Hace algunos días se presentó un escalofriante informe acerca de la pandemia que en nuestro país causó más de 800 mil fallecimiento. El llamado “Zar” Hugo López Gatell aseveró entonces que si el saldo alcanzaba los 60 mil hubiese sido una tragedia. Pero nunca sospechó que su criminal conducción rebasaría sus torpes cálculos. Ignorante de la historia tuvo la ocurrencia de afirmar que el cubrebocas no serviría para nada. Y en un arrebato de lambisconería se atrevió a decir que AMLO estaba libre de contagio por su ‘energía moral’. Pero en hechos lo desmintieron. El presidente se contagió, al parecer, en dos ocasiones. Y la cantidad de médicos y enfermeras fallecidos fue dramática. La vacunación fue discriminatoria: excluyó a los médicos y clínicas privadas. La economía se colapsó y el apoyo a los empresarios fue mezquino. Miles de negocios cerraron. El presidente conjuraba ridículamente con una estampita del Sagrado Corazón. ¿Cuántas muertes hubiesen podido evitar de haberse tratado bien la pandemia del Covid? Se calcula en más de 300 mil. El caso es que el Covid dejó más de 20 mil huérfanos.
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Al enterarse del informe, AMLO lo calificó como un “pasquín inmundo”. Toda una negación de esa realidad que el impío presidente consideró que le venía como ‘anillo al dedo’, más aún en algún momento el presidente afirmó que los muertos no le importaban.
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No debe extrañarnos que, pese al informe, el presidente le haya brindado su apoyo moral a López Gatell, un delincuente que debería estar en prisión. Pero bien sabemos que no ocurrirá porque la bendición de AMLO le ha concedido la total impunidad.