Colocado en la comunidad de Santiago Mexquititlán (una de las más pobres del estado) mide aproximadamente seis metros de altura, fue elaborado en la capital del país y tuvo un costo de 15 millones de pesos. Es la obra cumbre del presidente municipal de Amealco Rosendo Anaya Aguilar que el año pasado fue abucheado en el encuentro del presidente Andrés Manuel López Obrador con los indígenas por los que nunca ha hecho nada y ahora busca su apoyo para ser diputado local. Por cierto mientras allá se lucen con la estatua en honor de la muñeca, en la capital queretana otro ayuntamiento panista persigue a las artesanas que venden las muñequitas en el Centro Histórico. Es la doble moral de los tiempos políticos.