacer cada vez que hable, aunque debe de hacerlo de los delitos que se le acusan. Mucho menos a un partido que dio lástima con sus candidatos y su ignorancia para organizar la aplicación de vacunas. De los otros candidatos, a veces el silencio es lo mejor.
Si son siete los queretanos con títulos de doctores en derecho expedidos por la UNAM, según escribe Sergio Arturo Venegas Alarcón, bien haría el seguro próximo gobernador del PAN en recurrir a quiénes si saben hablar y pensar y viceversa, para reunir un equipo de selectos expertos asesores, ya sean ellos mismos o selectos y eficientes recomendados.