Gregorio Meraz
Llegó con la apariencia de mártir, autoproclamándose “El Escogido”.
Explotó los peores temores nativistas, inventando una invasión, crimen y carga fiscal inexistente, de quienes siembran y cosechan la comida y contribuyen con más de 160 mil millones de dólares anuales a la economía, sin recibir beneficios de Seguro Social, Medicare o retorno de impuestos.
Manipuló infundados temores raciales, teorías de conspiración, religión, que desconoce por completo; inventó enemigos ficticios, para justificar falsas emergencias, para desplazar tropas en territorio nacional, lo que prohíbe la Constitución, salvo excepciones, con la promesa de bonanza económica, en la que todos cayeron, incluyendo ilusos Latinos, que de inmediato sufrieron la separación familiar y ahora se arrepienten de su voto.
En solo 11 meses, Donald Trump, “ganador” del zalamero “Premio FIFA de la Paz,” esparce terror entre inmigrantes, en su esfuerzo de destruir el “perol de Culturas,” que constituye la grandeza de este país, elimina programas que abrieron las puertas a la educación, contratos y mayor representación política a minorías étnicas; borra registros de sus contribuciones en la ciencia, política, fuerzas armadas, suspende la construcción de sus museos, tratando de re-escribir una historia diferente, mientras generó una costosa guerra comercial global y tensa las alianzas tradicionales de Estados Unidos con aliados como Canadá, México y Europa, para aliarse a enemigos tradicionales de esta superpotencia.
Ante cada vez mas protestas por el creciente costo de la viuda y exigencia popular de bajar los precios de alimentos y combustibles, controlar la inflación, agudizada por sus tarifas, generar empleos, cuando su gobierno, elimina 370 mil plazas, rebasando despidos del sector privado, el presidente responde con fantasías y falsedades, que le son habituales.
Eso aumenta la decepción en el mandatario, que enfrenta los niveles mas bajos de aprobación en la historia, con solo un 31 por ciento de apoyo, evidente con aplastantes victorias demócratas en New Jersey, Virginia, Pensilvania, Utah y otros estados, preludio de inminente derrota en la elección intermedia en Noviembre próximo, que, arrebatándole las mayorías del Congreso, marcaría el final de su mandato.
A esa inconformidad, se suma su intima relación con Jeffrey Epstein, confirmada en parte de más de un millón de documentos, del archivo del pederasta, que aún no difunde el Departamento de Justicia, violando la ley aprobada por el Congreso.
En un tsunami de mensajes electrónicos, testimonios, fotografías y videos, es evidente el vínculo íntimo del presidente el “Mejor Amigo de Don”, y su esposa, con Epstein, del que infructuosamente se han tratado de distanciar, tratando de desviar la atención hacia el expresidente Bill Clinton y otras figuras públicas.
Aunque aún no se le implica en abusos contra menores, los documentos difundidos revelan la intensa relación de Trump y Epstein, sus contactos, fiestas y aficiones, desde 1980, las fiestas a las que asistían y su gusto por las mujeres jóvenes y hermosas, de acuerdo a la modelo Stacey Williams, una de al menos 20 mujeres acosadas por el ahora presidente.
En un relato para una extensa historia del diario New York Times, Beatrice Keul, modelo Suiza, recuerda que Trump “comenzó a manosearla, besarla y levantarle el vestido,” mientras Sandra Coleman, madre de la modelo Tina Davis de 14 años, invitada con otras modelos muy jóvenes recuerda que invitada a una fiesta en Mar-a-lago, en 1994, Marla Davis, exesposa de Trump, le recomendó “no dejar que se acercara ningún hombre a su hija, especialmente su marido”.
Historias que abren los ojos de la base de Trump, que comienzan a desertar de las filas de MAGA, porque, además, el falso “profeta,” destruye a capricho el patrimonio histórico de Washington, como el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, que cambió por grotescas planchas de concreto con mesas y sombrillas, antes de demoler sin seguir protocolos ni consultas a nadie, el Ala Este de la mansión presidencial, escenario de históricos eventos, para sustituirla por salón de fiestas que lleve su nombre, inicialmente planeado para 600 personas, con 250 millones de inversión, que ahora quiere para mil personas, con inversión de 400 millones de dólares, al margen de advertencias de que no debe ser más grande que mansión presidencial, sede de los poderes de Estados Unidos.
Sediento de un reconocimiento por imposición, no por sus contribuciones, como puede verse en reuniones del gabinete, donde todos y cada uno de los secretarios le adulan, por falsos “logros,” y decisiones, el presidente ha tratado de poner su firma a todo lo que puede, como un dictador.
Tras autonombrarse presidente del Consejo del histórico y prestigiado Centro Kennedy para las Artes, fundado por el ex presidente John F. Kennedy, para promover el arte y la cultura, despidió a expertos que lo manejaban, para sustituirlos por fanáticos seguidores que -sin consultas con el Congreso, como marca la ley- bautizaos ya la institución como “Centro Trump Kennedy Para las Artes”.
Abuso que generó que Chuck Reed, músico a cargo del evento durante décadas, cancelara el tradicional Concierto Navideño de Jazz, haciéndose acreedor a amenazas de acciones legales de Richard Grenell, impuesto por Trump como Presidente de la institución.
El nombre de Trump aparece ya en un Programa de cuentas de ahorro para bebés, en tarjetas de residencia permanente con su fotografía, en lugar del escudo oficial, para empresarios dispuestos a pagar un millón de dólares.
El Pentágono denominó F-47 la siguiente generación de cazabombarderos, en honor a Trump y prepara la fabricación de un barco de combate con el nombre de Trump y una medalla conmemorativa del 250 Aniversario de la Independencia de Estados Unidos, además del “Arco de Trump”.
Mientras más de 70 millones de retirados vieron disminuir sus fondos de retiro en el mercado de valores, a causa de la guerra comercial de Trump, el presidente triplicó la fortuna inferior a 3 mil millones de dólares que consiguió durante toda su vida, a más de 6.6 mil millones de dólares, de acuerdo a la revista especializada Forbes.
Ignorando la Cláusula 8, de Emolumentos, de la Constitución Trump amasa fortuna con “donativos,” “acuerdos” por “cargos de difamación” contra cadenas de televisión, bufetes jurídicos que contrataron abogados que lo investigaron, obtiene facilidades de gobiernos extranjeros, para expandir sus hoteles y campos de golf empresa, con más de 24 hoteles y campos de golf, invierte en la construcción de la “Riviera de Gaza,” tras el baño de sangre genocida que dejó casi 100 mil muertos, haciéndose pasar como “pacificador”, lo que espera aumentar con su “mediación” para forzar a Ucrania a aceptar el “plan” de rendición, elaborado por Rusia y Estados Unidos, propuesto el fin de semana al presidente Zelensky, horas después de hablar con Vladimir Putin.
Mientras violando su promesa de detener conflictos bélicos, bombardea a ISIL en Nigeria, rocía de bombas Yemen, amenaza invadir Venezuela y podría ceder a mas acciones que sugiera el genocida Benjamin Netanyahu, de visita en Estados Unidos.
Cada día que pasa aumenta el temor por cuantas acciones más de este tipo continuarán, mientras el presidente Donald Trump continúe en el poder.
