Después de la memorable marcha del 13 de noviembre en defensa del INE, es decir, de la democracia. Marcha jubilosa que tuvo lugar en más de cincuenta ciudades, el presidente, entre sorprendido y rabioso, organiza la suya el 27, una contramarcha que se concentraría en el zócalo de la ciudad de México, donde AMLO hablaría de sus logros. Acudieron servidores públicos de la capital, militares disfrazados de civiles, amenazados de que de no asistir perderían sus empleos, pero también ciudadanos de otros confines del territorio nacional como Hermosillo, Sonora, previo pago de viáticos que incluirían hospedaje y gastos de comida. 1740 autobuses transportaron a los asistentes cuya voluminosa presencia solo rendiría culto a la personalidad del líder. Fatigosa fue la contramarcha de una multitud que, cumplida su obligación, comenzó a retirarse del zócalo que casi deja hablando sólo al autócrata, quien, una vez más, dilapidó recursos públicos para la autocomplacencia de su Ego.
El momento anticlimático de su verborrea fue cuando habló de su gobierno como un régimen caracterizado por el “humanismo”, uno muy mexicano, que olvidó los más de 100 mil muertos por la violencia, los más de 600 mil muertos por el Covid 19, por la escasez de medicamentos…
Grotesco fue ver a la impúdica Claudia Sheinbaum repartiendo las tortas a los famélicos que desfilaban, vallas de por medio, como patético el desmayo de Epigmenio Ibarra, el gran Chairo, caricatura de Goebbels, propagandista del III Reich, favorecido por López con un ‘prestamo’ multimillonario. Metáfora de un gobierno en plena caída.
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Cabe preguntarse cuántos hubiesen marchado sin recursos públicos de por medio. Me temo que muy pocos, sólo aquellos que siguen creyendo en las promesas de López, en sus mentiras, en sus ‘otros datos’, en la ‘generosidad’ de sus dádivas. Sin duda, la contramarcha ha sido la señal del principio del fin, de un régimen canceroso en estado terminal.
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Colofón: Dale poder a un ignorante y conocerás la prepotencia… Dale poder a un resentido y conocerás a un miserable… Dale poder a un demagogo y conocerás a un corrupto.
