Las fotografías aéreas –drones electorales–. son elocuentes: el PRI, todavía en el gobierno del estado de México, mantiene y aplica amplios recursos de movilización (acarreo le dicen), para persuadir a los muchos millones de ciudadanos en el mayor padrón de la república mexicana, con la evidencia tumultuaria y el peso discutible o no de su pasado.
–¿Cuál es la importancia de esta elección? ¿Cuál la de este primer cierre?
Obviamente la victoria en el estado de México le dará certidumbre a Morena en la preparación electoral del 2024 o anhelos de resurrección al vapuleado PRI, cuya alianza con el PAN y el PRD parece hasta ahora gelatina bajo el sol.
Pero a pesar de todo fue un buen fin de semana.
Alejandra del Moral confirmó su dicho de días antes: Texcoco no le pertenece a nadie; es de todos los mexiquenses, a pesar del cacicazgo de contribuciones forzosas, establecido por Horacio Duarte, Higinio Martínez y la aventajada y poco carismática maestra Delfina, ya una vez derrotada por Alfredo Del Mazo.
Pero también tuvieron un buen fin (de semana) los prisitas, fue en Coahuila donde parece un triunfo seguro, pero en la política como en otras cosas, las cosas ser acaban solo cuando terminan, como dijo el pasado domingo el señor Patrick Mahomes.
Este es el reporte del cierre de precampaña de Manolo Jiménez en Coahuila.
“En el cierre del proceso del PRI Coahuila para la definición de su candidato, en una jornada sin precedente se registró la participación de 503 mil 823 ciudadanos en las urnas que apoyaron la candidatura de Manolo Jiménez a la gubernatura de Coahuila.
“Estos resultados se derivan del trabajo en unidad del Revolucionario Institucional; el buen gobierno de Miguel Riquelme que mantiene a Coahuila con grandes estándares de seguridad y desarrollo; aunado a una intensa precampaña de Manolo quien a todos los sectores de la población en todas las regiones del estado, donde pudo presentar a los militantes y simpatizantes de la Alianza Ciudadana por la Seguridad las nuevas ideas y proyectos para llevar a Coahuila al siguiente nivel.
Pero si lo de Coahuila parece la crónica anticipada de un triunfo también anunciado, en el estado de México las cosas no son tan sencillas. El trabajo territorial de Morena a través, especialmente, de la dispersión de dinero mediante los programas sociales, ha aumentado la clientela electoral de manera muy importante, a pesar de los resultados de las elecciones intermedias. Por eso se justifica este optimismo de la futura candidata:
“¡A este movimiento valiente ya nadie lo para! Gracias a la militancia por su contundente apoyo. Háganle saber a todos, que acá estamos los #ValientesComoTú que con trabajo y valor vamos a defender a las familias mexiquenses. Esto apenas comienza, vamos con todo. #AleDelMoral.
Pero el entusiasmo va más allá del tuiteo:
“Sé muy bien que no será fácil, pero a los valientes no nos gustan las cosas fáciles. Fácil es que alguien más haga campaña por ti, fácil es esconderse a los atributos de una persona, fácil es ser sumisa ante los demás y yo soy todo lo contrario”.
La oferta política de Alejandra del Moral es la reconciliación. En contraste Delfina Gómez repite insistentemente en sus asambleas –con el coro de Horacio Duarte e Higinio Martínez–, el fin de una era, el abatimiento definitivo del Grupo Atlacomulco (para sustituirlo por el “Grupo Texcoco”; el suyo), al cual califica (en el ritmo y son de AMLO, su jefe), como corrupto, destructivo y ladrón.
Por eso el cierre de las precampañas precisamente en el municipio alguna vez gobernador por Silverio Pérez, y de cuyas nóminas Delfina Gómez ordeñó recursos con el tajo a las nóminas de su burocracia, resultaba sumamente importante. No por la cantidad de votos sino por el choque de dos discursos y el seco lenguaje de la presencia.