Fue regocijante que en cincuenta ciudades, ciudadanos con una elevada conciencia eticopolítica tomaron las calles en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), organismo autónomo. En ejercicio de nuestro derecho a manifestarnos. Insospechada fue esa marea de voces plurales que ya gritaban “El INE no se toca”, ya cantaban el Himno Nacional en repudio a una Reforma Electoral retrógrada que pretende convertir el gobierno en organizador y, al propio tiempo, árbitro de los comicios. Un despropósito que alentó el mismo López con su insolencia autoritaria, que jamás imaginó esa reacción multitudinaria, pues que en solo en la ciudad de México convocó a más de 800 mil personas.
¿Que el INE es corrupto? Lo desmiente el hecho de que López esté allí en la silla presidencial. ¿Que es costoso? Basta comparar las cifras que se derraman en el Instituto con el costo de sus megaproyectos caprichosos y las escandalosas pérdidas de Pemex o de la Comisión Federal de Electricidad. Que el señor no sabe hacer cuentas o finge no saberlas, es una evidencia de su inaptitud y su autoengaño.
La rabia presidencial devino andanada de insultos y una diatriba reduccionista y propia de un comediante. La marcha fue, para él un “streaptease del conservadurismo”. Patadas de ahogado de quien teme perder las elecciones en el 2024, o imponerse no obstante la desaprobación colectiva, lo que significaría el germen oprobioso de una dictadura bananera.
“Genio y figura hasta la sepultura”. No olvidemos que cuando López fue Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, respondió a una marcha contra la violencia, diciendo que era cosa de “pirruris”.
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Hace poco en una de sus “brillantes” mañaneras, aseveró que su propuesta de Reforma Electoral acabaría “de una vez y para siempre” con los fraudes electorales, y sugirió el ejemplo de Costarica que presuntamente había resuelto ese problema. Pero, paradójicamente la vocera del Tribunal Supremo Electoral de aquel país, afirmó que largo y doloroso ha sido el camino para garantizar las libertades políticas y debemos estar unidos para no caer en el abismo del autoritarismo. Por tal motivo entregó al presidente del INE, Lorenzo Córdova, el premio “Cátedra de la democracia”.
Así están las cosas. ¡Pobre presidente López! Qué desinformado está. Y cuánto odio alberga en su corazón. Pero allá él y sus invidentes secuaces. México comienza a despertar. Con una fiesta cívica memorable. ¿Solo en defensa del INE? No, contra un gobierno catastrófico, en el que permea la violencia, la complicidad con el crimen organizado, el colapso de la economía…