EL JICOTE
Antes para considerar que el individuo estaba sano, se necesitaba que no tuviera calentura, un miembro roto o sangrara, en suma, se requería que no padeciera un signo visible de enfermedad o daño corporal. La actual concepción de salud es muy amplia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la define en forma más ambiciosa: “Un estado completo de bienestar físico, psíquico y social”.
Como se puede observar, este concepto de salud no se reduce al aspecto biológico y no implica sólo la ausencia de afecciones y enfermedades; toma en cuenta lo fisiológico, lo mental, lo emocional, el contexto social y, si me apuran un poco, podríamos agregar, hasta el entorno natural. Todo en una armonía placentera. Un pequeño comercial personal, les recomiendo sobre el tema mi libro: “La letra con sangre humor entra”. Editorial Trillas. Lectura recomendada para estos días de encierro.
La risa humorística está vinculada con la salud, precisamente porque representa también para el ser humano una experiencia orgánica, psicológica y emocional completa. La salud y la risa constituyen sistemas que incorporan todas las partes de las que estamos hechos, las que sumadas al ambiente social y ecológico, deben formar un perfecto equilibrio y armonía. Sería una especulación inútil discutir si la risa brota de la salud o la salud es consecuencia del buen humor, lo más evidente es que son una interacción
Esta tesis no es nueva, la desgracia de la risa humorística ha sido la amnesia histórica que ha padecido la humanidad sobre sus beneficios y, por supuesto, que no ha podido ser patentada por la industria farmacéutica. Otro fuera su destino si, como la disfunción eréctil, existiera la posibilidad de ir a la farmacia a comprar un jarabe de risa.
Por advertencias sobre la ayuda que tiene a favor de la salud no ha quedado. Ya Píndaro, poeta del siglo V a.C., sostenía: “La risa es un remedio infalible”. Su tesis quedó como nombre de aquella famosa sección de la revista de Selecciones. Por cierto, el primer chiste que apareció en esta sección fue el siguiente: “Doctor: Le tengo que dar dos noticias, una mala y otra peor. La mala es que le quedan 24 horas de vida”. Paciente: “¿Esa es la mala? ¡Vaya! ¿Cuál es la peor?” Doctor: “Que lo he estado tratando de localizar desde ayer”. Otro chiste muy ad hoc: “Gracias a la tecnología inalámbrica, puedo odiar mi trabajo casi en cualquier sitio donde me encuentre”. Decía Goethe: “El árbol de la teoría es gris, el árbol de la vida es verde”. En otra ocasión le seguimos con la teoría. “La acupuntura debe tener algo bueno. Después de todo jamás ves un puerco espín enfermo”.(Bob Goddard). Uno que está de acuerdo con Barbosa. “Ser pobre tiene otra ventaja. Un médico te curará más rápido”. (Kin Hubbaard). Un letrero que me imagino ya está en las oficinas públicas: JALE, si no le hace caso la ´puerta, EMPUJE, si la puerta sigue sin responder, reconozca: la oficina está cerrada. No le garantizamos cuando volvamos a abrir.
Estimado lectores, descanso y los dejo descansar, no en paz, simplemente me tomo unas vacaciones. Cuídense, quédense en casa y ríanse. Nos vemos la tercera semana de abril.