Hace aproximadamente un año Nuevo León hizo la declaratoria de emergencia: cada ciudadano consume en dicha entidad 165 litros de agua al día cuando lo recomendado por la OMS (Organización Mundial de la Salud) son 100 litros. Lo anterior demuestra, que la solución está en la racionalidad y en que no se acapare por las grandes transnacionales. ¿Cuánto tiempo nos queda, si seguimos pasando por alto la crisis hídrica que padecemos?, ¿Qué esperanzas de futuro tienen nuestros hijos y las generaciones futuras?
Aunado a la falta de lluvias, la problemática de escasez de agua se agudizó con la pandemia de COVID-19, que nos obligó a un confinamiento en casa, dónde el consumo aumentó hasta 30% por la contingencia sanitaria.
La crisis del agua nos demuestra que ni con todos los demás recursos se puede solventar la magnitud de la falta de agua. Estamos ante una realidad donde la “sequía extrema” no da tregua, el consumo irracional tiene consecuencias. ¿Porque retomar el tema de Nuevo León? Para reflejarnos en lo que no se hizo y lo que podemos prever.
Para anticiparnos y no sucumbir a repetir esa historia, es impulsar la implementación de acciones contundentes que NO nos conduzcan de manera irremediable a tener que quedarnos sin agua. Vislumbremos la fatalidad que vive Nuevo León y actuemos de inmediato.
Hoy por hoy, el tratamiento del agua es uno de los grandes desafíos que enfrenta la entidad, pues únicamente se trata 40% del agua, mientras que otros países han logrado tratar hasta 90% del líquido que utilizan. No tenemos que sacrificar el desarrollo y progreso, lo que debemos hacer es que los empresarios y futuros empresarios incorporen principios DE ECONOMÍA CIRCULAR que permitan ahorrar, reciclar y captar agua.
Tomar consciencia es lo primero, así como generar estrategias que permitan que los nuevos desarrollos habitacionales generen, desde su construcción, acciones de sustentabilidad, tendiendo a la captación del agua pluvial, y el rehúso del agua utilizada por los hogares.
La construcción de una nueva cultura HIDRICO-ambiental nos estará asegurando el crecimiento económico y la estabilidad social. No podemos darnos el lujo de condenar el futuro a tomadores de decisiones que no ven más allá de sus propios intereses.