Felix Cortés Camarillo
Generación viene:
mas la tierra siempre permanece.
Libro del Eclesiastés, o el Predicador,
Cap. 1, Vers. 4
Por casualidad, estuve en Bagdad el día en que se realizaron las últimas elecciones en los que fue un candidato Sadam Hussein. Al día siguiente me enteré que el señor había obtenido el 98.5% de los votos. En aquel entonces entendí que los procesos electorales son tan maleables como la plastilina: se puede hacer con ellos lo que se quiera. La mayor parte de las reglas de elecciones son complejas. El que gobierna de hecho la Gran Bretaña y anexas es el líder del partido que gana más votos para el Parlamento. En España andan ahora a la greña (bueno, ahorita no porque es Semana Santa y la mayoría se fue a Benidorm) porque el presidente Sánchez sigue coqueteando con los separatistas vascos. El sistema electoral para la presidencia de los Estados Unidos es más complicado que entenderle al deporte del cricket.
Gracias a don Jesús Reyes Heroles, que salvó al sistema mexicano inventando la reforma política para abrirle las puertas del poder a las minorías y habilitando al IFE para legitimar las elecciones sin la injerencia del Ejecutivo. Aparejado a ello se propició el llamado chapulineo, para el que los brasileños tiene un término gracioso, brincadeira. El pasar de un partido a otro para mejor beneficio.
En mi país y en los tiempos recientes, cuando los partidos dudaban sobre a quién postular para tal o cual puesto –incluyendo el premio mayor- se practicó con entusiasmo el chapulineo, principalmente en los puestos bajos. Porque dijo Jesús, que era un picudo para el manejo de la gente, dijo a sus discípulos: “De cierto os digo que vosotros que me habéis seguido en la regeneración, cuando se sentará el Hijo del hombre en el trono de su gloria, vosotros también os sentaréis sobre doce tronos”. Mateo 19, 28.
Y quedaron satisfechos con la promesa del futuro gabinete; pero, más adelante, cuando se quejaron de los nuevos conversos y Jesús les dijo que los últimos serán los primeros, díjoles Jesús el severo: “toma lo que es tuyo y vete, mas quiero dar a este postrero como a ti. ¿No me es lícito a mí hacer lo que quiero con lo mío?
De donde se desprende que no hay pan seguro. Ni siquiera siguiendo a Jesús. O a Claudia.
PARA LA MAÑANERA
(Porque no me dejan entrar sin tapabocas): La vejación a las mujeres policías en el motín de reos en un penal de Campeche ha servido para dos cosas: la crisis del sistema carcelario en nuestro país y el corrupto apoyo del presidente López a su virreina Layda Sansores. Así no se puede señor presidente.