Somos el llamado “planeta azul” derivado del color que brindan nuestros océanos vistos desde del espacio. Pero al mismo tiempo esto resulta ser una paradoja, pues este vital líquido no está disponible para nosotros.
Según el Fondo para la Comunicación y la Educación Ambiental, en nuestro mundo hay un 2.5% de agua dulce, pero no toda está abierta para nosotros. Si ese 2.5 lo trasladamos a un 100%, ¿saben cuánto podemos consumir? ¡Menos del 1%! La sobrevivencia de la raza humana está sobre menos del 1% del agua dulce del mundo.
Ahondemos un poco más. Si ese menos del 1% lo convertimos en 100, ¿tienen idea de cómo se distribuye? El 69% va para el sector agropecuario (la producción de nuestros alimentos), el 19% al sector industrial y el resto para el hogar.
¿Qué hacer ante este panorama tan complejo? En pleno 2022, la tarea no consiste en ver de dónde podemos extraer más agua, sino en eficientar y cuidar la poca de la que disponemos. Hoy en Querétaro se ha lanzado una iniciativa digna de resaltar. Se trata de un esfuerzo que busca justamente apuntalar el trabajo en el cuidado del vital líquido y, de manera consecuente, del medio ambiente. Desde la Comisión Estatal de Aguas, a cargo de Luis Vega Ricoy, se puso sobre la mesa algo denominado Distintivo de Responsabilidad Hídrica, iniciativa que de fondo es un llamado para el sector industrial de nuestro estado para convertirse en un aliado de la ciudadanía y del gobierno, en el que existe la voluntad de CANACINTRA de no solo sumarse sino de convocar a todo el sector a convertirse en un aliado en la lucha hídrica del estado a favor de la sociedad.
En su presentación, Vega Ricoy ponderó algo fundamental: “Necesitamos la participación de todos: ciudadanos, la academia, la industria, el comercio, absolutamente toda la ciudadanía que usa el agua. Aquí nosotros nos estamos enfocando”.
¿Cuál es el mensaje entrelíneas? Si el sector empresarial se torna en un aliado de la gente, podremos tener mayor disposición del vital líquido para cada uno de nosotros, es una garantía de que la misma agua pueda emplearse más de una vez, es decir, que realmente caigamos en la llamada Economía Circular.
Este distintivo es, de modo formal, es un reconocimiento que se otorga al sector industrial en razón de las buenas prácticas que se realicen. Estudia cuestiones legales, técnicas, administrativas, culturales y, desde luego, las buenas prácticas que consisten, de modo concreto, en acciones o iniciativas que vayan enfocadas a la mejora de actividades hídricas o socioambientales. Es, en resumen, la forma de decirle al empresario que nosotros, sus consumidores, también debemos ser cuidados por ellos, y nosotros, desde nuestra trinchera, hacer las pequeñas acciones que nos tocan. Seamos corresponsables en esta tarea tan importante para nosotros y para nuestros hijos.
Estamos empezando a tocar fondo y casos como el de Monterrey son a penas una muestra de que sin la conciencia colectiva en materia hídrica y ambiental podemos quedarnos secos. En Querétaro hoy existe la esperanza de poner el ejemplo.