Los datos y las proyecciones apuntan a que India se consolidará como el país más poblado del mundo durante el 2023. Esta característica se traducirá en un impulso renovado para la nación asiática, con oportunidades únicas que podrán ser aprovechadas por México.
La Organización de las Naciones Unidas estimó que el pasado 14 de abril India habría superado a China en cuanto al número de habitantes, convirtiéndose en la nación más poblada del mundo, mientras que otros cálculos demográficos consideran que esto podría suceder a mediados de año. No obstante, el consenso es que ocurrirá con seguridad durante 2023.
Si bien la población de ambos países supera los 1,400 millones de habitantes, la principal diferencia radica en que la de China disminuye de manera sostenida, mientras que la de India continúa en crecimiento.
Además, India tiene un bono demográfico que lo hace un país más atractivo a futuro. De acuerdo con un análisis del Pew Research Center, la edad promedio de sus habitantes es de 28 años, y ello lo convierte en uno de los más jóvenes, mientras que las personas menores de 25 años representan el 40 por ciento de su población. Estos datos muestran el potencial de esa nación para las próximas décadas, sobre todo en términos económicos.
Como el país más poblado, India tendrá la posibilidad de posicionarse como una potencia manufacturera, sobre todo en sectores altamente especializados, como el de semiconductores, que serán insumos indispensables en múltiples industrias. De esa manera se podrá integrar en las principales cadenas de suministro mundiales, lo cual está relacionado con los objetivos del Programa Digital India, con el que su Gobierno busca que el país ocupe el primer lugar como fabricante y exportador de productos electrónicos hacia 2026.
Estas características hacen de aquella nación un destino atractivo para las inversiones en el contexto de la relocalización de la producción. Es el caso de la empresa Apple, que ha optado por mover buena parte de su producción manufacturera de China a India; por tanto, esta última deberá encontrar la manera de aprovechar su bono demográfico y el creciente interés de las empresas, para impulsar su economía. Al menos en esa dirección apunta el objetivo anunciado por el Gobierno de triplicar las exportaciones para 2030 desde los niveles actuales.
Aunado a ello, India es un actor central en el escenario geopolítico. Logró mantener un equilibrio entre bloques, como hizo históricamente al liderar el movimiento de los países no alineados. Por un lado, mantiene una alianza histórica con Rusia, y no ha condenado la invasión sobre Ucrania, toda vez que aquella nación es su principal fuente de petróleo. También es integrante de la Organización de Cooperación de Shanghái, organización euroasiática de seguridad y defensa política y económica internacional que incluye a Rusia, China y Pakistán.
Por otra parte, profundiza sus vínculos con Occidente y forma parte del Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (Quad), espacio estratégico de seguridad con Australia, Japón y Estados Unidos. Asimismo, es un poder regional con capacidad nuclear que se ha convertido en un contrapeso fundamental cada vez más importante para la contención de China en Asia. Adicionalmente, encabeza los trabajos del G20, principal foro de diálogo y cooperación económica y financiera, en donde coincide con México; la presidencia india no sólo ayudará al Gobierno a resaltar las oportunidades de inversión en el país, sino también su creciente liderazgo a nivel internacional.
México e India tienen una larga tradición de cooperación en foros internacionales y regionales. El momento por el que atraviesa aquella nación debe ser aprovechado por la política exterior mexicana, para impulsar la cooperación bilateral, sobre todo en áreas como salud, educación científica e innovación tecnológica; profundizar nuestros intercambios económicos, y acercar más las posiciones sobre intereses comunes, como democracia y combate a la pobreza. De esa manera, ambas democracias nos apoyaremos mutuamente en nuestros esfuerzos por modernizarnos y prosperar.