Lenguaje y conversación, más que educación, cuantas veces al día fallamos en comunicar nuestras ideas. El matrimonio, el arte, un negocio, el buen trabajo en equipo, los equipos de «beis», son ejemplo de estructuras que para ser eficientes y exitosas dependen de señales, símbolos, códigos y lenguajes. Hay una término secreto, LA FORMALIDAD.
Si el manejo de los códigos es claro y transparente, se consigue un mejor trabajo o relación amorosa, inclusive la suma de éxitos de comunicación da como resultado una mejor calidad de vida. Se hace el negocio, se hace la relación, pero se necesitan que las dos partes estén de acuerdo y entiendan lo que cada uno está diciendo al otro. Hay aspectos fundamentales que requieren de comunicarse que incluyen quién compra la leche o el arroz.
Es la relación que hay entre un catcher y un pitcher, si el pitcher tira la bola a otro lado aquello dejó de ser beis bol. Ese error de construcción de gramática o sintaxis el mensaje se vuelve basura o ruido: otro problema es si añadimos a un partido de beisbol 10 pelotas o 10 mil pelotas, es imposible seguir el juego.
Estamos llenos de signos, en muchos idiomas y en muchas traducciones pobres, el cuidado del mensaje y su orden correcto es imprescindible para que funcionen. Cualquier dislexia se convierte en ruido y basura. Inclusive si ese ruido se confunde con contenido. Cuando poner atención a esto falla y las personas son indiferentes al mensaje, cualquier estructura por mejor planeada que esté se cae por indiferencia, sin remedio. Si uno piensa que el ruido es contenido y se contrata gente de manera específica para la construcción de ruido, hemos entrado al maravilloso mundo del “fast food communication”, y es el concepto de conveniencia mal entendido.
Es la relación que hay entre un catcher y un pitcher, si el pitcher tira la bola a otro lado aquello dejó de ser beis bol. Si el pitcher no sigue las instrucciones del catcher, el catcher nunca podría adivinar dónde viene la pelota. Hay un error común que yo he notado de ciertas personas que confunden el poder, el hecho de tener la pelota los vuelve locos y acaban no dejando jugar a nadie por que son dueños de la pelota. Ese error de construcción de gramática o sintaxis el mensaje se vuelve basura o ruido: otro problema es si añadimos a un partido de beisbol 10 pelotas o 10 mil pelotas, es imposible seguir el juego. En vez de estar construyendo valor, es la deconstrucción de valor.
Al hacer un programa de computadora, sólo se necesita una mínima falla en el orden o en el espacio para que sean nada, o sea, comunicación chatarra, o sea ruido. La inteligencia artificial mal construida hoy en día es racista.
Si nos falla poder construir una conversación sencilla para poder hacer un negocio, es imposible una construcción más compleja como sería una obra de arte o todavía algo más complejo como palabras mágicas o inteligencia artificial. Me recuerda la escena del aprendiz de brujo de Mickey Mouse, donde las escobas se salen de control en el segundo segmento de la película Fantasía.
La masificación de mensajes, es decir la producción masiva de los mensajes, llámese memes, la saturación de las redes más por la pornografía que por conversaciones inteligentes es una tristeza.
Nos inundan de palabras a tal grado que ya no se pueden reconocer, la apariencia externa de los signos, el diluvio hace que se vea igual la basura que las señales genuinas de catchers para robarse la segunda base.
La palabra conserva su poder y usada correctamente el encantamiento todavía puede convertir el plomo en oro, sin embargo la palabra está perdida; cuando se pierde la palabra de la palabra de honor se pierde todo lo que colgaba de ahí. La tribu se convierte en esa secta de la película “Bajo el planeta de los simios” que adoraban como tótem a una bomba atómica.
“Power, not truth”, Nietzche
Una estructura social y los contratos sociales, economía, valor, arte y familia, requieren de ser gramaticalmente bien construidos y por otro lado formales.
Los que no saben escribir repiten sesenta y dos mil veces su mentira para hacer pasar a Truman como un héroe. Según Huxley en “Un Mundo Feliz o Brave New World”, sesenta y dos mil veces es la cantidad de repeticiones de una mentira para hacer una verdad. En una entrevista Aldous Huxley opina que los políticos se volverán en el futuro tan incompetentes que necesitarán drogar a todos para que se pueda fingir una democracia. Esa tesis funciona de la misma manera a muchos artistas actuales donde la producción masiva de arte ya no tiene una dirección clara y es solamente para satisfacer la demanda.
En la mayoría de los casos, un mensaje en el orden equivocado de escritura o en el orden equivocado de lectura el resultado es ruido, es obvio que no se deben de usar “los encantos para convertir ranas en príncipes”, como marcas registradas de medias, o de un refresco. La sustitución permanente del agua y generar la situación de beber Coca Cola en vez de agua y la posibilidad de que Coca Cola en un momento dado pudiese ser un partido político o un país.
Hay que considerar el exceso de repetición, la ignorancia del lenguaje, la competencia por la atención del mismo individuo. Fragmentación como la parte estructural para que nada sea verdad ni mentira, para que nada se entienda como contrato o promesa. Hay que hacer perdedizo el entendimiento, hay que usar elementos fragmentados que causen una reacción tipo reflejo.
“Hay que mover el lodo para que parezca profundo” Marshall McLuhan
Creando la fachada de una estructura que no tiene cimientos, muy cercano al ejemplo de todo aquello que se voló en Acapulco. Nuestra alma ha sido rematada en una de las más extrañas “preventas” de la historia. Un proceso de bloqueó intencional de los espacios mentales destinados a las palabras sagradas. Cuando se pierde el sentido de la palabra, se pierde la capacidad de construcción de pensamiento, comprensión y reflexión.
Conclusión:
La conversación es un término complejísimo que vale la pena reflexionar sobre él. Ya que influye la realidad humana en todas sus extensiones. Entendemos por conversaciones, siguiendo a Maturana, a las interconexiones continuas entre lenguaje (coordinaciones de conducta) y emociones (acciones relacionales). De ahí que no existe otra forma de vivir siendo humanos que no sea vivir en conversaciones.
En el mundo complejo de la interacción humana, la conversación se erige como un pilar fundamental para la comprensión y la acción conjunta. Desde la perspectiva de Humberto Maturana, Fernando Flores, Rosenblueth y la cibernética, la conversación trasciende su mera función comunicativa para convertirse en un proceso de co-construcción de significado y realidad.
Humberto Maturana, biólogo y pensador argentino, propone que la conversación es mucho más que un intercambio de palabras. Para Maturana, la conversación es el medio a través del cual creamos y mantenemos nuestra realidad compartida. En su teoría de la biología del conocer, enfatiza que la interacción lingüística no solo transmite información, sino que también genera nuevas realidades y posibilidades.
Por otro lado, Fernando Flores, filósofo y exministro chileno, añade una dimensión pragmática a la conversación. En su trabajo sobre la ontología del lenguaje, destaca cómo la manera en que hablamos y escuchamos determina nuestras acciones y resultados. Flores introduce el concepto de “actos lingüísticos” para explicar cómo nuestras palabras no solo describen la realidad, sino que también la constituyen y transforman.
Rosenblueth, científico mexicano, fue pionero en la cibernética, una disciplina que estudia los sistemas de comunicación y control. Rosenblueth aportó al campo su experiencia en medicina y física, ayudando a sentar las bases para comprender los sistemas complejos y su interacción con el entorno. La cibernética, como disciplina que estudia los sistemas de comunicación y control, proporciona un marco teórico para comprender la dinámica de la conversación. Desde los pioneros como Rosenbluth, hasta los desarrollos más recientes, la cibernética ha explorado cómo los sistemas interactúan y se autorregulan a través del intercambio de información.
En conjunto, las ideas de Maturana, Flores, Rosenblueth y la cibernética nos invitan a reflexionar sobre el poder transformador de la conversación. Más allá de ser un simple medio de comunicación, la conversación emerge como un espacio donde construimos nuestra realidad, tomamos decisiones y creamos nuevas posibilidades. En un mundo cada vez más interconectado, comprender y cultivar la calidad de nuestras conversaciones puede ser clave para abordar los desafíos individuales y colectivos que enfrentamos.
A esta condición a la que Maturana se refiere al decir que los seres vivos son sistemas autopoiéticos y que están vivos sólo mientras están en autopoiesis. Esto se sintetiza en una proposición universal: “la autopoiesis es la manera específica en la que los seres vivos son autónomos, realizan su autonomía.
La conversación define nuestras relaciones, la calidad de nuestras realidad, es negocio, es futbol y es arte.