La casa del eminente Guillermo Prieto Pradillo —un sencillo casón de dos plantas y cuatro cuartos por los rumbos de Tacubaya— era el lugar indicado para la reunión en donde se trataría el futuro de la educación en México, sí, dentro del poderoso sistema político de don Porfirio Díaz —antiguo defensor de la no reelección, que le costó la amistad del presidente Juárez— los ventanales largos y con rejas de hierro, los dinteles de simple aplanado de cal, la entrada de un sencillo zaguán y un portón con figuras de dragones — tal vez la única pieza de elegancia porfirista de la casa— los simples muebles de la sala y una mesa de color negro pardo le dan a la casa el aire de la provincia, enclavada en un sector lleno de baldíos y terrenos apenas en construcción.
Los demás invitados comenzaron a llegar, Manuel Payno Flores —ya anciano, pero lleno de energía para la discusión, aunque sus pláticas oscilaban de aquella invasión norteamericana de la cual fue un héroe en vida, sus achaques le hacían parecer una ridícula caricatura de lo que en anteriores años seguro fue un voraz guerrero—.
Llegó también Juan Ignacio Paulino Ramírez Calzada, mejor conocido como Nigromante, quien ya gozaba de ser un Magistrado de la suprema corte, perteneciente al partido Liberal y un férreo ateo, defensor a capa y espada de una educación fuera de los “pinches curas”, científico y escritor de pluma afilada, había aceptado la invitación solo si le convidaban un buen brandy, de lo contrario, sin remordimientos le dijo a Guillermo Prieto “los voy a mandar a la chingada”, de tez morena y chinos canosos, le hacían la burla de que parecía un puro apagado a lo que siempre reclamaba “chinguen a su madre pinches franceses arremolinaos” soltaban sonoras carcajadas.
Ya estaba por llegar desde la esquina —miró al Nigromante y le chifló, abusando de que no veía bien por su exaltada miopía, a lo que Nacho Ramírez le alzó el brazo para mentarle la madre— el hijo del abogado que defendió al segundo emperador Maximiliano de Habsburgo y de Dolores Guerreo Fonseca —única hija de Vicente Guerrero— Vicente Florencio Carlos Riva Palacio Guerrero, metido en sus gafas de círculo y su calvicie acelerada a sus años, a lo cual sus amigos que se juntarían le apodaban “el churro”, quien era bromista y de un llevado no propio para aguantar, pero querido por su gran estirpe histórica.
La reunión pintaba para ser una gran comilona, un jolgorio lleno de bebida, tabaco y uno que otro debate acerca de la importancia de la educación, ante ya un acelerado paso de los años de varios —los primeros— y una juventud de Justo Sierra —que, aunque ya era un consagrado ensayista y novelista por sus escritos en el periódico El Globo, su ansiada sed de juntarse con grandes escritores y políticos, le daban la oportunidad de afilar su estilo y lograr un pensamiento desarrollado—.
La sala de convites está llena de pequeños trozos de jamón serrano —cortado por el personal de la casa, acomodado en finos platos de filos de oro, porque se estila que el anfitrión no toque la comida porque la podría llenar de su aroma de loción para después de afeitar— varias botellas de fino brandy—algunas de ellas obsequio del mismo presidente Díaz— panecillos rellenos de frijoles fritos en manteca con chorizo y queso, unas viandas de queso seco añejo, por alguna razón el ate de membrillo y unas cajetas de Celaya, son el postre ideal para combinar con el jamón, cerezas en almíbar y toques de helado de sabor cítrico.
¡Un verdadero festín para la ocasión!
La verdad que Justo Sierra comenzaba con un simple vinillo temprano para deleitar —nadie había comido, esa había sido la invitación para que se lograran terminar todo, no son épocas de desperdicios— ya sentado para comenzar con los primeros ambigús, la pregunta seria del Nigromante no se dejó esperar:
—Dinos Vicente ¿qué ha quedado de los litigios de tu padre a favor del expedito Emperador de México? seguramente algunos razonamientos jurídicos de que no hubo la justicia en tiempo suficiente, nuestro Señor presidente Juárez le dio una lección de gallardía ¡no te metas con los mexicanos! porque ni tus “pinches curas” te salvarán —haciendo referencia a la petición del perdón de pena capital al Vaticano.
Saboreó su fina copa Vicente Riva Palacio, un aroma de primera nariz del vino le dejó un agradable sabor a maderas, con un color rojizo intenso, se preparó un tabaco —que se traían de la isla de Cuba— sin chistar o molestarse, refirió un saludo de copa al buen Nacho el Nigromante.
—Mira mi Nacho, ya las mulas han dejado los caminos limpios de rastrojo, pues parece que aún hay dos o tres que siguen con el mismo arriero, cierto es que mi Padre logró realizar una simple defensa del Emperador, pero los tiempos y el juicio no fueron del todo cercanos a uno de orden natural, pero ¿qué hubiera pasado si el emperador continuará? no tendrías el lugar que ocupas de privilegio por tu zagas sentido de ironía, serías por igual un mercachifle, dejado por don nadie.
Alzó su copa el Nigromante y sorbió un trago de esmerado vino.
Le tocó el turno a Justo Sierra que trataba de que no se saliera la plática del sentido de la reunión, contadas ocasiones se lograba tener a tan singulares personajes de la literatura, poesía, ensayo y cuento, reunidos al mismo tenor, así que cualquier chispazo de una mala idea o un sentido poco percibido, terminaría con la reunión.
—Estimados señores, en mucho agradezco la celeridad de su presencia, he querido lograr reunirles apaciguando primero, el sentido de lograr una idea clara de la educación y algún camino que podríamos seguir, en segundo, establecer un proyecto para presentar al presidente Díaz, porque en este momento está concentrado en las vías férreas con los americanos, el menester de la educación está en nuestras manos, logremos esbozar una idea clara del camino.
El Nigromante intervino de brusco…
—¿Entonces no podremos acicalar nuestras diferencias literarias e ideológicas? a eso hemos venido…
Todos rieron, continuó Justo Sierra.
—Venimos de unos años llenos de odio y rencores, no solo al extranjero, sino al coterráneo, nos parece que de indios es ya ofensa, que de europeo es de solo correcto, nos hemos mezclado, más los franceses y americanos que no regresaron a su países, escondiéndose en los altos de Jalisco, Guanajuato y parte de la sierra de Querétaro, los menos partieron a Chihuahua y California, pero que de sí debemos de controlar esta continuidad de haber sido ganadores y perdedores, debemos cambiar la cultura de sometimiento del pueblo y esto solo se logra con darle al presidente un solo mando de la educación, que toda fluya de entre él y un sistema…
—¿Hablas de que el estado sea el encargado de la educación en todo el país? eso suena arriesgado cuando tenemos escuela privadas por toda la extensión territorial y muchas de ellas dan atención a sus homogéneos en España y Francia —se atrevía Manuel Payno a dilucidar— no creas que es sencillo atender un sistema de cientos de años de administración de la educación por todo el orbe de los religiosos ¡mal no han hecho su trabajo! hoy gozamos de armonía intelectual entre los asistentes por la educación que bebimos de ellos, ellos formaron a la elite que hoy dirige el país ¿qué garantía das a que el estado tenga calidad en la educación? es incorrecto pensar que dentro de todas las tribulaciones anexadas a una institución del estado, este logre tener una formación académica correcta para nuestros niños y jóvenes… ¡que idiotez!
El murmullo después de la intervención del anciano Payno, levantó los ánimos, unos a favor y otros en contra, el murmullo terminó cuando Sierra le increpaba…
—¡Así es querido mentor! así es… el estado no es el correcto en la forma de lograr un camino para la educación ¡no por ahora! debemos darle todo el poder al presidente y presentar un programa de educación que inste sea posible, cuanto en la formación de los profesores y eso también lograría que la gente, el pueblo, tenga herramientas ¡no seremos un país de ignorantes toda la vida! debemos contender en realizar una educación nacional, bajo un proyecto claro.
Nuevamente los murmullos y el jaleo…
—¡Permito de hablarles mis estimados! permiso a su gestión… creo que Justo no tiene mal proyectado el camino, es tenor de todos nosotros adentrarnos en la explicación de cuál es ese mismo sentido a tomar, dejando claro que lo que decidamos, aún lo tendría que alimentar el gabinete de primer nivel de Díaz ¡pero eso sería otra cuestión! — arengaba Guillermo Prieto — la justa medida de la educación bien es a su saber, que los colegios particulares forman ciudadanos libres y cuidadosos del entorno de los bienes del conocimiento, pero también cercanos a la moral y las buenas costumbres…
—¿Buenas costumbres dices maestro? he sabido de curas que tienen hijos y hasta nietos, como un civil cualquiera ¡fuera el celibato y fuera la iglesia! — el Nigromante arreció.
—Vamos amigo — continuó Guillermo Prieto— el punto no es la vida particular y singular de cada uno de los religiosos, que a tono personal no es de nuestra incumbencia, sino el de comprender el camino del joven Justo Sierra acerca de la educación con acceso para todos, sin costo y si usted me aprecia amigo Nigromante, lograr pues que religiosos no den clases o que cualquier religiosa no sea maestra, a eso le llamaríamos una educación aprofesante.
—¡Laica diría yo!
—¡Eso no es ser una educación laica! compartimos la educación correcta que ha dado la Iglesia en México, debemos rescatar los puntos positivos, si la convertimos en laicos la forma moral y antropológica continuará, si la hacemos en donde no se profese religión alguna, podemos perder civilidad y ciudadanía, con consecuencias graves en los patrones de conducta de los educandos.
—¡Una educación atea debemos hacer! donde no se muestra razón alguna de una ideología creada por el propio hombre a salud de la necesidad de creer en alguien más, no en uno mismo… —mostraba el Nigromante—.
—¿Pero entonces la moral y la costumbre de dónde se formarían? en casa también las madres y los padres logran hacerse de una moral familiar cercana a las sagradas escrituras ¡tenemos siglos así! es parte del patrón de educación social correcta.
—Pues entonces hagamos padres de familia ateos que solos aprendan, como los animalitos de la granja, ellos no pelean ni debaten y ni idea cuentan de hacerse de una creencia, las personas solas pueden criar personas sin religión y terminemos con el dominio de la iglesia católica en nuestro país.
—¡Vaya estupidez amigo Nacho! vaya que la idiotez se ha apoderado de tu persona — participó Vicente Riva Palacio— la formación de las personas comienza con la civilidad, los valores ajenos a una religión darían al traste nuestra sociedad, tendríamos más delincuentes porque no tendrían el soporte de una vida de consecuencias erróneas ante acciones equivocadas, todo sería un pandemónium, hacer lo que quieran es el principio del caos.
—¡Inglaterra! ese país amigos es el mejor ejemplo de haber dejado a la iglesia católica a un lado.
—¡El rey se inventó una que es diferente!… animal —provocó Riva Palacio al Nigromante, quien astuto y acostumbrado al debate no perdía los estribos— mira Nacho, una educación es el primer paso para dar, hacia un estado que dirija, pero ya de extraer el precepto de formación moral y de civilidad no es la mejor idea… ¡no me lo parece!
—¡Entonces formemos a todo el pueblo un conjunto de ignorantes seguidores de fanatismo religioso para que nos vuelvan a invadir coronas y presidentes! de los cuales somos ya sus fieles servidores.
A Justo Sierra el camino de la plática no le era el que había pensado, por un lado, el ateísmo daba camino a un sentido correcto de no hacer del estado un brazo de la iglesia católica en México, pero por el otro se contagia la idea que sin moral social o formación ética, estarían alzando la mano para un cultivo de delincuencia y brutalidad social, al no existir límites en la conducta.
Justo Sierra seguro de sí les comento:
Las escuelas oficiales serán esencialmente educativas; la instrucción en ellas se considera sólo como medio de educación… la educación primaria que imparta el Ejecutivo de la Unión será nacional, esto es, se propondrá que en todos los educandos se desarrolle el amor a la patria mexicana y a sus instituciones …será integral es decir, tenderá a producir simultáneamente el desenvolvimiento moral, físico, intelectual y estético de los escolares; será laica o, lo que es lo mismo, neutral respecto a todas las creencias religiosas, y se abstendrá en consecuencia de enseñar o atacar ninguna de ellas; será además gratuita.
Continuará…