El presidente López, en su papel de inquisidor, ha ‘cumplido’ su promesa de juzgar a sus antecesores. Pero lo ha hecho de manera sesgada mediante una ‘consulta popular’. Sin embargo, la ‘pregunta única’ que le fue autorizada ha resultado un galimatías, es decir en un lenguaje confuso en sus palabras e ideas: “¿Estás de acuerdo o no que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?” Cabe entonces preguntarse ¿Qué actores políticos? ¿Han sido tantos que todo queda en la indefinición? ¿Acciones pertinentes? ¿Qué es la pertinencia? ¿Lo adecuado, lo oportuno? Eso depende de la percepción individual, lo cual se diluye en la mar de las subjetividades. ¿Para garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas? ¡Cuánta vaguedad! Tal vez haya sido la incomprensión de ese interrogatorio, la razón de la bajísima participación : 6.663.208 opinantes que, en relación con la lista nominal (93.671,617), da por resultado un 7.11338%que a la postre deja de ser vinculante o, dicho de otro modo, irrelevante. Un éxito proclama el presidente. ¿De verdad lo cree? Millones de pesos tirados a la basura. Una pena por el esfuerzo de tanta gente que se prestó a un ejercicio inútil. Pues como ya lo he dicho en ésta columna: si hay delitos prescritos de los acusados que ya sabemos quienes son, basta con una denuncia entre la Fiscalía, aunque carente de autoridad moral por los plagios cometidos por Gertz Manero en su calidad de investigador, tendría que proceder como lo dispone la ley.
Cuidado entonces con la consulta que se avecina de la revocación de mandato. Si no le sale bien al presidente López, sabe lo que le espera: en vez de Palacio Nacional, su hermosa quinta “heredada” por sus padres. ¿Por qué jugar con fuego? Sólo él lo sabe. Pero no descartemos cuáles fueren los resultados, el señor decida permanecer en la ‘silla embrujada’ hasta el fin de sus días.