Las sociedades actuales han demostrado ser ineficientes energéticamente, pero aún más, en nuestra persona también se plasma un derroche energético que trae consecuencias en la salud. Si las calorías miden la energía que nos proporciona un alimento o una bebida a partir de los carbohidratos, las grasas, las proteínas y el alcohol que contienen, entonces debería procederse bajo una actitud de eficiencia energética, sin embargo, los humanos sobre todo de las culturas occidentales, consumimos más calorías de las que necesitamos. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece un cálculo genérico para conocer la cantidad de calorías diarias que necesita una persona: entre 1600 y 2000 calorías al día para las mujeres, y para los hombres entre 2000 y 2500. No obstante para calcular la energía necesaria se deben tomar en cuenta dos factores: el metabolismo basal y nuestra actividad física.
El término metabolismo basal hace referencia al número de calorías que gastamos en funciones fisiológicas como respirar, comer, dormir, además de todas las acciones que realizan nuestros órganos internos. Es decir, son las calorías que consumimos en reposo.
Puedes calcular tu metabolismo basal con esta fórmula:
- Los hombres necesitan 1 caloría por kilogramo de peso y hora:
Peso en Kg x 1 caloría x 24 horas - Las mujeres necesitan 0,9 calorías por kilogramo de peso y hora:
Peso en Kg x 0,9 calorías x 24 horas
Ahora bien, para saber cuántas calorías necesitamos, aparte del metabolismo basal, también hay que tener en cuenta el ejercicio que realizamos.
Según tu actividad física multiplica tu metabolismo basal (MB) por la cifra que corresponda:
- Sedentario (sin ejercicio): 1.2 x MB.
- Actividad ligera (caminar, deportes con poco gasto energético): 1.375 x MB.
- Actividad moderada (actividades como correr, bailar… 3-4 días por semana): 1.55 x MB.
- Actividad intensa (natación, ciclismo… 5-6 días por semana): 1.725 x MB.
- Actividad muy intensa (ejercicio intenso todos los días de la semana): 1.9 x MB.
La gente que engorda, que padece de obesidad o tiene ya problemas en su salud como la diabetes 2, es porque ingiere más alimentos, es decir más energía (calorías diarias), de lo que consume.
En la actualidad se ingiere más calorías de las que necesitamos en el día.
Según la OMS, entre un 50 % y un 55 % de nuestro aporte calórico diario tiene que provenir de los hidratos de carbono. El consumo de grasa debe de ser entre un 30% y 35% (solamente un 7% de grasas saturadas) y el de proteínas de hasta un 10%. De esta forma, además de obtener la energía necesaria para realizar todas nuestras actividades, estaremos dando a nuestro cuerpo los nutrientes que necesita.
Las calorías diarias que ingiramos deben ser de calidad y no a través de alimentos procesados que aportan lo que se conoce como ‘calorías vacías’, es decir, no aportan energía. Según las investigaciones recientes, se estima que en los últimos 30 años hemos estado consumiendo una gran cantidad de alimentos procesados, industrializados, de comida rápida, lo cual ha tenido consecuencias en la salud. Y se estima que el consumo de calorías esta por arriba de las 3 mil por día.
En las últimas décadas, ha surgido una de las modificaciones más preocupantes de la dieta nacional debido al incremento de alimentos económicos y de fácil acceso, como las bebidas azucaradas, productos cárnicos y alimentos industrializados ricos en jarabe de maíz, azucares y calorías. México ocupa el segundo lugar de prevalencia mundial de obesidad en la población adulta, la cual es diez veces mayor que la de países como Japón y Corea.
En un estudio reciente de la UNAM (Salud y cultura alimentaria en México, 2019) se señaló que “La obesidad es un grave problema de salud pública en México. Las causas inmediatas de esta enfermedad se relacionan con el balance energético, es decir, se ingiere más energía de la que se gasta, y a su vez, existen causas subyacentes como los cambios en la dieta tradicional, la alta disponibilidad y accesibilidad de alimentos procesados, el alto consumo de bebidas endulzadas, la comida rápida, el marketing masivo de la comida chatarra y el estilo de vida sedentario” Y el estudio agrega lo siguiente: “Sobre todo, las consecuencias de la obesidad derivan en múltiples patologías, como la enfermedad coronaria o isquémica, que se produce cuando las arterias que suministran sangre al corazón se obstruyen, los problemas metabólicos como la hipertensión arterial (tensión arterial alta) y la diabetes (azúcar sanguínea elevada), la dislipidemia, que es el nivel excesivamente elevado de colesterol en la sangre, entre otras. Estos padecimientos representan un gran reto para el sistema de salud por el elevado costo de los tratamientos y el incremento en la mortalidad a causa de dichas enfermedades.
Es evidente que el cambio en la cultura alimentaria en México ha propiciado problemas de salud en la población: “La urbanización, la modernización y la sofisticación frecuentemente han llevado a dietas en las que un gran porcentaje del consumo de energía viene de azúcares y grasas, y conduce a un mayor consumo de sal”. Estos hábitos nutricionalmente negativos que han adquirido la mayor parte de las personas, han influido en el aumento de enfermedades crónicas ya antes descritas, cuyas consecuencias si no son tratadas a tiempo llegan a ser fatales.”
El actual tipo de alimentación no toma en cuenta que los problemas de salud tienen causas complejas que involucran determinantes culturales, sociales, políticos, económicos, ambientales y biológicos.
Por ello, debemos promover y regresar a la alimentación tradicional mexicana, consumir mas productos frescos y comer alimentos preparados en casa y alejarnos de los alimentos precocinados, industrializados, congelados o de comida rápida, que son productos típicos de la modernidad, urbanización, globalización e industrialización.
En conclusión, somos ineficientes (Ineficiencia.- Incapacidad para realizar o cumplir adecuadamente una función) energéticamente pues consumimos más calorías de lo que necesitamos (Parte de este consumo excesivo de calorías (o hiperfagia) se presume que está alentado por una alteración en el mecanismo que regula el apetito). Así podemos observar que energía, salud y alimentación son elementos interdependientes que actúan en nuestra persona y entorno.
Como dato para que usted jugué:
-Querétaro se coloca entre los 10 estados con mayor problema de obesidad y está creciendo en la región rural, señala la Sociedad Mexicana de la Obesidad. La Universidad Nacional Autónoma de México estima que, en Querétaro, el 26.32 por ciento de la población mayor de 20 años está en riesgo por problemas de obesidad.
– Querétaro ocupa el segundo lugar nacional en diabetes tipo 2. Hasta el 30 de septiembre del 2021, en Querétaro fueron hospitalizadas mil 156 personas con diabetes mellitus tipo 2, es decir, nuestra entidad fue segundo lugar nacional, sólo por debajo de los 2 mil 795 de Tabasco. Lo anterior consta en el Informe Trimestral de Vigilancia Epidemiológica Hospitalaria Diabetes Mellitus Tipo 2 de la Secretaría de Salud del Gobierno de México.
– La Secretaría de Salud del estado de Querétaro (SESA) informa que la hipertensión arterial es la enfermedad crónica más prevalente después de la obesidad